miércoles, 27 de febrero de 2013

ANOTACIONES AL MARGEN XXXIV


LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M.
ANOTACIONES AL MARGEN XXXIV

* Para amar de verdad hay que ser humilde porque amar significa inclinarse hacia el otro. El que ama se entrega e inevitablemente se vuelve vulnerable. Y cuanto más ame, más lo será.
* ¿Es nuestra vida digna del amor que Dios nos ha mostrado? Nosotros pasamos todo el tiempo pensando en nuestros intereses, placeres y conveniencias, y rara vez pensamos en Dios durante el día. Pero Pablo escribió: “Orad sin cesar” (1Ts 5:17), que quiere decir pensar en Él y hablar con Él todo el tiempo. ¿Lo hacemos?
¿En qué piensa todo el tiempo el enamorado, la enamorada? En el ser amado, lo que prueba que sí es posible pensar constantemente en una persona. Pero cuando se trata de Dios, no podemos o nos cuesta mucho, porque no estamos enamorados de Él. Pero nadie nos ama tanto como Dios.
¿Tu enamorado, o enamorada, daría la vida por ti? ¿Se dejaría crucificar por ti? Seguro que no, porque no te ama tanto como para llegar a ese extremo. Sin embargo lo amas más que a Dios. ¡Que inconsecuente y qué ingrato eres!
* Cada día Jesús es ofendido por los pecados de los hombres. ¿Cómo puedo yo sumarme a esos ataques, como si yo fuera un impío y no lo conociera?
* Si me hago pequeño y humilde como un niño, Jesús se agradará de mí. Eso no impedirá que Él me levante delante de otros, siempre y cuando yo no me jacte de ello.
Dios no ama al jactancioso, al que se enorgullece de lo que Dios ha hecho en él (1P5:5b) porque Él es celoso de su gloria.
* Si Jesús se humilló a sí mismo haciéndose pequeño al hacerse hombre, y tomando forma de siervo ¿por qué no podré yo hacerme pequeño y humillarme a los ojos de otros, siguiendo su ejemplo?
* Uno de los mayores pecados del incrédulo es rechazar el amor con que Dios lo ama. ¡Cuántos hay que en su soberbia dicen: Yo no necesito de Dios! Si no se arrepienten, algún día esas palabras arderán en sus entrañas como una espada de fuego lacerante que nunca se apaga.
* La palabra de Dios dice que este mundo está reservado para ser destruido por el fuego (2P 3:7), así como el mundo antiguo lo fue por las aguas. ¿Tan mal están las cosas para que Dios tenga que intervenir de esa manera? Si vemos el avance del matrimonio gay en el mundo, no nos extrañe.
* Todos tenemos un oficio o una profesión, pero lo primero que se enseñaba a los niños es que hemos sido creados para amar a Dios sobre todas las cosas. Ése es nuestro primer oficio, nuestra ocupación prioritaria. Cuando lo es en la práctica, todo lo demás encaja en su lugar.
* ¿Habrá antesala en el cielo? ¿Tendremos que pedir cita para que Dios nos reciba y podamos hablarle? ¿Acaso la necesitamos ahora? Más bien parece lo contrario: Que Dios tiene que pedirnos cita para que le escuchemos, porque de ordinario no le hacemos caso.
* ¡Parece increíble! Que Jesús quiera venir a alojarse en un alma llena de pecado y de maldad. Pero Él está donde quiere y no hay pecado que lo espante.
* ¿A quiénes detesta Jesús? A los hipócritas y a los oportunistas, esto es, a los falsarios.
* Los que fingen una devoción que no tienen, pecan contra el Espíritu Santo.
* ¿Cómo podría agradar a Dios el que ora con una voz fingida y engolada? Él detesta a los hipócritas. Dios nos libre de caer en ese pecado.
* ¡Que sea nuestra oración diaria: “Venga a nosotros tu reino!” (Mt 6:10) El reino de Dios es “justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”, escribió Pablo (Rm 14:17). ¿Pero no es también amor, por encima de todo?
Dondequiera que se haga presente el Espíritu Santo está el amor.
* Todo el que se niega a creer rechaza al mismo tiempo el amor infinito con que Dios lo ama. Es extraño, porque ¿quién no ama ser amado?
* Cuando obramos precipitadamente y con impaciencia, despreciamos la paz que Dios ha infundido en nuestros corazones y escogemos el estilo del diablo.
* Yo doy de lo que me sobra, o no me es indispensable. Pero ¿pasaría yo hambre un día para saciar el hambre de un muerto de hambre? ¿Me privaría yo de lo necesario para ayudar a otro? Hacer eso es propio de santos. ¡Pero qué lejos estoy de eso! Sin embargo, ¿qué espera Jesús de nosotros: actos de caridad mediocres o actos heroicos? Si yo fuera conciente de que lo que yo doy a otros en realidad se lo doy a Jesús (Mt 25:37-40), ¿sería yo tan mezquino? ¿Puedo escatimarle algo a quien dio su vida por mí? ¿Cuándo amaré a Jesús como Él merece ser amado? Cuando ame a mi prójimo tanto como me amo a mí mismo, amaré a Jesús que está en él.
* ¡Con cuánta frecuencia el dinero sólo sirve para mandar a la gente al infierno! El dinero ofrece a la gente ocasiones de pecar que no tendrían si carecieran de él. No sólo ocasiones de pecar por lujuria, sino también por orgullo. Por eso Jesús dijo que era más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos (Mr 10:25).
Pero el dinero ofrece también satisfacciones de otro orden que, sin ser pecaminosas, alejan a la gente de Dios.
* En cierta medida el mal es necesario en la tierra porque el dolor es necesario. El dolor es nuestra escuela. Hay quienes lo causan y hay quienes lo sufren. Mejor es pertenecer a los segundos que a los primeros, aunque los primeros sean también necesarios.
Pero el que no ha pasado por la escuela del dolor es todavía inmaduro.
* ¿Cuánto cuesta sonreír? Nuestras sonrisas amables, sin malicia, están apuntadas en el cielo, porque hacen más bien de lo que pensamos.
* Si yo amara realmente a Dios estaría todo el tiempo pensando en cómo aliviar el dolor ajeno.
* Debemos darle a Dios plena libertad para hacer en nosotros la obra que Él desea. ¿Pero acaso necesita Él de nuestro permiso? No estrictamente, porque Él siempre hace lo que desea. Pero si nosotros nos rendimos a Él de la manera dicha, cooperando con Él, Él podrá hacer en nosotros una obra más completa. Por eso nuestra oración diaria debe ser: Señor, yo te pertenezco; haz en mí lo que deseas (cf Lc 1:38).
* Si Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1:29), ¿cómo puedo yo dudar de que me haya perdonado todos los pecados que he confesado y de los que me he arrepentido sinceramente?
* Jesús se hizo igual a nosotros en todo menos en el pecado. Aunque es Dios, Él es nuestro compañero, nuestro amigo, nuestro camarada.
* Yo tengo puesta toda mi esperanza en Dios, en que Él nunca me abandonará, porque lo busco con toda mi alma.
* Debemos estar alertas no sólo frente a las tentaciones de la carne, sino también frente a los intentos del diablo de perturbar nuestra paz interior. Pero si nuestra conciencia nos acusa no podemos tener paz.
* Así como Dios puso a Adán en el huerto del Edén para que lo labrara, de igual manera Dios nos ha confiado el huerto de nuestra alma para que lo labremos. Algún día vendrá a pedirnos cuenta de cuán bien lo cultivamos y qué buenos frutos producimos para Él, así como de cuánta maleza y mala hierba lo limpiamos.
* Cuán cierto es que la castidad ennoblece nuestra naturaleza y nos hace semejantes a los ángeles que no conocen la sensualidad. ¿El matrimonio es entonces algo malo o inferior? Aunque el matrimonio fue creado por Dios y la sensualidad es un componente de ese estado, yo no dudo de que el celibato sea un estado superior. Pablo dijo que él quisiera que todos fueran como él, que era célibe, pero que no todos tienen ese don (1Cor 7:7-9), y es peligroso intentar algo a lo que Dios no nos ha llamado. Por eso también nos advirtió que era mejor casarse que estarse quemando. Pero Jesús nos dio ejemplo, siendo célibe. Se me hace imposible imaginarlo casado. Y Él es nuestro modelo.
* Así como hoy es el día de nuestra salvación, como dice una canción, hoy es también el día para servir al Señor y dar fruto, cualquiera que sea nuestra edad.
* Como la Magdalena frente al sepulcro, a veces nosotros no nos damos cuenta de que Jesús está a nuestro lado, obrando. Él hace que las cosas nos salgan bien, no el jardinero (Jn 20:14-16).
* Si nosotros nos llenamos de la palabra de Dios, como sugiere Pablo en Colosenses 3:16, caminaremos con paso seguro a la meta de nuestra salvación y agradaremos a Dios.
* ¿Por qué se deleitaría Dios en un pobre pecador? Porque ama a sus criaturas pese a todas sus miserias, aunque lo ofenden. Por eso trata por todos los medios posibles de ganarlos para su reino.
* Si confiamos en Dios no nos preocupamos del mañana, pero si no confiamos en Él, mejor es que nos preocupemos, porque el mañana es incierto y está plagado de peligros.
* ¡Cómo pudiera decirse de mí: Está en el mundo pero no es del mundo, como dijo Jesús de sus apóstoles! (Jn 17:11,14,16).
Amado lector: Si tú no estás seguro de que cuando mueras vas a ir a gozar de la presencia de Dios, es muy importante que adquieras esa  seguridad, porque no hay seguridad en la tierra que se le compare y que sea tan necesaria. Con ese fin yo te invito a pedirle a Dios por tus pecados haciendo la siguiente oración:
   “Jesús, tú viniste al mundo a expiar en la cruz los pecados cometidos por todos los hombres, incluyendo los míos. Yo sé que no merezco tu perdón, porque te he ofendido conciente y voluntariamente muchísimas veces, pero tú me lo ofreces gratuitamente y sin merecerlo. Yo quiero recibirlo. Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados y de todo el mal que he cometido hasta hoy. Perdóname, Señor, te lo ruego; lava mis pecados con tu sangre; entra en mi corazón y gobierna mi vida. En adelante quiero vivir para ti y servirte.”
ANUNCIO: YA ESTÁ A LA VENTA EN LAS LIBRERÍAS CRISTIANAS Y EN LAS IGLESIAS MI LIBRO “MATRIMONIOS QUE PERDURAN EN EL TIEMPO” (Vol 1) INFORMES: EDITORES VERDAD & PRESENCIA. AV. PETIT THOUARS 1191, SANTA BEATRIZ, LIMA. TEL. 4712178.
#764 (03.02.13). Depósito Legal #2004-5581. Director: José Belaunde M. Dirección: Independencia 1231, Miraflores, Lima, Perú 18. Tel 4227218. (Resolución #003694-2004/OSD-INDECOPI).

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