LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M.
LA LEVADURA DE LOS FARISEOS
Un Comentario de Mateo 16:5-12
Los discípulos de Jesús
deben haber estado muy distraídos por lo ocurrido al otro lado del lago porque
al embarcarse se olvidaron de traer provisiones consigo, y es natural que al
llegar después de la travesía en el lago, sintieran hambre. Ellos deben haber
estado comentando entre sí su olvido y pensando dónde podían ir a comprar lo
necesario, cuando Jesús les interrumpe bruscamente y les dice: “Guardaos de la levadura de los fariseos y
de los saduceos.” (1)
La palabra levadura, aparte de su significado natural, tiene un rico
significado simbólico desde el Antiguo Testamento (Ex 12:15,19; 13:7), en un
caso positivo (Mt 13:33), pero sobre todo negativo (Ex 34:25; Lv 2:4,5,11; cf
1Cor 5:6-8; Gal 5:9). Lucas, en el pasaje paralelo, en efecto, precisa que
Jesús añadió que la levadura de los fariseos era la hipocresía (Lc 12.1).
7. “Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto
dice porque no trajimos pan.”
Los discípulos creyeron
que Jesús les decía eso porque se habían olvidado de traer de comer, aunque a
nosotros se nos hace difícil comprender cómo ellos pudieron entender que Jesús
les hacía un reproche al respecto.
8-10. “Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué
pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan? ¿No
entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y
cuántas cestas recogisteis? ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas
canastas recogisteis?”
Jesús justificadamente se
asombra de la conclusión peregrina que ellos han sacado de sus palabras, y les
reprocha su falta de entendimiento espiritual y su poca fe. ¿Por qué hace este
segundo reproche que ya les había hecho en otra oportunidad? (Mt 15:16) Porque
la fe abre el entendimiento. Parafraseando a Agustín podríamos decir que no se
trata de comprender para creer, sino de creer para comprender. Al que cree no
sólo todo le es posible, como dijo una vez Jesús (Mr 9:23), sino que todo le es
fácil de entender, porque la fe es una luz que ilumina. Pero el que carece de
ella anda en tinieblas, y no entiende nada.
¿Cómo es posible que los fariseos y saduceos me pidieran hipócritamente
que yo les diera una señal del cielo que confirmara que mi enseñanza y mis
hechos vienen de Dios, cuando ellos habían sido testigos de los milagros que he
hecho recientemente de la multiplicación de los panes? ¿No deberían bastarles
esos milagros como señal de que yo hago las obras de mi Padre?
¿Y cómo es posible que vosotros, mis discípulos, a la vista de esos
milagros, estéis preocupados por lo que habéis de comer? Si yo pude alimentar a
tantos miles, ¿no seré capaz de hacer lo mismo con unos pocos?
El pasaje paralelo de Marcos 8:17,18 muestra más claramente el fastidio de
Jesús ante la incomprensión de sus discípulos, pues les reprocha su corazón
endurecido y les aplica las palabras de Is 6:19, que ya había aplicado en Mr
4:12 a los que estaban fuera del reino de Dios: “¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís?” (cf Jr 5:21; Ez
12:2).
11, 12. ¿Cómo es que no entendéis que no fue por el
pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los
saduceos? Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la
levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.”
¿Son ustedes tan obtusos
que no entienden lo que les quiero decir? ¿Que lo que he llamado levadura en
este caso se refiere a las doctrinas de estos dos grupos de hombres? Ellos no
se ponen de acuerdo entre sí acerca de lo que hay que creer, pero lo que
enseñan, tanto unos como otros, está muy lejos de los propósitos de Dios. Y
aunque ellos gozan de mucho prestigio ante el pueblo, hay que apartarse de
ellos porque lo que enseñan es doctrina de hombres, no procede de Dios, y sólo
sirve para apartar a la gente del recto camino.
Entonces, por fin, los discípulos entendieron de qué les había hablado
Jesús cuando les dijo que se guardasen de la levadura de los fariseos y
saduceos (2). Ésta es una
advertencia que nos hace a todos, porque también en nuestro tiempo hay muchos
fariseos y muchos saduceos que predican doctrinas mentirosas desde las
cátedras, desde las pantallas de TV, desde los periódicos y revistas, y aún
desde los púlpitos. El enemigo no cesa de suscitar agentes para confundir y
extraviar a la gente, y es necesario que estemos en guardia y exhortemos a
otros que también lo estén.
Notas: 1. El pasaje paralelo en Mr 8:15 dice “la
levadura de los fariseos y la levadura de Herodes” (partidarios de Herodes
Antipas). Pero no hay contradicción
porque los herodianos solían ser saduceos y viceversa. La levadura de los
herodianos era, por lo que sabemos de ellos, su ateísmo práctico y su falta de
escrúpulos.
2. La doctrina de los fariseos que Jesús denuncia en varias oportunidades
eran las reglas y mandamientos derivados de las tradiciones de sus mayores, que
ellos agregaban a las Escrituras, y por cuya causa a veces dejaban de cumplir
lo que la ley de Moisés manda, y así enseñaban a otros (Mr 7:6,13). La doctrina
de los saduceos consistía básicamente en negar la resurrección de los muertos y
la vida más allá de la muerte (Mt 22:23-32), así como la existencia de los
ángeles y demonios (Hch 23:8).
Amado
lector: Si tú no estás seguro de que cuando mueras vas a ir a gozar de la
presencia de Dios, yo te invito a pedirle perdón a Dios por ellos haciendo la
siguiente oración:
“Jesús, tú viniste al mundo a expiar en la cruz los pecados cometidos por
todos los hombres, incluyendo los míos. Yo sé que no merezco tu perdón, porque te
he ofendido conciente y voluntariamente muchísimas veces, pero tú me lo ofreces
gratuitamente y sin merecerlo. Yo quiero recibirlo. Me arrepiento sinceramente
de todos mis pecados y de todo el mal que he cometido hasta hoy. Perdóname,
Señor, te lo ruego; lava mis pecados con tu sangre; entra en mi corazón y
gobierna mi vida. En adelante quiero vivir para ti y servirte.”
#861 (28.12.14). Depósito Legal
#2004-5581. Director: José Belaunde M. Dirección: Independencia 1231,
Miraflores, Lima, Perú 18. Tel 4227218. (Resolución #003694-2004/OSD-INDECOPI).
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