miércoles, 4 de marzo de 2015

LA LEVADURA DE LOS FARISEOS

LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M.
LA LEVADURA DE LOS FARISEOS
Un Comentario de Mateo 16:5-12
5, 6. “Llegando sus discípulos al otro lado, se habían olvidado de traer pan. Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos.”

Los discípulos de Jesús deben haber estado muy distraídos por lo ocurrido al otro lado del lago porque al embarcarse se olvidaron de traer provisiones consigo, y es natural que al llegar después de la travesía en el lago, sintieran hambre. Ellos deben haber estado comentando entre sí su olvido y pensando dónde podían ir a comprar lo necesario, cuando Jesús les interrumpe bruscamente y les dice: “Guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos.” (1)
La palabra levadura, aparte de su significado natural, tiene un rico significado simbólico desde el Antiguo Testamento (Ex 12:15,19; 13:7), en un caso positivo (Mt 13:33), pero sobre todo negativo (Ex 34:25; Lv 2:4,5,11; cf 1Cor 5:6-8; Gal 5:9). Lucas, en el pasaje paralelo, en efecto, precisa que Jesús añadió que la levadura de los fariseos era la hipocresía (Lc 12.1).
7. “Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan.”
Los discípulos creyeron que Jesús les decía eso porque se habían olvidado de traer de comer, aunque a nosotros se nos hace difícil comprender cómo ellos pudieron entender que Jesús les hacía un reproche al respecto.
8-10. “Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan? ¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis? ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis?”
Jesús justificadamente se asombra de la conclusión peregrina que ellos han sacado de sus palabras, y les reprocha su falta de entendimiento espiritual y su poca fe. ¿Por qué hace este segundo reproche que ya les había hecho en otra oportunidad? (Mt 15:16) Porque la fe abre el entendimiento. Parafraseando a Agustín podríamos decir que no se trata de comprender para creer, sino de creer para comprender. Al que cree no sólo todo le es posible, como dijo una vez Jesús (Mr 9:23), sino que todo le es fácil de entender, porque la fe es una luz que ilumina. Pero el que carece de ella anda en tinieblas, y no entiende nada.
¿Cómo es posible que los fariseos y saduceos me pidieran hipócritamente que yo les diera una señal del cielo que confirmara que mi enseñanza y mis hechos vienen de Dios, cuando ellos habían sido testigos de los milagros que he hecho recientemente de la multiplicación de los panes? ¿No deberían bastarles esos milagros como señal de que yo hago las obras de mi Padre?
¿Y cómo es posible que vosotros, mis discípulos, a la vista de esos milagros, estéis preocupados por lo que habéis de comer? Si yo pude alimentar a tantos miles, ¿no seré capaz de hacer lo mismo con unos pocos?
El pasaje paralelo de Marcos 8:17,18 muestra más claramente el fastidio de Jesús ante la incomprensión de sus discípulos, pues les reprocha su corazón endurecido y les aplica las palabras de Is 6:19, que ya había aplicado en Mr 4:12 a los que estaban fuera del reino de Dios: “¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís?” (cf Jr 5:21; Ez 12:2).
11, 12. ¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos? Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.”
¿Son ustedes tan obtusos que no entienden lo que les quiero decir? ¿Que lo que he llamado levadura en este caso se refiere a las doctrinas de estos dos grupos de hombres? Ellos no se ponen de acuerdo entre sí acerca de lo que hay que creer, pero lo que enseñan, tanto unos como otros, está muy lejos de los propósitos de Dios. Y aunque ellos gozan de mucho prestigio ante el pueblo, hay que apartarse de ellos porque lo que enseñan es doctrina de hombres, no procede de Dios, y sólo sirve para apartar a la gente del recto camino.
Entonces, por fin, los discípulos entendieron de qué les había hablado Jesús cuando les dijo que se guardasen de la levadura de los fariseos y saduceos (2). Ésta es una advertencia que nos hace a todos, porque también en nuestro tiempo hay muchos fariseos y muchos saduceos que predican doctrinas mentirosas desde las cátedras, desde las pantallas de TV, desde los periódicos y revistas, y aún desde los púlpitos. El enemigo no cesa de suscitar agentes para confundir y extraviar a la gente, y es necesario que estemos en guardia y exhortemos a otros que también lo estén.
Notas: 1. El pasaje paralelo en Mr 8:15 dice “la levadura de los fariseos y la levadura de Herodes” (partidarios de Herodes Antipas). Pero no hay contradicción porque los herodianos solían ser saduceos y viceversa. La levadura de los herodianos era, por lo que sabemos de ellos, su ateísmo práctico y su falta de escrúpulos.
2. La doctrina de los fariseos que Jesús denuncia en varias oportunidades eran las reglas y mandamientos derivados de las tradiciones de sus mayores, que ellos agregaban a las Escrituras, y por cuya causa a veces dejaban de cumplir lo que la ley de Moisés manda, y así enseñaban a otros (Mr 7:6,13). La doctrina de los saduceos consistía básicamente en negar la resurrección de los muertos y la vida más allá de la muerte (Mt 22:23-32), así como la existencia de los ángeles y demonios (Hch 23:8).
Amado lector: Si tú no estás seguro de que cuando mueras vas a ir a gozar de la presencia de Dios, yo te invito a pedirle perdón a Dios por ellos haciendo la siguiente oración:
“Jesús, tú viniste al mundo a expiar en la cruz los pecados cometidos por todos los hombres, incluyendo los míos. Yo sé que no merezco tu perdón, porque te he ofendido conciente y voluntariamente muchísimas veces, pero tú me lo ofreces gratuitamente y sin merecerlo. Yo quiero recibirlo. Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados y de todo el mal que he cometido hasta hoy. Perdóname, Señor, te lo ruego; lava mis pecados con tu sangre; entra en mi corazón y gobierna mi vida. En adelante quiero vivir para ti y servirte.”


#861 (28.12.14). Depósito Legal #2004-5581. Director: José Belaunde M. Dirección: Independencia 1231, Miraflores, Lima, Perú 18. Tel 4227218. (Resolución #003694-2004/OSD-INDECOPI). 

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