jueves, 11 de julio de 2013

LA MUJER CASADA...

Pasaje tomado de mi libro
Matrimonios que perduran en el tiempo

LA MUJER CASADA no debe ofrecer su cuerpo a ojos ajenos, es decir, aquellas partes de su cuerpo que, desnudas, atraen las miradas masculinas. Si lo hace mancha su cuerpo. Pero no sólo se trata de la exhibición de algunas partes de su cuerpo que la moda moderna desnuda, sino también de aquellos vestidos que dibujan o insinúan su silueta.
         Dios ha puesto en el cuerpo de la mujer, en sus formas, en su contorno, en la gracia de sus movimientos y en su caminar, un poderoso atractivo para el hombre. Ese atractivo, que cumple una función santa en la "economía" del amor y del matrimonio, sólo debe ser desplegado ante el marido. Si se exhibe ante ojos ajenos ese atractivo es violado, manchado por las miradas impuras que provoca, y ya no puede ser el "huerto cerrado" de que habla el Cantar de los Cantares, donde el marido encuentre sus delicias  (4:12).
         Desgraciadamente hay muchas mujeres casadas, aun cristianas, que movidas por la vanidad e impulsadas por los caprichos de la moda, gustan de impresionar a otros hombres con su belleza. No se dan cuenta de que ellas se hacen culpables de los malos deseos que inspiran, del adulterio que otros hombres cometen con ellas en su pensamiento (Mt 5:28). Y hay hombres a quienes les gusta exhibir la belleza de sus mujeres. Es como si ofrecieran el cuerpo de su mujer a otros. ¡Necios, no  se dan cuenta de lo que hacen!
(Páginas 30 y 31. Editores Verdad y Presencia, Tel. 4712178)


1 comentario:

Anónimo dijo...

la vida es una sola, por algo Dios "el arquitecto del mundo" nos diseño asi, cada quien que haga lo que se le venga en gana! ya pensare que el infierno es la misma tierra donde vivimos