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viernes, 4 de abril de 2014

LA ESTIMA MUTUA DEMOSTRADA ANTE TERCEROS

Pasaje Tomado de mi libro
Matrimonios que Perduran en el Tiempo
LA ESTIMA MUTUA DEMOSTRADA ANTE TERCEROS.
Es muy importante también… mantener y demostrar la estima que se tienen los esposos ante terceras personas. Desgraciadamente no siempre ocurre que los esposos se comporten de esa manera. Los parientes, los padres, los suegros, los amigos, ellos deben sentir que la unión de ambos es indestructible. Deben sentirlo a través de la actitud que marido y mujer guardan cuando están con otras personas. Esas personas deben sentir la santidad del matrimonio y el amor mutuo que ambos esposos se tienen. Los amigos que visiten la casa deben sentir la estima que los esposos se tienen el uno por el otro, de tal manera que nadie, nadie, se atreva a hablarle a uno de ellos, al esposo o a la esposa, mal del otro.
Sabemos, sin embargo, que incluso en ambientes cristianos ocurre que una persona puede venir a hablarle a la esposa mal de su marido. Es menos frecuente que le hablen al marido mal de su mujer; los hombres son menos habladores. Pero es un espíritu destructivo, de celos, de envidia, el que empuja a ciertas mujeres a hablarle a la esposa mal de su marido. No obstante, si la actitud de ambos, o la actitud de ella en especial, fuera tan respetuosa, tan considerada con su marido, ninguna mujer se atrevería a hablarle mal de su marido. Y si lo hiciera, la mujer en esos casos debe inmediatamente callarla, taparle la boca a la mala amiga y decirle: No me sigas hablando mal de mi marido, no quiero oír eso. Esto es, aun en ese aspecto debe la esposa serle fiel a su marido, y el marido, fiel a su mujer. Guardar la estima hacia fuera, es decir, frente a terceros, es una señal de la unidad de la pareja, unidad que nadie se debe atrever a empañar.
Este pasaje está tomado de mi libro “Matrimonios que perduran en el tiempo”, págs 192 y 193. EDITORES VERDAD & PRESENCIA. AV. PETIT THOUARS 1191, SANTA BEATRIZ, LIMA, TEL. 4712178.



martes, 27 de agosto de 2013

DIOS CREÓ AL HOMBRE Y A LA MUJER PARA QUE SEAN UNO

Pasaje tomado de mi libro
Matrimonios que Perduran en el Tiempo
DIOS CREÓ AL HOMBRE Y A LA MUJER PARA QUE SEAN UNO, no en infelicidad sino en felicidad. Y la esposa, la mujer es el mayor bien que el hombre puede recibir en la vida, después de la salvación. Proverbios dice al respecto:  “El que halla esposa, halla el bien, y alcanza el favor del Señor” (18:22). Tu bien, tu bien personal es la mujer que tienes al lado, es la mujer que duerme contigo, tu esposa. Atesora ese bien que el Señor te ha dado. ¡Cuídala, cuídala! porque esa responsabilidad es una parte muy importante del matrimonio. Trátala, como dice el apóstol Pedro en otra parte, “como a vaso más frágil” (1P3:7).
¿Cómo tratamos nosotros a una porcelana, a una cerámica frágil?, Con muchísimo cuidado. No se vaya a romper. Un vaso de plástico lo ponemos aquí, o allá, y si se cae no se rompe. No trates a tu mujer como si fuera un vaso de plástico, sino como un vaso de porcelana fina. Trátala con guantes de seda y ella te responderá de la misma manera, con igual gentileza. “Vuestra gentileza sea conocida por todos”, escribió el apóstol Pablo (Flp 4:5). Si eres gentil con todos pero no con tu mujer, no en tu hogar, eres un hipócrita.
Nosotros los hombres en el Perú no estamos acostumbrados a portarnos así. Somos bruscos y desconsiderados con nuestras mujeres, como si eso fuera lo varonil, lo macho, cuando es precisamente lo contrario.
(Pasaje tomado de las páginas  114 a 115. Editores Verdad y Presencia, Tel 4712178)