miércoles, 9 de marzo de 2022

¿QUÉ SON LOS EVANGÉLICOS? I B

 

LA VIDA Y LA PALABRA

Por José Belaunde M.

¿QUÉ SON LOS EVANGÉLICOS? I B

Después de esta experiencia transcendental, John viajó a Alemania para visitar la comunidad de moravos en Herrenhut, que dirigía el conde Nikolaus von Zinzendorf y quedó impresionado por la piedad sincera y la unidad del grupo.

¿Quiénes eran estos hermanos moravos? Para contestar a esa pregunta debemos evocar la figura de Jan Hus (1372-1415). De origen humilde él hizo sus estudios en la Universidad de Praga, de la que fue nombrado profesor en 1398. Fue ordenado sacerdote, motivado como muchos por el deseo de prestigio, de seguridad financiera y por la amistad de la sociedad académica. En un momento dado experimentó una conversión profunda que lo llevó a adoptar una vida más simple, y aspirar a un intenso crecimiento espiritual. Involuntariamente se vio envuelto en la controversia entre los profesores alemanes y los checos en la universidad. Hus, sin embargo, gozaba de gran prestigio como rector y predicador de la capilla de Belén en Praga, usando el idioma checo. Influenciado por el filósofo inglés John Wiclif (c1329-1384), cuyas obras tradujo al checo, denunció los abusos y riqueza del clero, cuya moralidad dejaba mucho que desear. Esto provocó una reacción en contra suya. Fue denunciado a Roma, y como consecuencia, el arzobispo de Praga le prohibió predicar, orden que él no acató, siendo en consecuencia, excomulgado.

El rey Wenzeslao le ordenó abandonar Praga. Apeló la decisión de la curia al concilio de Constanza en 1414, a donde, después de mucho dudar, viajó provisto de un salvoconducto del emperador Sigismundo, pese a lo cual fue encarcelado. En una audiencia pública se le ordenó abjurar de ideas que nunca habían sido suyas. Fue declarado hereje obstinado, degradado del sacerdocio y quemado en la hoguera el mismo día.

Su condena fue ciertamente un gran crimen que lo convirtió en héroe nacional y mártir. El movimiento religioso suscitado por él continuó después de su muerte, dividido en dos ramas, una moderada, llamada "utraquista", y otra extrema, que asumió el nombre de "taboritas". Los primeros creían que los laicos debían recibir los dos elementos de la Eucaristía, el pan y el vino. Después de derrotar a los taboritas en la batalla de Lipany, el concilio de  Basilea (1431-49) llegó a un acuerdo con los utraquistas, concediendo el uso de las dos especies de la comunión a los laicos. Se convirtieron en la iglesia oficial de Bohemia, hasta que la guerra de treinta años (1618-48) trajo la restauración plena del catolicismo.

Por su lado, los taboritas, el ala más radical del movimiento husita, rechazaban la transubstanciación, el purgatorio, los santos, las reliquias, y la distinción entre sacerdotes y laicos. El movimiento llegó a ser masivo, nutrido por las clases bajas. Derrotaron a las cruzadas imperiales dirigidas contra ellos, hasta que muerto su líder, Jan Zigby, fueron derrotados por los nobles en la batalla de Lipany.

Un remanente de hermanos moravos fue invitado por el conde Nikolaus von Zinzendorf, cuya familia tenía conexiones pietistas, a establecerse en sus dominios y fundar una comunidad con el nombre de Herrenhut (La Protección del Señor) de acuerdo al modelo de la antigua Unitas Fratum. Aunque su primer dirigente fue un carpintero de nombre Christian David, Zinzendorf manejaba todos sus asuntos y con el tiempo fue consagrado obispo en 1737. Llevaban una vida austera dedicada al trabajo y a la oración: “No trabajamos por vivir sino vivimos para trabajar” comentó una vez Zinzendorf. La borrachera, el hurto, los juramentos, el sexo ilícito eran castigados con la expulsión. El baile estaba estrictamente prohibido. No obstante más gente quería unirse a ellos que los que podían humanamente admitir. 

En 1731 Zinzendorf encontró a un esclavo convertido que le habló de la necesidad de enviar misioneros. En poco tiempo los moravos asumieron las misiones como  una de sus principales tareas, enviando misioneros desde  Groenlandia hasta Sudáfrica, mucho antes de que lo hiciera el pastor bautista William Carey en 1793. Tuvieron un éxito particular en Norteamérica predicando a los indígenas.   

De regreso de Alemania John empezó a predicar en muchas iglesias y sociedades proclamando la necesidad de comprometerse con Cristo y de asemejarse cada vez más a Él. Aquí se podría notar la influencia del libro "La Imitación de Cristo" de T. Kempis.

Pero muchos pastores objetaban su mensaje y se negaban a cederle el púlpito. Objetaban sobre todo la manera emocional como la gente reaccionaba a su prédica. Quizá también se sentían cuestionados por su mensaje.

John empezó a predicar al aire libre en Bristol en 1739, y empezó a viajar a caballo por toda Inglaterra y Escocia, predicando donde quiera que pudiera hacerlo, con frecuencia desde su cabalgadura, algo entonces inusitado. Viajó miles de kilómetros en un año y predicó un promedio de 15 sermones por semana. Lo hacía con o sin el permiso del pastor anglicano local. A la objeción: "Esta no es su parroquia", él contestaba: "El mundo es mi parroquia".

Si bien John adoptó la técnica evangelística de George Whitefield, él añadió sus propias innovaciones. Estableció grupos que se reunían semanalmente, según el modelo pietista, a los que llamó "clases", y que eran dirigidos por laicos. Nombró predicadores que debían visitar las clases, agrupadas en circuitos regulares.

La segunda innovación de John fue establecer lugares de reunión domésticos. Al crecer el movimiento, las casas de los miembros resultaron pequeñas para acomodar a tantas personas. John entonces propició la construcción de capillas que colaboraban con la iglesia local.

Pronto John observó con desagrado que metodistas laicos empezaban a predicar, por lo que les prohibió hacerlo. Sin embargo, su madre le hizo notar que él podía estarse oponiendo a la obra del Espíritu Santo. John escuchó el consejo materno, y pronto la predicación de laicos se convirtió en una de las características del movimiento. Posteriormente John organizó a sus predicadores laicos en conferencias anuales.

Después de la revolución americana de 1776 los metodistas americanos se sintieron incómodos de estar ligados a la iglesia de Inglaterra, por lo que Wesley autorizó la creación de una iglesia metodista en la nueva nación y ordenó a un obispo que la presidiera. Cuatro años después de la muerte de Wesley la iglesia metodista se constituyó como una iglesia separada de la iglesia anglicana en Inglaterra.

Si bien Charles Wesley hizo también una gran labor como predicador al lado de su hermano, su don mayor estaba en su talento como poeta y compositor de himnos. Escribió casi nueve mil himnos y publicó 56 volúmenes de sus melodías y textos en un lapso de 53 años. Algunos de ellos son todavía populares.

El avivamiento provocado por los Wesley y Whitefield influyó también en la iglesia anglicana, haciendo surgir en su seno una facción evangélica, siendo algunos de sus integrantes muy conocidos, como John Newton, el compositor de "Amazing Grace" (Gracia Maravillosa) y William Wilberforce, quien como parlamentario ejerció una gran influencia en la reforma social y religiosa de su país en el siglo XiX.

(Nota: Después de algunos años dedicados a la trata de esclavos africanos, al mando de un barco dedicado a ese comercio infame, y llevando una vida libertina, durante una tempestad en el mar John Newton experimentó una profunda conversión que le hizo cambiar de vida y profesión. Estando en Liverpool conoció a G. Whitefield y luego a J. Wesley que influyeron fuertemente en él. Finalmente optó por la carrera eclesiástica y en 1764 fue nombrado párroco en Olney. Estando ahí publicó una colección de himnos, algunos de los cuales son todavía populares. Él se interesó por la abolición del comercio de esclavos y pudo haber influido en Wilberforce en ese sentido.

Por su lado, éste último, nacido en el seno de una familia adinerada, y políticamente ambicioso, fue elegido, siendo aún joven, como miembro del Parlamento, donde se hizo amigo de William Pitt, el futuro primer ministro. En 1786 experimentó una conversión profunda y se convirtió en un cristiano serio. Convencido de la terrible crueldad que significaba el tráfico de esclavos africanos, que arrancaba de sus hogares hasta 50,000 desdichados cada año, que eran vendidos en los mercados del Caribe, empezó desde 1791 a presentar proyectos de ley para abolir ese comercio impío. Sus sucesivos proyectos de ley se chocaron con la oposición de los intereses económicos establecidos, hasta que por fin en 1807 ese comercio fue prohibido, aunque la prohibición de la esclavitud misma en Inglaterra tuvo que esperar hasta 1833. Pero esa no fue la única causa noble a la que dedicó su tiempo y esfuerzos. Entre ellas destaca la reforma de las costumbres de la clase alta, las misiones extranjeras, la difusión de la Biblia, y la mejora de las condiciones carcelarias.)

 

 

 


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