martes, 26 de mayo de 2009

MIS OVEJAS OYEN MI VOZ IV

ANOTACIONES AL MARGEN XX
En este artículo se expone la parte más importante de las enseñanzas contenidas en el libro de J.C. Hedgecock del mismo título que estoy comentando. Como en los artículos anteriores, las citas del libro están en negrita y en cursiva; mis comentarios están en letra normal.

* Si tú eres señor, Dios se te opone. Si Él es Señor, Dios te ayuda. Necesitas darte cuenta de que Dios no va a cambiar. Si las cosas van a funcionar sin tropiezo, tendré que cambiar yo. En mi mejor día de resistencia no podré vencer a Dios. Nunca le he ganado a Dios. Cuando Él es Señor, yo tengo todo lo que necesito, porque cuando me someto a Él, Él está de mi parte. Es cierto, de otro lado, que, en sentido absoluto, Él siempre está de mi parte, aunque le desobedezca. Pero en ese caso no lo está de una manera activa, sino que permanece, por así decirlo, a los costados esperando que me arrepienta.

* Si yo estoy permitiendo que Jesucristo sea mi Señor y que Él dirija mi camino, estoy sin pecado y, por lo tanto, soy santo. No hay poder en el cielo ni en el infierno que pueda separarme del amor de Dios y me haga caminar en la carne SALVO YO MISMO. Yo soy el único que puede evitar que yo sea santo. En efecto, si no lo soy y peco es porque he escogido hacer lo que me da la gana. Sé que no estoy haciendo lo que Dios quiere sino lo que quiere Satanás, pero yo he tomado la decisión. Nadie me obligó a pecar.

* Pablo escribió: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas han sido hechas nuevas.” (1Cor 5:17). Si verdaderamente has pasado a vivir en Cristo, las cosas viejas pasarán y todas serán hechas nuevas. El pecado comenzará a salir de tu vida. Los que te conocen se asombrarán de tu cambio. Unos se alegrarán, a otros les molestará. Pero a ti ¿qué te importa? Esta es una buena prueba para ver si realmente estás viviendo en el Señor. Toda persona que se ha unido a Cristo experimentará dentro de sí este proceso. Cuando estoy en el Espíritu caminaré en estas cosas nuevas y los viejos hábitos malos saldrán por falta de uso. No puedo ir en dos direcciones al mismo tiempo. Pero hay algunos de doble ánimo que oscilan entre una y otra dirección y no van a ninguna parte porque no perseveran en el buen camino.

* Dios nos ordena que mortifiquemos nuestra carne. El cuerpo de pecado ha de ser destruido para que ya no sirvamos más al pecado (Rm 6:6). Cortar con hacha la raíz del árbol equivocado significa crucificar al hombre viejo. Tenemos que mortificar la naturaleza carnal para que ya nunca más sirvamos al pecado y seamos libres de él. Colosenses 3:5 dice: “Haced pues, morir lo terrenal en vosotros.” “Haced…” Es algo que me toca a mí hacer. Nadie lo puede hacer en mi lugar, así como nadie puede comer por mí cuando tengo hambre. El estómago lleno de mi prójimo no llena el mío.

* Para vencer a la carne tengo que salir del todo de la vieja naturaleza, y entrar en la nueva, que es Cristo. No puedo luchar contra la vieja naturaleza si permanezco en ella porque estoy en sus manos.

* Si mi mente se mantiene en Cristo, Él me mantendrá en perfecta paz. Los ascetas que buscando al Señor, eran atormentados por tentaciones carnales, posiblemente habían caído en el orgullo de su progreso espiritual y, por eso, Dios los humillaba haciéndoles sentir deseos que los atormentaban y los envilecían ante sus propios ojos (Es decir, dejaba que el diablo lo hiciera).

* La carne no puede ser alimentada si yo no estoy haciendo lo que ella quiere que haga. Si no se la alimenta pierde su poder y muere. ¿Cómo se alimenta la carne y cómo deja de ser alimentada? Justamente se la alimenta haciendo lo que ella quiere y pensando en lo que a ella le gusta. Si dejo de hacer ambas cosas morirá por inanición.

* Había escrito: “Cuando uno es fiel al Señor, Él es fiel con uno”. Pero, en verdad, Dios permanece fiel aunque uno no lo sea porque, como dice Pablo, “Él no puede negarse a sí mismo.” (2Tm 2:13).

* El único lugar donde puedes obtener gracia es el trono de la humildad: “Dios da gracia a los humildes” (St 4:6) No puedes aprender esta enseñanza y luego usarla para hacer lo que quieras y construir tu propio reino. Si lo haces te habrás pasado al orgullo y Dios se te opondrá. Terminarás oyendo otra voz que imita a Dios. Los iniciadores de herejías comienzan por oír otra voz, cuando el orgullo del éxito se les sube a la cabeza. No creo que haya hereje humilde. Pero las herejías no son cosa del pasado. Las hay también en el presente colándose en las iglesias, y se suelen expresar en un tono arrogante. Esa es la marca del diablo. Por algo dijo Juan: “Probad (todos) los espíritus si son de Dios.” (1Jn 4:1)

* No trates de ser dirigido por el Espíritu a menos que te propongas permanecer humilde. Los que buscan la unción, pero no son humildes, se exponen a un gran peligro: recibir una unción que no es de Dios, porque el diablo es muy capaz de dar unción y, de hecho, puede dar una unción tremenda a los que le sirven. La prueba es el tremendo éxito que alcanzan algunos grupos de rock. No es sólo música lo que mueve a esa muchachada frenética que se agita lanzando alaridos cuando cantan su ídolos. No es coincidencia tampoco que muchos de esos cantantes tengan un fin trágico.

* Deuteronomio 28:1,2 dice: “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones y te alcanzarán si oyeres la voz de Jehová tu Dios.”
No te alcanzarán tus pecados (es decir, las maldiciones) sino las bendiciones que Dios tiene preparadas para los que le sirven y le obedecen a diario.

* Hay tres cosas que debemos hacer y una que Dios va a hacer. Si nosotros hacemos nuestra parte, Dios hará la suya. Mucha gente cree que Dios hará su parte cuando ellos no han hecho lo que les toca, pero están equivocados. Esas tres cosas son:

* A. Fíate de Jehová de todo tu corazón. (Pr 3:5,6) Este es el caminar de fe. La mayoría de la gente trata de confiar en Dios en algunas cosas y no ven a Dios moverse. No funcionará si tratas a medias. Dios ve tu corazón.
(¿Te das bien cuenta de lo que eso significa?) Hasta que no confíes con todo tu corazón no te has hecho vulnerable a Dios. (Esto es, confiar en todas, todas las cosas, no solamente en algunas).

* La mayoría de la gente no se rendirá completamente a Dios porque no confía en Él. La gente se dice, en efecto, ¿será así? ¿Se puede confiar en que Él conoce mi situación? ¿En que Él puede realmente intervenir? ¿O en que Él quiera hacerlo?
La mayoría no confía en Dios porque ha creído la propaganda que trata de desacreditar a Dios. La propaganda de Satanás nos hace creer que Dios no interviene en nuestras vidas concretas porque está demasiado ocupado. Entonces, si son así las cosas, no podemos confiar en Él porque Él es un Dios ausente. La gente ha oído decir a muchos sacerdotes que Dios no interviene en los detalles de la vida humana, que Él no se fija en esas cosas, que Él no se ocupa de minucias. Muchos pastores también lo dicen, pero los que basan su fe en la Biblia y no en palabras humanas, saben muy bien que Dios sí interviene en la vida de los hombres, aun en sus más mínimos detalles. Jesús dijo: “Pues aun todos vuestros cabellos están contados.” (Mt 10:30)

* Tenemos que decidir si vamos a creer en la palabra de Dios o en las mentiras de Satanás. Yo elegí creerle a Dios y como resultado tengo una relación íntima con Él que es lo más emocionante que hay en el mundo. No puedes hacerlo a medias. No puedes jugar con Dios: O Él es Señor en todas las cosas sin excepción, o no es Señor de nada.

* Tienes que hacer todas las cosas a la manera de Dios. ¿Tienes algo que perder si confías en Dios? Dios no puede hacer un trabajo peor que el que tú has hecho dirigiendo tu vida. Por lo menos dale una oportunidad. Dios sabe que las cosas van a funcionar a su manera sólo si tú lo dejas. Déjale pues el control total a Dios. Si tú quieres tener el control Satanás se va a valer de mentiras y de tu ignorancia (¡Qué cierto es esto!) para impedirle a Dios hacer lo que Él sabe que va a funcionar.

* Es bueno que sepas que todo lo que estás haciendo, seas ama de casa o plomero o ministro, tiene un valor eterno no porque lo hiciste tú sino Dios a través tuyo. Dios trabaja a través de mí. ¡Aleluya! Cuán útil y consolador me ha sido ese pensamiento en momentos de desaliento, cuando pensé que lo que hacía no valía nada. Hasta alcanzar un vaso de agua al sediento tiene un valor eterno porque no lo hago yo sino Dios a través mío.

* B. No te apoyes en tu propia prudencia, como hago yo constantemente a lo largo del día, decidiendo en cada asunto lo que debo hacer. Hay una tendencia natural a hacer esto. Pensamos que podemos resolver las cosas por nosotros mismos pero, finalmente, termina siendo una obra muerta, sin fruto…Espera que el Señor te diga lo que tienes que hacer en cada situación. Deja a un lado tu opinión.

* C. Reconócelo en todos tus caminos, Reconócelo, es decir, reconoce su señorío, reconócelo como tu Señor. Si Él es Señor, Él manda. Si tú no puedes resolver el asunto por ti mismo (siendo tu propio señor) tienes que preguntarle a Él. Si estás confiando en Dios con todo tu corazón, negándote a decidir por ti mismo, sólo pregúntale. Él te dirá qué hacer.

* El resultado es: ÉL ENDEREZARÁ TUS VEREDAS. Si Él es Señor, Él te dirigirá. Esta es una escritura muy clara. Si no puedes creer en una escritura tan sencilla como esta, estás en problemas….Esto no va a suceder sin fe; tú no puedes agradar a Dios sin ella. Él recompensará a aquellos que lo buscan de todo corazón…Niégate a estar en el árbol del conocimiento del bien y del mal y mantente humilde ante Dios. Pregúntale a Èl qué hacer y Él te dará dirección.

* Cuando yo comencé a hacer esto tuve cuidado de atar a Satanás para que no tuviera acceso. Me aseguré de que yo no tuviera opinión propia y puse a prueba la palabra que sentí que Dios me había dicho. Me aseguré de que no fuera contraria a la Escritura. Entonces comencé a hacer lo que Él me decía y pedí al Señor que confirmara mi obediencia con la paz de Dios. Le pedí a Dios que turbara mi espíritu si no era Él. Eso parece un poco torpe al principio, pero se va haciendo más fácil (con la práctica). Ahora es natural para mí el confiar no apoyándome en mi propia prudencia. Le pregunto a Él qué debo hacer y dejo que Él me dirija. Lo confirmo a medida que avanzo con el testimonio del Espíritu (su paz). Lo he convertido en un hábito y ahora es para mí una cuestión automática. Para mí el razonar, o pasarme a la otra naturaleza resulta algo torpe. No soy perfecto, todavía cometo errores, pero estoy avanzando porque descanso en Dios a pesar de todo.

* Es tan agradable saber que puedes llegar al lugar en el Espíritu en el que es difícil pecar, o pasarse a la vieja naturaleza. Para ello tienes que pagar el precio y romper el hábito de funcionar en tu propio razonamiento y controlar tu propia vida. Tienes que practicarlo sistemáticamente para que se convierta en un modo de vida…en un acto reflejo en el cual no tengas necesidad de pensar…Tomará algún tiempo para que te acostumbres a oír la voz del Señor en vez de oír la tuya propia o la de Satanás. Lo primero que tienes que hacer en la mañana es comenzar por reconocer al Señor. Resuelve que no vas a tomar ninguna decisión propia durante el día. Si se presenta alguna emergencia haz lo mejor que puedas. Si caes, inténtalo otra vez. No vas a caminar en la perfección de la noche a la mañana, pero tampoco te tomará toda la vida lograrlo.

* Comienza con cosas sencillas, como orar por qué ropa ponerte. (Esta es una buena práctica que resolvería el problema de muchas mujeres que se angustian dudando qué ropa ponerse para ir a una reunión social.) Esta es una buena manera de practicarlo. Dios va a hablar igual de claro sobre cosas grandes, si tú has adquirido el hábito de preguntarle por todo. Satanás miente cuando dice que Dios está muy ocupado para molestarlo por cosas pequeñas..Practicarlo en cosas pequeñas es una buena manera de comenzar porque las consecuencias no son trascendentes. Trata de aprender de todo error que pudieras cometer. Pregúntale a Dios cómo fue que fallaste cuando lo hiciste.

* Jeremías 7:23,24 dice: “Mas esto les mandé diciendo: ‘Escuchad mi voz y seré a vosotros por Dios y vosotros me seréis por pueblo, y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien. Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante.’” Dios nos ordena obedecer su voz; no es opcional. La obediencia que no es instantánea no es obediencia. ¡Qué cierto es esto! Cuando no he obedecido a Dios, cuando ni siquiera he buscado escuchar su voz, me ha ido mal; pero obedecerle es la mejor garantía de éxito.

* Si no obedezco a Dios al instante es porque he elegido pensar si voy a obedecer o no. Sólo puedo tener esta actitud si me he pasado al árbol equivocado (Es decir, al árbol del bien y del mal, en el que tomas tus propias decisiones)…No hay nada malo en preguntarle a Dios si debes hacer eso en el mismo momento en que lo dijo. Pero la decisión de hacer lo que Él dijo debe tomarse inmediatamente.

* Caminar en el Espíritu hará que te conviertas en una amenaza para el reino de las tinieblas, tengas un llamado al ministerio o no. Si puedes ser guiado por el Espíritu eres una amenaza para Satanás, porque Dios te usará para destruir sus obras. Tendrás un ministerio si aprendes a ser guiado por el Espíritu diariamente, aun si no ejerces uno. Dios te va a guiar independientemente de quién seas tú en el cuerpo de Cristo, es decir, independientemente de cuál sea tu posición.

* Todo cristiano necesita estar bajo el cuidado de un pastor local en un cuerpo local de creyentes…Aun si no es un gran pastor, si te sometes, serás guiado. Tú eres responsable de buscar dirección adecuada. No puedes excusarte alegando que no encuentras un pastor perfecto. Necesitas estar bajo autoridad espiritual y seguirlo a él así como él sigue a Dios…No te pongas bajo el resguardo de un pastor inconstante que se está oponiendo a Dios… Es mejor estar bajo la autoridad de un ministro inmaduro que no estar bajo ninguno. Sólo asegúrate de que sea un verdadero ministro de Dios…Dios honrará el hecho de que estés sujeto a una autoridad espiritual. Cualquiera que te diga que debes seguir tú solo y hacer tus propias cosas a tu manera, es un espíritu equivocado. No es de Dios.

* Este es el mensaje más amenazador para el reino de las tinieblas que ha venido a la iglesia. Si la iglesia ve esto y crece, maduraremos hasta ser guiados por el Espíritu. Los que han madurado y son guiados por el Espíritu son los que serán introducidos en el gran derramamiento del Espíritu Santo en los días de la lluvia tardía (Jl 2:23). Vamos a ver profecías cumpliéndose, milagros y cosas nunca vistas antes. Dios sólo hará esto a través de vasos preparados y ahora está llamando a los hombres en todas partes al arrepentimiento. El juicio ha comenzado por la casa de Dios (1P 4:17). Él está diciendo que es tiempo para crecer y madurar. La única forma como puedes llegar a madurar como hijo de Dios es dejándote guiar por el Espíritu de Dios. No hay otra manera para llegar a la plenitud de Cristo como Él lo ha ordenado (Ef 4:13), que aprender a caminar a diario en su Espíritu.

NB En mi blog (JOSEBELAUNDEM.BLOGSPOT.COM) he pegado el texto del excelente discurso pronunciado por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, en la reciente Cumbre de las Américas realizada en Trinidad Tobago. Recomiendo leerlo porque contiene reflexiones muy oportunas respecto del atraso latinoamericano frente a los tigres asiáticos. He colocado asimismo un artículo mío sobre la importancia de observar el rostro de las personas para discernir lo que revela acerca de su personalidad y psicología.

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