miércoles, 2 de julio de 2014

HABLEMOS DEL MATRIMONIO

Párrafos tomados de mi libro
“MATRIMONIOS QUE PERDURAN EN EL TIEMPO”
Vol II por Publicar
HABLEMOS DEL MATRIMONIO
Cuando compramos algún artefacto eléctrico, o mejor, para hacer el ejemplo más sencillo, cuando compramos un automóvil, solemos cuidar el vehículo lo mejor que podemos, lo cuidamos esmeradamente, y si no lo cuidamos, si no le damos el mantenimiento requerido, se malogra en poco tiempo. Una máquina bien mantenida funciona bien. Si no se la mantiene, si no se la cuida, se malogra. Eso está claro. Pues bien, si se me permite usar la comparación, la mujer es una máquina muchísimo más compleja, muchísimo más delicada que cualquier máquina construida por el hombre porque es un organismo vivo y sensible. Su ser tan diverso en los variados aspectos de su naturaleza, de su biología, requiere de un cuidado especial para que esté y “funcione” bien. Si tú cuidas tu automóvil ¿no vas a cuidar a tu mujer? Es un cuidado muchísimo más exigente, es cierto, y requiere de muchísimo más inteligencia, de muchísima más prudencia, de muchísima más atención y, sobre todo, de muchísimo amor.
Hay hombres que le dan amor a sus autos, pero el auto no puede recibir amor ni corresponderlo. La mujer, en cambio, está hecha para recibir amor y para darlo. Entonces, cuando la mujer se sabe amada, protegida, apoyada, ella florece como ser humano. Si le falta eso, la mujer se marchita. Hay tantas, tantas mujeres que son como una flor que se ha marchitado, y casi siempre es por culpa del hombre.
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