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martes, 8 de mayo de 2018

MALTRATO DE LA MUJER


MALTRATO DE LA MUJER

Si el apóstol Pablo hubiera sabido el uso que en el Perú, y en otros países donde predomina la mentalidad machista, se haría de sus palabras en Efesios 5:22 (“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor.”) quizá habría dudado en ponerlas, o habría hecho alguna aclaración, porque él no pretendía condonar el abuso de la mujer.

¿La mujer casada, (o conviviente) debe someterse al marido aun cuando sea maltratada, abusada, humillada, explotada, violada por su marido? ¿Eso sería la voluntad de Dios para ella? Eso es casi lo que en algunas partes se enseña: ¡Sométete a tu marido!

Se olvida que pocas líneas más abajo el mismo Pablo escribió: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.” (Ef 5:25). La mujer se somete a su marido porque él la ama como Cristo ama a su iglesia, dando su vida por ella. Es decir, porque él la cuida, la protege, la levanta, la engríe, y está incluso dispuesto a morir por ella, si fuera necesario.

Hay una reciprocidad entre ambos mandatos. La mujer se somete al marido que la ama, no de palabra, ni de instinto, sino en los hechos. Si él no la trata de esa manera, si la maltrata, no puede exigirle que se someta. Y ella más bien, si es posible, debería huir de ese mal marido. A menos que ella, por amor de sus hijos, en un acto de heroísmo, escoja permanecer y someterse al martirio, esperando que el esposo sea ganado para Dios considerando como dice el apóstol Pedro “su conducta casta y respetuosa.” (1 Pedro 3:1,2).



miércoles, 29 de marzo de 2017

FEMINISMO DE GÉNERO Y CURRÍCULO ESCOLAR II

 LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M.
FEMINISMO DE GÉNERO Y CURRÍCULO ESCOLAR II
En la entrega anterior del mismo título he publicado dos de los artículos
míos que aparecieron en el diario “Gestión” a mediados del año 2000, relacionados con el tema del género.
Publico a continuación, ligeramente revisado, el tercero de esos artículos, que está relacionado con uno de los aspectos de la vida humana que las feministas de género están más empeñadas en destruir, esto es, la familia. Su título era FEMINISMO DE GÉNERO Y FAMILIA, (publicado el 24.09.2000), y decía así:
En un artículo anterior ("Gestión" 2.9.2000) explicaba cómo, según las feministas de género, para lograr la supresión de las clases sexuales hombre/mujer (en cuyo marco la mujer es la clase oprimida); esto es, para eliminar toda distinción de roles de género femenino/masculino en la sociedad, debe eliminarse dos obstáculos cruciales: uno es la maternidad y el otro, con el que está íntimamente ligado, la familia.
Ahora bien ¿en qué sentido y por qué es la familia enemiga de la ansiada liberación femenina? La familia, escribe Christine Riddlough, "...nos da las primeras lecciones de ideología de clase dominante y también imparte legitimidad a otras instituciones de la sociedad civil. Nuestras familias son las que nos enseñan, primero, la religión y a ser buenos ciudadanos..." (¡Caramba!)
Dice Dale O'Leary, estudiosa del fenómeno, que las "feministas de género" consideran que cuando la mujer cuida a sus hijos en el hogar y el esposo trabaja fuera de casa, las responsabilidades son diferentes y, por tanto, no igualitarias. (Recuérdese el axioma marxista: diferencia = desigualdad = opresión). La desigualdad en el hogar es causa de la desigualdad en la vida pública, ya que la mujer centrada en el hogar carece del tiempo y de la energía para desarrollarse y triunfar fuera de él.
En el marco de la familia, suele decirse, la mujer está sometida al hombre, primero, porque la maternidad impide su libertad de movimiento durante el embarazo y la lactancia; y segundo, durante los primeros años de la infancia, porque el niño pequeño (¡el muy canalla!) busca instintivamente a la madre antes que al padre para satisfacer sus necesidades materiales y afectivas y, lo que es peor, la madre (¡la muy idiota!) tiende a acceder a las demandas de la criatura sobre su tiempo y energías.
Por eso es que, enfatiza otra autora: "No debería autorizarse a ninguna mujer quedarse en casa para cuidar a sus hijos... Las mujeres no deben tener esa opción, porque si esa opción existe, demasiadas mujeres se decidirán por ella." Pero si la mujer, por propia iniciativa, acepta el rol maternal ¿por qué debería impedírsele? Porque ése es un rol "artificialmente construido" por la educación y las presiones sociales. Nótese bien la tendencia dictatorial de estas defensoras de la libertad femenina, abocadas a reprimir la libertad de las mujeres casadas: NO TIENES DERECHO A QUEDARTE EN CASA.
De ahí la necesidad de "desconstruir la familia", no sólo porque esclaviza a la mujer, sino porque condiciona socialmente a hijos e hijas a aceptar a la familia, al matrimonio y a la maternidad como algo natural.
Esta visión lleva necesariamente a una reeducación de la mujer y del hombre que ya está en marcha en muchos textos escolares, para que todas las tareas del hogar, incluyendo prioritariamente la crianza de los hijos, sean igualitariamente compartidas por el hombre y la mujer, lo cual en sí es bueno.
Pero dado que la maternidad ha sido satanizada y considerada como una injusticia de la naturaleza, según Simone de Beauvoir, cabría naturalmente preguntarse si la maternidad y la crianza de los hijos son algo natural, o si acaso son un invento del macho para someter a la mujer; o si el hombre fue el que inventó los órganos internos  que permiten a la mujer concebir y gestar a una criatura y, más tarde, darle de mamar.
Si estas posiciones extremas fueran sólo una extravagancia relegada a los libros, no habría motivo para preocuparse. Pero el hecho inquietante es que han penetrado profundamente en los organismos internacionales satélites de las NNUU, que están dirigidos por feministas radicales, como el Fondo de Población, cuya directora procede de las canteras de la internacional abortista "Planned Parenthood". (Véase de paso el Comunicado publicado por el Sistema de las NNUU en el Perú el 3.3.17 apoyando al Currículo Escolar).
El movimiento actual para el reconocimiento de las uniones homosexuales es una manifestación de esta campaña "desconstructivista", que busca redefinir el concepto de familia para que englobe relaciones "alternativas" que eliminan la reproducción y en las que el ejercicio de la maternidad es sólo posible mediante la adopción, o la fecundación "in vitro".
Esto explica también el interés de las feministas de género y sus simpatizantes por la clonación como método reproductivo de perspectivas insospechadas, que podría liberar a la mujer de la servidumbre del embarazo. Todas estas cosas son facetas de un movimiento global que persigue revolucionar totalmente a la especie humana de una manera que desafía a la imaginación.


 

Según Carolyn Craglia (“Domestic Tranquility”), uno de los objetivos más importantes del feminismo de género es atacar el papel que desempeña el ama de casa, a la que autores tan connotados como S. de Beauvoir y Betty Friedan, califican de “parásito”, un ser menos que humano, que desperdicia su vida sin usar sus capacidades e inteligencia, dedicada a su esposo, a sus hijos y al hogar.
Dedicar su tiempo a cultivar su matrimonio, y a criar a sus hijos a tiempo completo, dicen, es una tarea indigna de una mujer, sobre todo si se tiene en cuenta que lo segundo puede muy bien ser desempañado por personal contratado, o por cunas o jardines de la infancia.
El segundo objetivo de la ofensiva feminista contra el orden tradicional ha sido alentar a la mujer a llevar una vida sexual promiscua tan libre como la del hombre, algo en lo que, en la práctica, han tenido lamentablemente un éxito incontrastable, primero, en las sociedades desarrolladas, y luego, en las menos desarrolladas.
La revolución sexual alentada por las feministas asume que la relación sexual no es otra cosa sino una actividad física placentera, carente de todo significado moral. Ignoran que la intimidad sexual exclusiva entre dos seres de sexo opuesto que se aman, promueve una intimidad psicológica y emocional profunda y duradera, que constituye una de las mayores fuentes de felicidad humana.
La liberación sexual que promueven debe hacerse extensiva a la infancia. Firestone aboga por la liberación total de los niños y por la abolición de la infancia.  Según ella “el tabú del incesto es ahora sólo necesario para preservar a la familia. Pero si eliminamos a la familia, estaríamos eliminando las represiones actuales que moldean la vida sexual” de adultos y niños.
Ella cree que no hay nada inherentemente malo en el incesto y en las relaciones de adultos con niños. El tabú que condena esas relaciones, así como el sexo homosexual, debería desaparecer, como podrían desaparecer las amistades que no incluyeran lo sexual (tal como ocurre en algunos países europeos). De esa manera todas las relaciones cercanas entre dos seres humanos incluirían el aspecto físico. Ella cree, en efecto, que si se eliminara el tabú del incesto, no habría nada malo en que un niño tenga relaciones con su madre.
Ella sostiene que la liberación sexual absoluta es la clave de la liberación política y económica. “Si la represión sexual temprana es el mecanismo básico que sostiene la estructura de la servidumbre política, ideológica y económica, la eliminación del tabú del incesto, al abolirse la familia, tendría efectos profundos. Liberando a la sexualidad de la camisa de fuerza que la oprime se produciría una saludable erotización de toda la cultura que cambiaría su naturaleza radicalmente”.


 


Estas ideas extremas son el trasfondo ideológico que impregna ciertos aspectos cuestionables del Currículo Nacional Escolar que vamos a examinar a continuación.
El punto 4 del cap. II, que lleva el título de ENFOQUE DE IGUALDAD DE GÉNERO, que figuraba en la página 16 del Currículo, decía: “Todas las personas independientemente de su identidad de género tienen el mismo potencial para aprender y desarrollarse plenamente.” En la versión corregida del Currículo la frase subrayada por mí ha sido eliminada debido a las protestas de un sector de la población.
El texto podría haber dicho simplemente: “Todas las personas, independientemente de su sexo, tienen el mismo potencial…” ¿Por qué no se redactó simplemente así? Porque identidad de género y sexo no son lo mismo, como lo muestra la frase que aparece a continuación tanto en la versión original, como en la corregida del Currículo:
“Si bien aquello que consideramos “femenino” o “masculino” se basa en una diferencia biológica sexual, éstas son nociones que vamos construyendo día a día, en nuestras interacciones.” Lo que esta frase quiere decir es que las nociones que construimos de femenino, o masculino, a lo largo de la vida pueden superponerse al dato biológico sexual y, eventualmente, contradecirlo: género masculino en cuerpo femenino; o viceversa, género femenino en cuerpo masculino. Femenino y masculino serían pues “construcciones” que nos impone la sociedad y que pueden variar con el tiempo; no son hechos naturales objetivos inalterables.
En su página 30 el Currículo decía que el niño Vive su sexualidad de manera plena y responsable. Independientemente de la explicación que viene después, vivir su sexualidad de manera plena no quiere decir otra cosa que mantener relaciones sexuales. ¿Se espera que el niño (o niña) mantenga relaciones sexuales con sus compañeros del sexo opuesto, o acaso del mismo? Para corregir la impresión equívoca que producía esa frase en negrita se ha añadido a la misma, en la versión corregida, las siguientes palabras: de acuerdo a su etapa de desarrollo y madurez. Es decir, las relaciones que mantengan deben estar de acuerdo a la etapa que está viviendo.
De una u otra manera el texto implica que el niño, o niña, en la escuela puede mantener relaciones que supongan algún tipo de intimidad sexual, tanto más que se invita al niño a explorar y a valorar su cuerpo en función de su identidad sexual y de género (que se supone no necesariamente coinciden). Este texto alienta el despertar sexual del niño o adolescente, al decir: “Supone establecer relaciones de igualdad entre hombres y mujeres, así como relaciones afectivas armoniosas y libres de violencia”, en las que podría llegarse (y esto es lo interesante) a vulnerar los derechos sexuales y reproductivos de una de las partes, que no puede ser otra sino la femenina, puesto que la frase que he subrayado se refiere siempre a las prácticas anticonceptivas y al aborto. En otras palabras el texto oficial está previendo (o promoviendo) en caso de necesidad la aplicación de un procedimiento que está prohibido por la ley.
Más adelante la página 31 decía: “Vive su sexualidad de manera responsable y placentera”. “De manera responsable” querría decir que toma precauciones para no provocar un embarazo indeseado, o quizá, para no contraer una enfermedad de transmisión sexual. “Placentera” quiere decir que disfruta de las diversas formas de gratificación sexual disponibles, sea en solitario o con otra persona. Ante las justificadas protestas ese texto ha sido reemplazado por otro que dice: “Vive su sexualidad de manera integral y responsable”. La palabra “placentera” ha sido prudentemente reemplazada por “integral”, palabra que en este contexto no quiere decir mucho, salvo que quiera decir que se trata de aprovechar todas las posibilidades de gratificación disponibles.
Pero las palabras que siguen son muy significativas: “respetando la diversidad en un marco de derechos”. Eso quiere decir que en el contexto de la escuela hay que mostrar respeto, o tolerancia, por las diversas formas de orientación sexual que pudieran manifestarse pues su ejercicio estaría protegido por el derecho vigente. No conozco a qué leyes estaría aludiendo ese párrafo. Es obvio, sin embargo, que el Currículo da por hecho que en la escuela haya alumnos que manifiesten tendencias homosexuales que tienen que ser respetadas, esto es, que no deben ser objeto de burla o de rechazo por sus compañeros o profesores. No habría nada que objetar a esa preocupación, salvo el que se le dé tanta importancia, como si la diversidad aludida fuera un fenómeno generalizado, cuando en realidad es excepcional.
Al final del párrafo se dice: “Identifica signos de violencia en las relaciones de amistad o de pareja.” Eso está muy bien y es necesario que los educandos estén alertas a los signos de violencia latentes en sus relaciones de amistad, porque las consecuencias pueden ser penosas. Pero el que se añada las “relaciones de pareja” en el contexto escolar da a entender que se considera normal que los escolares establezcan relaciones de pareja entre ellos, que, según el espíritu del texto, podrían incluir las de naturaleza homosexual.
¿Es normal, o recomendable, que los escolares mantengan relaciones plenas de pareja entre ellos? Una concepción pedagógica sana diría que es prematuro y que no contribuye al desarrollo mental y psicológico sano de los adolescentes, ni a su proyecto de vida futuro, tanto más si se considera la posibilidad de que por descuido, o irresponsabilidad, la chica pueda quedar embarazada.
En todo esto hay una intención perversa de corromper a la infancia privándola de una de sus posesiones y virtudes más valiosas, la inocencia. Este fenómeno es el resultado de una estrategia a largo plazo de infiltración de los estamentos decisorios de las autoridades de educación. Nosotros sabemos bien de dónde proceden esos esfuerzos y qué es lo que buscan, pues “no tenemos lucha contra sangre y carne” (Ef 6:12). Tenemos que reconocer lamentablemente que no hemos estado suficientemente alertas para advertirlo y prevenirlo a tiempo, y que ahora sus manifestaciones nos golpean  en la cara. Aún hay tiempo, sin embargo, para contrarrestarlas con la ayuda de Dios.
Amado lector: Si tú no estás seguro de que cuando mueras vas a ir a gozar de la presencia de Dios, yo te invito a pedirle perdón a Dios por tus pecados haciendo una sencilla oración:
"Jesús, tú viniste al mundo a expiar en la cruz los pecados cometidos por todos los hombres, incluyendo los míos. Yo sé que no merezco tu perdón pero quiero recibirlo. Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados y de todo el mal que he cometido hasta hoy. Perdóname, Señor, te lo ruego; lava mis pecados con tu sangre; entra en mi corazón y gobierna mi vida. En adelante quiero vivir para ti y servirte."

#968 (26.03.17). Depósito Legal #2004-5581. Director: José Belaunde M. Dirección: Independencia 1231, Miraflores, Lima, Perú 18. Tel 4227218. (Resolución #003694-2004/OSD-INDECOPI). 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

ELOGIO DE LA MUJER VIRTUOSA I

ELOGIO DE LA MUJER VIRTUOSA
Por José Belaunde M.

El libro de Proverbios culmina con una oda dedicada a alabar a la mujer cuyas cualidades hacen la felicidad de las personas que viven en su entorno (Cap. 31:10-31). Se trata de un poema alfabético o acróstico, esto es, cada verso comienza con una letra distinta del alfabeto hebreo hasta completar las veintidos consonantes que lo componen. (Nota 1).

El poema ha ejercido una gran influencia en el mundo judeo-cristiano, pues ha sentado para todos los tiempos un modelo de esposa para los judíos que sus mujeres tratan de imitar, y que los hombres tratan de encontrar para casarse. Pero también ha ejercido influencia en los medios cristianos. El gran poeta español del siglo XVI, Fray Luis de León, escribió sobre este texto un famoso comentario bajo el título de “La Perfecta Casada”, que en su tiempo fue muy leído, sin hablar de los numerosos comentarios evangélicos.
Todas las mujeres cristianas deberían ser animadas a adquirir desde jóvenes las cualidades que se describen en este bello poema a fin de prepararse no sólo al matrimonio sino también para afrontar los retos que les presente la vida. Esto es tanto más importante cuanto que el mundo moderno presenta a la mujer contemporánea ideales que son no sólo diferentes sino hasta contrarios a los que aquí se exponen.
Tradicionalmente en los ambientes judíos el poema es recitado por los esposos a sus mujeres todos los sábados antes de la ceremonia de la santificación del día de descanso, así como en los funerales de mujeres. Es de notar que mientras la literatura oriental suele alabar la belleza de la mujer como valor femenino supremo, este poema exalta su sentido práctico y sus virtudes, minimizando el valor de la belleza física.

“Mujer virtuosa ¿quién la hallará?" (v. 10ª) La pregunta implica casi una respuesta negativa, como diciendo: difícilmente. De hecho el Predicador expresa su incertidumbre de hallarla (Ecl 7:28). Abraham mandó a buscar en tierra lejana una esposa digna para su hijo Isaac, porque no esperaba encontrarla cerca (Gn 24:3,4). Pero quizá si no se la encuentra fácilmente es porque también rara vez se la busca. Los hombres suelen preferir la belleza física en la mujer que a la virtud. Pero reconozcámoslo, no sólo la mujer virtuosa es difícil de hallar, también lo es el hombre de verdad (Pr 20:6b).

Una mujer fuerte (como rezan otras versiones) es por necesidad virtuosa. Su fortaleza reside en sus virtudes, no en su fortaleza física, porque podría ser débil físicamente y, no obstante, ser fuerte.

El hebreo dice: “la mujer jayil”. “Jayil” quiere decir “fuerza”, “ejército”, “riqueza”, “poder”. (2). La Septuaginta la traduce por andreían, palabra griega que quiere decir “varonil”. El latín de la Vulgata dice “viril”, es decir, varonil. Las versiones hebreas dicen “mujer de valor”, que es una traducción igualmente válida.
Alguno objetará que yo haya escogido dar a este artículo el título de “Elogio de la Mujer Virtuosa”, tal como lo hace la versión Reina Valera, y no el más común de “La Mujer Fuerte”, como ya lo hice antes (Véase el artículo #468, del 29.04.07). ¿Cuál de los dos es correcto? ¿Trata este texto de la mujer fuerte, o de la mujer virtuosa? En verdad el significado de ambas palabras es afín. “Virtuosa” viene de “virtud”; que viene de “virtus” en latín; que viene de “vir”, que quiere decir “varón”. “Virtus” (lo propio del varón) significa precisamente hombría, virilidad, valor, fuerza, fortaleza, cualidades que no son exclusivas del hombre, sino que pueden serlo también, pese a su menor fuerza física, de la mujer que ama a Dios y está llena de su Espíritu.

Una mujer fuerte, o de valor en sentido espiritual, es pues una mujer virtuosa. Es la mujer que se caracteriza por su entereza; que es capaz de afrontar las pruebas de la vida; que educa a sus hijos superando mil dificultades; la mujer, con frecuencia abandonada, que sale adelante sola luchando a brazo partido. ¿No es ella una mujer fuerte? ¿Y no es fuerte porque es virtuosa? ¿Podría ser fuerte, espiritualmente hablando, si no fuera virtuosa? No, ciertamente. Su fortaleza reside en sus virtudes. Eso es lo que hace de ella una mujer admirable.

Ella es una mujer que se ha armado de todas las fortalezas que el Señor pone a su disposición. ¿Cuáles son esas fortalezas, esas excelencias, esas virtudes? Fijémonos en que dice que una mujer de calidad, una mujer digna de encomio, una mujer virtuosa, no se encuentra fácilmente. Feliz es el hombre que la encuentra, “porque su estima (e.d. su valor) sobrepasa largamente, a la de las piedras preciosas.” (v. 10b) Donde nuestra traducción dice “estima” el original hebreo dice “precio”, aludiendo a la dote que el novio debía pagar a los padres de la novia para formalizar el compromiso. (3)

Dice además: “El corazón de su marido está en ella confiado.” (v. 11ª) ¡Qué gran cosa es para un hombre que pueda confiar plenamente y en todos los sentidos en su mujer!
Puede confiar –y eso es lo más importante- en su fidelidad. Notemos que una esposa fiel y un marido justamente confiado se bendicen mutuamente.
Puede confiar en su discreción en todos los asuntos, es decir, que no sea no sólo chismosa, sino que no cuente ni a sus mejores amigas las cosas íntimas entre él y ella y las de su hogar.
Puede confiar en que maneje bien la casa y el dinero que él pone en sus manos; y en el buen uso que ella haga del dinero que ella misma gana.
Puede confiar en ella en cualquier emergencia porque ella es capaz y enérgica, y tiene un gran sentido de su dignidad como mujer. (¿Lo tienen las mujeres peruanas, o se han dejado llevar por la mentalidad de nuestro ambiente que tiende a desvalorizar a la mujer?)
El corazón de su marido está confiado, esto es, puede reposar completamente en ella, y por eso para él su valor sobrepasa al de las joyas más preciosas. Dice además que “no carecerá de ganancias.” (V. 11b) (4). Ella es para él fuente de muchos beneficios, no sólo materiales, porque tiene cuidado cada día de “cómo agradar a su marido.” (1Cor 7:34).

“Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.” (v. 12) Recalco esa frase: “Ella le da bien y no mal todos los días de su vida.” En la vida conyugal y familiar todos nosotros esperamos que de las personas con las que compartimos nuestra vida nos vengan sólo buenas cosas, es decir, satisfacciones, alegrías, beneficios de todo tipo, y no lo contrario, disgustos, cóleras, preocupaciones, sinsabores, amarguras, reproches, etc. De eso depende la armonía del hogar. Es un hecho que la armonía en el hogar depende en gran medida de la mujer. Es ella quien la crea, por su buen carácter, por su inteligencia, por su discreción, por su bondad. ¿Cómo no proclamar que ella es un tesoro para su esposo y para todos los que viven con ella?
Gozar de armonía en casa es uno de los factores principales de la felicidad. En cambio, la falta de armonía en el hogar hace a todos infelices y que todos huyan de él. Acerca de eso dice Pr 19:21: “Mejor es morar en tierra desierta que con mujer rencillosa e iracunda.” (Cf Pr 27:15,16)

En la vida familiar la madre suele ser el nexo entre los hijos pequeños y su padre, a quien ven menos y con quien tienen menos contacto en los primeros años. El rol que una madre amorosa cumple con sus hijos pequeños, sobre todo pero no sólo cuando permanece en casa, es un tesoro invalorable porque les da una gran seguridad en sí mismos cuando son mayores. En cambio la falta de amor materno deja una huella triste en el hombre y lo vuelve inseguro y temeroso.

“Busca lana y lino y con voluntad trabaja con sus manos.” (v. 13). Los materiales de origen animal y vegetal que ella emplea apuntan a su habilidad para tejer. Aunque es muy femenina no tiene reparos en remangarse la ropa y ponerse manos a la obra con el vigor de un hombre. Es trabajadora y esforzada; hábil y eficiente. Por eso dice más adelante el vers. 17 “Ciñe de fuerza sus lomos y esfuerza sus brazos”. En el Medio Oriente tanto los hombres como las mujeres usaban mantos amplios que no les estorbaban al caminar, pero que sí podían hacerlo al trabajar. Para evitarlo la gente (o los soldados que salían a batallar) se ceñían la ropa al cuerpo con un cinturón. La expresión “ceñirse los lomos” es decir, la cintura” quedó como una forma de expresar que uno se alista, o adopta la actitud apropiada para enfrentar el reto que tiene delante (como, por ejemplo en Efesios 6:14: "…ceñidos vuestros lomos con la verdad…” Véase Ex 12:11; 1R 18:46; 2R 4:29). Una vez ceñida, ella fortalece sus brazos para la tarea que se ha propuesto realizar.

“Es como nave de mercader que trae su pan de lejos.” (v. 14). (5). Ella tiene dotes de comerciante y hace negocios para incrementar los ingresos de su familia vendiendo las telas que ella teje (Véase vers. 24). La frase “trae su pan de lejos” sugiere que ella explora posibilidades aun alejadas del lugar donde vive, en otras ciudades, y hasta en el extranjero, para negociar. Pero seguramente tiene en cuenta también lo que aconseja el proverbio: “Encomienda al Señor tus obras, y tus planes serán afirmados.” (Pr 16:3).

Dice además que la mujer virtuosa nunca está ociosa: “Se levanta aún de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas.” (v. 15). Se levanta de madrugada y se ocupa de lo que va a comer su familia ese día, o lo prepara ella misma, de modo que todos puedan ir, o ponerse a trabajar temprano.

También dice más adelante: “Su lámpara no se apaga de noche.” (v. 18b). Se acuesta tarde y se levanta temprano y está siempre trabajando porque es una mujer diligente a la que le gusta tener todo en orden. No por estar siempre ocupada deja de ser fuerte, porque el Señor le da energía y fuerzas de modo que en su trabajo, en su actividad, ella encuentra su fortaleza. En el Antiguo Testamento la lámpara que se apaga es un símbolo de desventura, o de pobreza (Jb: 18:5,6; Pr 13:9; 20:20; 24:20; Jr 25:10); por tanto, la lámpara que permanece encendida toda la noche es señal de prosperidad.

Cuando dice que “da comida a los suyos” eso debe entenderse no sólo en un sentido material, sino también en un sentido espiritual, porque ella aconseja a los suyos, los trata bien, los anima. Es interesante notar que donde nuestra traducción dice “comida” el original hebreo dice “presa”, en alusión a la costumbre de la leona que sale de caza a oscuras para encontrar una presa para dar de comer a sus leoncillos. Podemos ver que ella pone el bienestar de su familia por encima de su propia comodidad, y se porta como una leona si fuera necesario.

En su casa nunca faltan alimentos, y hay incluso para dar al hambriento que pasa por su puerta (cf v. 20). Ella piensa también en la alimentación del personal doméstico, y no hace distingos en su alimentación que podrían ser ofensivos para ellos. Si tiene una o varias empleadas, las trata con consideración, y es por eso respetada y amada por ellas. Sólo el amor puede hacer que el trabajo rudo o rutinario sea placentero.

En el Perú se trata mal al personal doméstico. Cuidémoslo de hacerlo, porque Dios nos pedirá cuentas. Recuérdese que Él es “padre de huérfanos y defensor de viudas.” (Sal 68:5)

“Considera la heredad y la compra. Planta viña del fruto de sus manos…” (es decir, con el dinero que ella ha ganado). (v. 16) Tiene mucho sentido práctico y está siempre pensando en el bienestar material de su familia y en cómo aumentar el patrimonio familiar, y lo hace de acuerdo con su marido. Aquí vemos un ejemplo de una verdadera “sociedad conyugal”.

Ella está segura de que su relación con su esposo es inconmovible. Él está tan ligado a ella como ella a él, porque son una sola carne, como dice Gn 2:24. ¡Qué bendición es para todos en el hogar cuando hay esa clase de unidad entre los esposos!

“Ve que van bien sus negocios.” (v. 18ª). Los supervisa y los cuida para que prosperen (Pr 27:23). Ella es como el mayordomo fiel de la parábola, a quien el señor le confía una suma de dinero, y que cuando regresa ve que esa suma de dinero se ha multiplicado. El mayordomo fiel ha hecho lo que su señor esperaba de él, y mucho más todavía. Por eso su señor le dice: “Bien siervo bueno y fiel, porque has sido fiel en lo poco sobre mucho te pondré.” (Mt 25:23), palabras que ella algún día escuchará.
A la mujer fiel Dios le confía, a medida que pasa el tiempo, más y más cosas porque sabe que ella cumple lo que promete y asume con seriedad las responsabilidades que se le confían; sabe que ella se empeña en hacerlo todo lo mejor posible dentro de sus fuerzas; sabe que ella no va a defraudar a los que ponen su confianza en ella. Y por eso el Señor la premia.

“Aplica su mano al huso y sus manos a la rueca”. (v. 19). Pocos recuerdan hoy lo que son el huso y la rueca, pero las mujeres en la Sierra todavía las usan. En nuestros días y ciudades se diría: “Aplica sus manos a la máquina de coser”. ¿Cuántas mujeres hoy día tienen una máquina de coser en casa y la usan con frecuencia? ¿Cuántas se empeñan en desarrollar el potencial de creatividad que Dios puso en ellas para ser útiles a sí mismas y a otros en muchos campos? Pueden serlo no sólo con sus manos sino también con su inteligencia y con su boca.

Notas: 1. Poemas alfabéticos son también los salmos 9, 10, 25, 34, 37, 111, 112, 119; y las Lamentaciones 1 al 4; pero con excepción del salmo 119, sólo la NIV, la Biblia de Jerusalén y la versión Nácar-Colunga, lo muestran.
2.
Las palabras eset jayil son aplicadas también a Rut en Rt 3:11, que Reina Valera 60 traduce como “mujer virtuosa”.
3.
Esa es una costumbre que se mantuvo mucho tiempo en el mundo cristiano como una manera de asegurarse de que el pretendiente tenga los medios para sostener el hogar.
4.
La palabra hebrea traducida como “ganancias” significa “botín”, que es un término militar, lo que sugiere que ella actúa de acuerdo a una estrategia bien pensada.
5.
Los comerciantes de la antigüedad fletaban barcos para ir a países distantes, en los que ofrecían la mercancía que llevaban consigo, y compraban lo que podían vender en su país de origen.

NB. Este artículo y el siguiente del mismo título están basados en el artículo “La Mujer Fuerte” mencionado arriba, que ha sido revisado y ampliado para esta nueva edición, el cual, a su vez, estaba basado en una charla dada en el ministerio de la “Edad de Oro”.

Amado lector: Si tú no estás seguro de que cuando mueras vas a ir a gozar de la presencia de Dios, es muy importante que adquieras esa seguridad, porque no hay seguridad en la tierra que se le compare y que sea tan necesaria. Como dijo Jesús: “¿De que le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?” (Mt 16:26) ¿De qué le serviría tener todo el éxito que desea si al final se condena? Para obtener esa seguridad tan importante yo te invito a arrepentirte de tus pecados, pidiendo perdón a Dios por ellos, y entregándole tu vida a Jesús, haciendo una sencilla oración como la que sigue:“Yo sé, Jesús, que tú viniste al mundo a expiar en la cruz los pecados cometidos por todos los hombres, incluyendo los míos. Yo sé también que no merezco tu perdón, porque te he ofendido conciente y voluntariamente muchísimas veces, pero tú me lo ofreces gratuitamente y sin merecerlo. Yo quiero recibirlo. Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados y de todo el mal que he cometido hasta hoy. Perdóname, Señor, te lo ruego; lava mis pecados con tu sangre; entra en mi corazón y gobierna mi vida. En adelante quiero vivir para ti y servirte.”
#701 (13.11.11) Depósito Legal #2004-5581. Director: José Belaunde M. Dirección: Independencia 1231, Miraflores, Lima, Perú 18. Tel 4227218. (Resolución #003694-2004/OSD-INDECOPI).