Pasaje Tomado de mi libro
Matrimonios que Perduran en el Tiempo
Es muy importante también… mantener y demostrar la estima que se
tienen los esposos ante terceras personas. Desgraciadamente no siempre ocurre
que los esposos se comporten de esa manera. Los parientes, los padres, los
suegros, los amigos, ellos deben sentir que la unión de ambos es
indestructible. Deben sentirlo a través de la actitud que marido y mujer
guardan cuando están con otras personas. Esas personas deben sentir la santidad
del matrimonio y el amor mutuo que ambos esposos se tienen. Los amigos que
visiten la casa deben sentir la estima que los esposos se tienen el uno por el
otro, de tal manera que nadie, nadie, se atreva a hablarle a uno de ellos, al
esposo o a la esposa, mal del otro.
Sabemos, sin embargo, que incluso en ambientes cristianos ocurre
que una persona puede venir a hablarle a la esposa mal de su marido. Es menos
frecuente que le hablen al marido mal de su mujer; los hombres son menos
habladores. Pero es un espíritu destructivo, de celos, de envidia, el que empuja
a ciertas mujeres a hablarle a la esposa mal de su marido. No obstante, si la
actitud de ambos, o la actitud de ella en especial, fuera tan respetuosa, tan
considerada con su marido, ninguna mujer se atrevería a hablarle mal de su
marido. Y si lo hiciera, la mujer en esos casos debe inmediatamente callarla,
taparle la boca a la mala amiga y decirle: No me sigas hablando mal de mi
marido, no quiero oír eso. Esto es, aun en ese aspecto debe la esposa serle
fiel a su marido, y el marido, fiel a su mujer. Guardar la estima hacia fuera,
es decir, frente a terceros, es una señal de la unidad de la pareja, unidad que
nadie se debe atrever a empañar.
Este pasaje está tomado de mi libro
“Matrimonios que perduran en el tiempo”, págs 192 y 193. EDITORES VERDAD &
PRESENCIA. AV. PETIT THOUARS 1191, SANTA BEATRIZ, LIMA, TEL. 4712178.
No hay comentarios:
Publicar un comentario