miércoles, 24 de diciembre de 2014

¡FELIZ NAVIDAD!

Hace poco más de dos mil años, en un día como hoy, vino al mundo el Salvador de la humanidad.
 Dios no envió para salvarnos a un gran arcángel, o a un príncipe del cielo, sino envió a su propio Hijo.
No quiso que naciera en un gran palacio, rodeado de lujos y comodidades, sino hizo que naciera de padres humildes, en un humilde pesebre, rodeado de paja y estiércol.
No vino como príncipe, sino como siervo; no vino para ser servido, sino para servir, a fin de darnos ejemplo.
No vino para reinar entre los grandes de este mundo, sino para reinar en nuestros corazones.
Acojámosle ahí donde Él quiere estar, y deseémonos unos a otros la paz de Dios que Él nos vino a dar.
Que su paz, que supera todo entendimiento, llene en estos días de fiesta nuestro s corazones. 
¡FELIZ NAVIDAD!
José Belaunde M.

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