Mostrando entradas con la etiqueta sexualidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta sexualidad. Mostrar todas las entradas

miércoles, 29 de marzo de 2017

FEMINISMO DE GÉNERO Y CURRÍCULO ESCOLAR II

 LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M.
FEMINISMO DE GÉNERO Y CURRÍCULO ESCOLAR II
En la entrega anterior del mismo título he publicado dos de los artículos
míos que aparecieron en el diario “Gestión” a mediados del año 2000, relacionados con el tema del género.
Publico a continuación, ligeramente revisado, el tercero de esos artículos, que está relacionado con uno de los aspectos de la vida humana que las feministas de género están más empeñadas en destruir, esto es, la familia. Su título era FEMINISMO DE GÉNERO Y FAMILIA, (publicado el 24.09.2000), y decía así:
En un artículo anterior ("Gestión" 2.9.2000) explicaba cómo, según las feministas de género, para lograr la supresión de las clases sexuales hombre/mujer (en cuyo marco la mujer es la clase oprimida); esto es, para eliminar toda distinción de roles de género femenino/masculino en la sociedad, debe eliminarse dos obstáculos cruciales: uno es la maternidad y el otro, con el que está íntimamente ligado, la familia.
Ahora bien ¿en qué sentido y por qué es la familia enemiga de la ansiada liberación femenina? La familia, escribe Christine Riddlough, "...nos da las primeras lecciones de ideología de clase dominante y también imparte legitimidad a otras instituciones de la sociedad civil. Nuestras familias son las que nos enseñan, primero, la religión y a ser buenos ciudadanos..." (¡Caramba!)
Dice Dale O'Leary, estudiosa del fenómeno, que las "feministas de género" consideran que cuando la mujer cuida a sus hijos en el hogar y el esposo trabaja fuera de casa, las responsabilidades son diferentes y, por tanto, no igualitarias. (Recuérdese el axioma marxista: diferencia = desigualdad = opresión). La desigualdad en el hogar es causa de la desigualdad en la vida pública, ya que la mujer centrada en el hogar carece del tiempo y de la energía para desarrollarse y triunfar fuera de él.
En el marco de la familia, suele decirse, la mujer está sometida al hombre, primero, porque la maternidad impide su libertad de movimiento durante el embarazo y la lactancia; y segundo, durante los primeros años de la infancia, porque el niño pequeño (¡el muy canalla!) busca instintivamente a la madre antes que al padre para satisfacer sus necesidades materiales y afectivas y, lo que es peor, la madre (¡la muy idiota!) tiende a acceder a las demandas de la criatura sobre su tiempo y energías.
Por eso es que, enfatiza otra autora: "No debería autorizarse a ninguna mujer quedarse en casa para cuidar a sus hijos... Las mujeres no deben tener esa opción, porque si esa opción existe, demasiadas mujeres se decidirán por ella." Pero si la mujer, por propia iniciativa, acepta el rol maternal ¿por qué debería impedírsele? Porque ése es un rol "artificialmente construido" por la educación y las presiones sociales. Nótese bien la tendencia dictatorial de estas defensoras de la libertad femenina, abocadas a reprimir la libertad de las mujeres casadas: NO TIENES DERECHO A QUEDARTE EN CASA.
De ahí la necesidad de "desconstruir la familia", no sólo porque esclaviza a la mujer, sino porque condiciona socialmente a hijos e hijas a aceptar a la familia, al matrimonio y a la maternidad como algo natural.
Esta visión lleva necesariamente a una reeducación de la mujer y del hombre que ya está en marcha en muchos textos escolares, para que todas las tareas del hogar, incluyendo prioritariamente la crianza de los hijos, sean igualitariamente compartidas por el hombre y la mujer, lo cual en sí es bueno.
Pero dado que la maternidad ha sido satanizada y considerada como una injusticia de la naturaleza, según Simone de Beauvoir, cabría naturalmente preguntarse si la maternidad y la crianza de los hijos son algo natural, o si acaso son un invento del macho para someter a la mujer; o si el hombre fue el que inventó los órganos internos  que permiten a la mujer concebir y gestar a una criatura y, más tarde, darle de mamar.
Si estas posiciones extremas fueran sólo una extravagancia relegada a los libros, no habría motivo para preocuparse. Pero el hecho inquietante es que han penetrado profundamente en los organismos internacionales satélites de las NNUU, que están dirigidos por feministas radicales, como el Fondo de Población, cuya directora procede de las canteras de la internacional abortista "Planned Parenthood". (Véase de paso el Comunicado publicado por el Sistema de las NNUU en el Perú el 3.3.17 apoyando al Currículo Escolar).
El movimiento actual para el reconocimiento de las uniones homosexuales es una manifestación de esta campaña "desconstructivista", que busca redefinir el concepto de familia para que englobe relaciones "alternativas" que eliminan la reproducción y en las que el ejercicio de la maternidad es sólo posible mediante la adopción, o la fecundación "in vitro".
Esto explica también el interés de las feministas de género y sus simpatizantes por la clonación como método reproductivo de perspectivas insospechadas, que podría liberar a la mujer de la servidumbre del embarazo. Todas estas cosas son facetas de un movimiento global que persigue revolucionar totalmente a la especie humana de una manera que desafía a la imaginación.


 

Según Carolyn Craglia (“Domestic Tranquility”), uno de los objetivos más importantes del feminismo de género es atacar el papel que desempeña el ama de casa, a la que autores tan connotados como S. de Beauvoir y Betty Friedan, califican de “parásito”, un ser menos que humano, que desperdicia su vida sin usar sus capacidades e inteligencia, dedicada a su esposo, a sus hijos y al hogar.
Dedicar su tiempo a cultivar su matrimonio, y a criar a sus hijos a tiempo completo, dicen, es una tarea indigna de una mujer, sobre todo si se tiene en cuenta que lo segundo puede muy bien ser desempañado por personal contratado, o por cunas o jardines de la infancia.
El segundo objetivo de la ofensiva feminista contra el orden tradicional ha sido alentar a la mujer a llevar una vida sexual promiscua tan libre como la del hombre, algo en lo que, en la práctica, han tenido lamentablemente un éxito incontrastable, primero, en las sociedades desarrolladas, y luego, en las menos desarrolladas.
La revolución sexual alentada por las feministas asume que la relación sexual no es otra cosa sino una actividad física placentera, carente de todo significado moral. Ignoran que la intimidad sexual exclusiva entre dos seres de sexo opuesto que se aman, promueve una intimidad psicológica y emocional profunda y duradera, que constituye una de las mayores fuentes de felicidad humana.
La liberación sexual que promueven debe hacerse extensiva a la infancia. Firestone aboga por la liberación total de los niños y por la abolición de la infancia.  Según ella “el tabú del incesto es ahora sólo necesario para preservar a la familia. Pero si eliminamos a la familia, estaríamos eliminando las represiones actuales que moldean la vida sexual” de adultos y niños.
Ella cree que no hay nada inherentemente malo en el incesto y en las relaciones de adultos con niños. El tabú que condena esas relaciones, así como el sexo homosexual, debería desaparecer, como podrían desaparecer las amistades que no incluyeran lo sexual (tal como ocurre en algunos países europeos). De esa manera todas las relaciones cercanas entre dos seres humanos incluirían el aspecto físico. Ella cree, en efecto, que si se eliminara el tabú del incesto, no habría nada malo en que un niño tenga relaciones con su madre.
Ella sostiene que la liberación sexual absoluta es la clave de la liberación política y económica. “Si la represión sexual temprana es el mecanismo básico que sostiene la estructura de la servidumbre política, ideológica y económica, la eliminación del tabú del incesto, al abolirse la familia, tendría efectos profundos. Liberando a la sexualidad de la camisa de fuerza que la oprime se produciría una saludable erotización de toda la cultura que cambiaría su naturaleza radicalmente”.


 


Estas ideas extremas son el trasfondo ideológico que impregna ciertos aspectos cuestionables del Currículo Nacional Escolar que vamos a examinar a continuación.
El punto 4 del cap. II, que lleva el título de ENFOQUE DE IGUALDAD DE GÉNERO, que figuraba en la página 16 del Currículo, decía: “Todas las personas independientemente de su identidad de género tienen el mismo potencial para aprender y desarrollarse plenamente.” En la versión corregida del Currículo la frase subrayada por mí ha sido eliminada debido a las protestas de un sector de la población.
El texto podría haber dicho simplemente: “Todas las personas, independientemente de su sexo, tienen el mismo potencial…” ¿Por qué no se redactó simplemente así? Porque identidad de género y sexo no son lo mismo, como lo muestra la frase que aparece a continuación tanto en la versión original, como en la corregida del Currículo:
“Si bien aquello que consideramos “femenino” o “masculino” se basa en una diferencia biológica sexual, éstas son nociones que vamos construyendo día a día, en nuestras interacciones.” Lo que esta frase quiere decir es que las nociones que construimos de femenino, o masculino, a lo largo de la vida pueden superponerse al dato biológico sexual y, eventualmente, contradecirlo: género masculino en cuerpo femenino; o viceversa, género femenino en cuerpo masculino. Femenino y masculino serían pues “construcciones” que nos impone la sociedad y que pueden variar con el tiempo; no son hechos naturales objetivos inalterables.
En su página 30 el Currículo decía que el niño Vive su sexualidad de manera plena y responsable. Independientemente de la explicación que viene después, vivir su sexualidad de manera plena no quiere decir otra cosa que mantener relaciones sexuales. ¿Se espera que el niño (o niña) mantenga relaciones sexuales con sus compañeros del sexo opuesto, o acaso del mismo? Para corregir la impresión equívoca que producía esa frase en negrita se ha añadido a la misma, en la versión corregida, las siguientes palabras: de acuerdo a su etapa de desarrollo y madurez. Es decir, las relaciones que mantengan deben estar de acuerdo a la etapa que está viviendo.
De una u otra manera el texto implica que el niño, o niña, en la escuela puede mantener relaciones que supongan algún tipo de intimidad sexual, tanto más que se invita al niño a explorar y a valorar su cuerpo en función de su identidad sexual y de género (que se supone no necesariamente coinciden). Este texto alienta el despertar sexual del niño o adolescente, al decir: “Supone establecer relaciones de igualdad entre hombres y mujeres, así como relaciones afectivas armoniosas y libres de violencia”, en las que podría llegarse (y esto es lo interesante) a vulnerar los derechos sexuales y reproductivos de una de las partes, que no puede ser otra sino la femenina, puesto que la frase que he subrayado se refiere siempre a las prácticas anticonceptivas y al aborto. En otras palabras el texto oficial está previendo (o promoviendo) en caso de necesidad la aplicación de un procedimiento que está prohibido por la ley.
Más adelante la página 31 decía: “Vive su sexualidad de manera responsable y placentera”. “De manera responsable” querría decir que toma precauciones para no provocar un embarazo indeseado, o quizá, para no contraer una enfermedad de transmisión sexual. “Placentera” quiere decir que disfruta de las diversas formas de gratificación sexual disponibles, sea en solitario o con otra persona. Ante las justificadas protestas ese texto ha sido reemplazado por otro que dice: “Vive su sexualidad de manera integral y responsable”. La palabra “placentera” ha sido prudentemente reemplazada por “integral”, palabra que en este contexto no quiere decir mucho, salvo que quiera decir que se trata de aprovechar todas las posibilidades de gratificación disponibles.
Pero las palabras que siguen son muy significativas: “respetando la diversidad en un marco de derechos”. Eso quiere decir que en el contexto de la escuela hay que mostrar respeto, o tolerancia, por las diversas formas de orientación sexual que pudieran manifestarse pues su ejercicio estaría protegido por el derecho vigente. No conozco a qué leyes estaría aludiendo ese párrafo. Es obvio, sin embargo, que el Currículo da por hecho que en la escuela haya alumnos que manifiesten tendencias homosexuales que tienen que ser respetadas, esto es, que no deben ser objeto de burla o de rechazo por sus compañeros o profesores. No habría nada que objetar a esa preocupación, salvo el que se le dé tanta importancia, como si la diversidad aludida fuera un fenómeno generalizado, cuando en realidad es excepcional.
Al final del párrafo se dice: “Identifica signos de violencia en las relaciones de amistad o de pareja.” Eso está muy bien y es necesario que los educandos estén alertas a los signos de violencia latentes en sus relaciones de amistad, porque las consecuencias pueden ser penosas. Pero el que se añada las “relaciones de pareja” en el contexto escolar da a entender que se considera normal que los escolares establezcan relaciones de pareja entre ellos, que, según el espíritu del texto, podrían incluir las de naturaleza homosexual.
¿Es normal, o recomendable, que los escolares mantengan relaciones plenas de pareja entre ellos? Una concepción pedagógica sana diría que es prematuro y que no contribuye al desarrollo mental y psicológico sano de los adolescentes, ni a su proyecto de vida futuro, tanto más si se considera la posibilidad de que por descuido, o irresponsabilidad, la chica pueda quedar embarazada.
En todo esto hay una intención perversa de corromper a la infancia privándola de una de sus posesiones y virtudes más valiosas, la inocencia. Este fenómeno es el resultado de una estrategia a largo plazo de infiltración de los estamentos decisorios de las autoridades de educación. Nosotros sabemos bien de dónde proceden esos esfuerzos y qué es lo que buscan, pues “no tenemos lucha contra sangre y carne” (Ef 6:12). Tenemos que reconocer lamentablemente que no hemos estado suficientemente alertas para advertirlo y prevenirlo a tiempo, y que ahora sus manifestaciones nos golpean  en la cara. Aún hay tiempo, sin embargo, para contrarrestarlas con la ayuda de Dios.
Amado lector: Si tú no estás seguro de que cuando mueras vas a ir a gozar de la presencia de Dios, yo te invito a pedirle perdón a Dios por tus pecados haciendo una sencilla oración:
"Jesús, tú viniste al mundo a expiar en la cruz los pecados cometidos por todos los hombres, incluyendo los míos. Yo sé que no merezco tu perdón pero quiero recibirlo. Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados y de todo el mal que he cometido hasta hoy. Perdóname, Señor, te lo ruego; lava mis pecados con tu sangre; entra en mi corazón y gobierna mi vida. En adelante quiero vivir para ti y servirte."

#968 (26.03.17). Depósito Legal #2004-5581. Director: José Belaunde M. Dirección: Independencia 1231, Miraflores, Lima, Perú 18. Tel 4227218. (Resolución #003694-2004/OSD-INDECOPI). 

miércoles, 22 de marzo de 2017

FEMINISMO DE GÉNERO Y CURRÍCULO ESCOLAR I

LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M.
FEMINISMO DE GÉNERO Y CURRÍCULO ESCOLAR I
En estos días estamos presenciando una aguda polémica acerca del contenido de algunos párrafos cuestionados del Currículo Escolar publicado por el Ministerio de Educación, relacionados con el tema del género.
Para demostrar que esta discusión no es nueva quiero abordar el tema reproduciendo, ligeramente revisados y ampliados, tres artículos que publiqué en el diario “Gestión” en los meses de agosto y setiembre del año 2000, es decir, hace 17 años.
El primero, publicado el 19.08.2000, llevaba por título ¿GENERO O SEXO? ¿QUÉ PREFIERE? decía así:
Es muy posible que el lector haya tenido que llenar recientemente uno de esos formularios en que se le pide poner ciertos datos vitales, como nombre y apellido, dirección, edad, y que haya visto que, en lugar del espacio consignado anteriormente para "sexo", figura la palabra "género", y que haya llenado el casillero correspondiente sin reparar en el cambio de término, considerándolo como una cuestión de lenguaje. Pero no es una simple cuestión de vocabulario. La aparición de la palabra "género" en esos formularios tiene un profundo significado ideológico que pretende revolucionar al mundo.
Al poner "género" en el formulario lo que se está preguntando a la persona no es como antes, a cuál de los sexos en que la naturaleza divide a los seres humanos pertenece uno, sino qué rol asume, o desempeña uno en la sociedad: si el rol llamado "masculino", o el rol llamado "femenino". Todavía no hemos llegado al punto en que se añada algunos casilleros más para indicar la "preferencia sexual", pero ya llegaremos. Porque esto es lo que tienen en mente los ideólogos que se han infiltrado en los organismos internacionales y en las mejores universidades, y que ahora están sembrando a sus adeptos en todas las instituciones públicas y privadas del mundo.
¿Qué pretenden los o las ideólogas del "feminismo de género"? La mayoría de la gente está familiarizada con el "feminismo de equidad" que buscaba crear condiciones, derechos y privilegios de igualdad entre hombres y mujeres, lo cual es justo, bueno y muy necesario. Pero esto ya quedó atrás. El "feminismo de género", hoy de moda, pretende borrar toda diferencia social, y todo reconocimiento oficial de diferencia entre los seres humanos basada en la división natural, biológica en dos sexos, creando -al final de un proceso social revolucionario que ya está en marcha- un solo género en el que las personas puedan escoger el comportamiento sexual que les agrade.
Conocemos las opciones: heterosexual, homosexual, lesbiana, bisexual y transexual. Todas igualmente válidas. Entre tanto, sostienen, la gente debe volverse consciente de que el papel que desempeñan en la sociedad, como hombre o mujer, es artificial y que les ha sido impuesto por una estructura patriarcal opresiva que debe ser eliminada, para que, finalmente, a qué sexo pertenezca uno no tenga importancia.
No vaya a creer el lector que estoy inventando nada, o escribiendo una novela de ciencia ficción futurista. He aquí lo que dice un libro de texto muy usado en los programas de estudios femeninos de prestigiosas universidades americanas: "El género es una construcción cultural, por consiguiente no es el resultado causal, o consecuencia, del sexo, ni algo tan aparentemente fijo como el sexo... el género en una construcción radicalmente independiente... Por tanto hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino". (Judith Butler, "El Problema del Género").
Los hombres y las mujeres, sostienen, no sienten atracción por personas del sexo opuesto por instinto natural, sino por un condicionamiento de la sociedad. El deseo sexual puede dirigirse a cualquiera. Es una noción opresiva la que impone a la mujer, o al hombre, que busque compañía en una persona del sexo opuesto. A los prejuiciados que se oponen a esta concepción moderna se les adjudica la chapa de "homofóbicos".
Sostiene otro conocido texto feminista: "Cada niño es asignado al nacer a una u otra categoría en base a la forma de sus órganos genitales. Una vez hecha esta asignación nos convertimos en lo que la cultura piensa que cada uno es: femenino o masculino. Aunque muchos crean que hombre y mujer son expresión natural de un hecho genético, el género es producto de la cultura y del pensamiento humano, una construcción social que crea la verdadera naturaleza de todo individuo". No es pues el hecho biológico lo que determina el género de la persona, sino las influencias del entorno.
Los feministas de género no niegan las diferencias naturales -sería absurdo que lo hicieran- sino afirman que ya no son relevantes. La sociedad moderna puede prescindir de ellas y hacer prevalecer un criterio no discriminatorio, pragmático. A los feministas de género no les basta que haya equidad entre los sexos. Quieren que la equidad sea innecesaria, suprimiendo en la conciencia de la gente toda diferencia originada en la naturaleza.
A todo esto podemos contestar, citando sin ningún doble sentido, el conocido dicho francés: "¡Viva la diferencia!". ¡Qué aburrido sería el mundo si no existiera esa diferencia! Todos los hombres y mujeres, aun los ateos, deberían dar gracias a Dios de que no se conformara con crear al hombre ("Adán" quiere decir "hombre") sino que le diera una compañera, "carne de su carne y hueso de su hueso", como dice el libro del Génesis. Los feministas de género quieren enmendarle la plana a Dios y "desconstruir" toda diferencia entre los sexos, sustituyéndola por un ser andrógino, que tiene de ambos, pero que no es ni lo uno ni lo otro, y que puede tener relaciones íntimas con cualquiera, independientemente de la forma de sus órganos sexuales. (Las citas en este artículo están tomadas del libro de Dale O'Leary "The Gender Agenda").



El segundo artículo, titulado FEMINISMO DE GÉNERO Y MARXISMO (02.09.2000), decía así:
En el artículo anterior he señalado algunos de los aspectos distintivos de esta nueva ideología del "feminismo de género" que ha desplazado al movimiento de liberación femenina de los años 60. En realidad no lo ha desplazado, sino que en cierto sentido, al radicalizarse, es su continuación lógica.
Dale O'Leary ha señalado que el feminismo de género se basa en una interpretación neo-marxista de la historia. El siguiente  párrafo de Frederick Engels (filósofo socialista del siglo XIX, amigo de K. Marx) es revelador: "El primer antagonismo de clases de la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer unidos en matrimonio monógamo; y la primera opresión de una clase por otra, con la del sexo femenino por el masculino." ("El Origen de la Familia, la Propiedad y el Estado", publicado en 1884).
Los marxistas clásicos, dice O'Leary, creían que el sistema de clases desaparecería una vez que se eliminara la propiedad privada, se facilitara el divorcio (Nota 1), se aceptara la ilegitimidad de los nacimientos, se forzara la entrada de la mujer al mercado laboral (este es hoy día un punto muy importante para la meta del "empoderamiento" de la mujer), se colocara a los niños en institutos de cuidado (cunas maternales, diríamos nosotros) para romper el vínculo madre-hijo, y se eliminara la religión. De esa manera la mujer sería liberada de la opresión masculina, y se alcanzaría la ansiada igualdad entre los sexos.
Son muy sintomáticas, a este respecto, las palabras de una de las principales ideólogas del movimiento, Shulamith Firestone: "...Asegurar la eliminación de las clases sexuales requiere que la clase subyugada (el sexo femenino) se alce en revolución y se apodere del control de la reproducción; se restaure a la mujer la propiedad de su propio cuerpo (2), como también el control femenino de la de la fertilidad humana...Y así como la meta final de la revolución socialista era no sólo acabar con los privilegios de clase, sino con la distinción misma entre clases económicas, la meta definitiva de la revolución feminista debe ser igualmente -a diferencia del primer movimiento feminista- no simplemente acabar con los privilegios masculinos, sino con la distinción de sexos misma..."
Según vemos este planteamiento neo-marxista equipara la diferencia entre los sexos con la diferencia de clases, la lucha entre las clases con la lucha entre los sexos. El sexo femenino es la clase oprimida. Así como el marxismo quería acabar con la dominación clasista suprimiendo toda diferencia entre las clases sociales, el feminismo de género pretende acabar con la dominación de la mujer por el hombre suprimiendo las diferencias entre los sexos. Hombre o mujer significan lo mismo, porque no hay diferencia sustancial entre ambos.
Esa meta naturalmente es utópica, porque no se puede eliminar las diferencias biológicas naturales. Pero lo que sí se puede hacer es amortiguar en lo posible sus consecuencias prácticas. Esto supone quitarle a la mujer aquellas características que la distinguen del hombre, es decir "desfeminizarla" para que pueda competir en igualdad de condiciones con el varón. No debe llamarnos la atención que las más famosas lideresas de este movimiento (Gloria Steinmen, Bella Abzug, por ejemplo) se jactaran de ser lesbianas.
Puesto que el hombre es la clase sexual dominante, la mujer debe hacerse como hombre para incorporarse a la clase dominante y liberarse del estigma de inferioridad a la que los rasgos distintivos de su sexo históricamente la han condenado. La tendencia moderna de incorporar a la mujer a las fuerzas armadas y el establecimiento de cuotas femeninas en el Parlamento, son ejemplos de la aplicación concreta de esta ideología en el campo estatal y político.
Hay lamentablemente algunos factores naturales que interfieren en el proceso de eliminación de las diferencias entre hombre y mujer. Y ninguno más decisivo que la maternidad. Ya Simone de Beauvoir había dicho que la maternidad era una terrible injusticia de la naturaleza.
Desde la óptica feminista actual no le faltaba razón, porque impone a la mujer cargas y sacrificios de los que el hombre está libre y, digámoslo con franqueza, el hombre no está dispuesto a soportar, ni está en condiciones de hacerlo. En verdad, ¿Qué hombre estaría dispuesto a soportar las incomodidades y limitaciones del embarazo? ¿Qué hombre estaría dispuesto a soportar los dolores de parto en lugar de su mujer? Es una mentira descomunal aquello de que la mujer es el sexo débil. La mujer, en muchos sentidos, es mucho más fuerte que el hombre.
Para liberar pues a la mujer de las trabas que frenan su desarrollo, sostienen que es necesario eliminar en lo posible la maternidad. Por eso la insistencia, yo diría mejor, la fijación feminista, en la difusión de los métodos anticonceptivos, y en el derecho al aborto cuando los primeros fracasan.
El movimiento de liberación femenina había sido inicialmente contrario al aborto, pues lo consideraba un instrumento de opresión machista. Pero a mediados de la década del 60 los directivos de la Asociación Promotora de la Legalización del Aborto (NARAL en inglés) convencieron a Gloria Steinmen de que la mujer sólo podía acceder al mercado laboral en igualdad de condiciones con el hombre, cuando se restringieran al mínimo las licencias y otros privilegios que la maternidad otorga a las mujeres, y que las empresas de mal grado les conceden. Y que era por ello necesario liberalizar las leyes sobre el aborto para que la mujer que trabaja pudiera liberarse a voluntad de las limitaciones de la  maternidad. En realidad lo que se les proponía era una concesión increíble a la codicia e insensibilidad de los empleadores, pero las lideresas feministas cayeron en la trampa y pasaron a convertirse en las fuerzas de choque de la milicia abortista.
El segundo gran obstáculo de la liberación femenina es la familia tradicional, por el rol sometido que, dicen, impone a la mujer. De eso hablaremos en una próxima oportunidad.
Notas: 1. Al triunfar la revolución comunista en Rusia en 1917, Lenin introdujo en la legislación rusa el divorcio a simple pedido de uno de los cónyuges. El caos que se produjo fue tan gran que tuvo que dar marcha atrás, y abolir esa medida.
2. Eso supone postular que si está embarazada, el feto que lleva en su seno es parte de su cuerpo, y puede hacer con él lo que quiera.


Para terminar quisiera expresar mi sorpresa ante la virulencia con que en ciertos medios se ataca a los que han mostrado su oposición a ciertos términos del nuevo currículo escolar. Se les trata de “fanáticos”, de “fundamentalistas” y “reaccionarios”. Se les acusa de promover una confrontación entre liberales y conservadores con fines siniestros, e incluso de promover el establecimiento de un estado totalitario, donde la libertad individual sea recortada. Es cierto también lamentablemente, que por el lado de los opositores al currículo, ha habido quienes han usado términos intolerantes e inadecuados, que hacen daño a la causa que pretenden defender.
Detrás de todo esto, sin embargo, no podemos menos que discernir en algunos articulistas un ateísmo militante que rechaza toda injerencia en la vida de nuestra sociedad de la noción de “dios”, así con minúscula. ¿Cuánto tiempo tolerará Dios a los que así se expresan?
Amado lector: Si tú no estás seguro de que cuando mueras vas a ir a gozar de la presencia de Dios, yo te invito a pedirle perdón a Dios por tus pecados haciendo una sencilla oración:
"Jesús, tú viniste al mundo a expiar en la cruz los pecados cometidos por todos los hombres, incluyendo los míos. Yo sé que no merezco tu perdón pero quiero recibirlo. Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados y de todo el mal que he cometido hasta hoy. Perdóname, Señor, te lo ruego; lava mis pecados con tu sangre; entra en mi corazón y gobierna mi vida. En adelante quiero vivir para ti y servirte."

#967 (19.03.17). Depósito Legal #2004-5581. Director: José Belaunde M. Dirección: Independencia 1231, Miraflores, Lima, Perú 18. Tel 4227218. (Resolución #003694-2004/OSD-INDECOPI). 

miércoles, 20 de enero de 2016

LAS ARTIMAÑAS DE LA ADÚLTERA

LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M.
LAS ARTIMAÑAS DE LA ADULTERA
Un Comentario de Proverbios 7
Este capítulo consta de un relato magistral y exquisitamente escrito acerca de la seducción (v. 6-23), el cual está enmarcado por una llamada de atención, como si fuera un preludio, hecha por el padre a su hijo (v. 1-5), y una advertencia final sobre las consecuencias de no escuchar la voz de la sabiduría (v. 24-27).
Es muy apropiado publicar este artículo en el Día del Padre, porque todos los hombres, cualquiera que sea su edad, y muchas veces aun los casados, están expuestos a caer en el peligro que aquí se describe. Y es bueno estar advertidos. "El que piensa estar firme, mire que no caiga."(1Cor 10:12).


1. "Hijo mío, guarda mis razones
y atesora contigo mis mandamientos."
2. "Guarda mis mandamientos y vivirás,
Y mi ley como la niña de tus ojos."
3. "Lígalos a tus dedos;
Escríbelos en la tabla de tu corazón."
4. "Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana,
Y a la inteligencia llama parienta;"
5. "Para que te guarden de la mujer ajena,
Y de la extraña que ablanda sus palabras."

El capítulo empieza con una exhortación paterna semejante a la que figura en otros pasajes de Proverbios, como 1:8, 9; 2:1-4; 3:1; 4:1ss; 4:10; 4:20, 21; 5:1,2, aunque es aquí un poco más elaborada.
El inicio del capítulo está enfocado en dos cosas relativas a la torá, (la cual debe ser entendida aquí no sólo como "ley" sino sobre todo como "enseñanza", o "dirección"): primero, escuchar y guardar en la mente los consejos paternos; y segundo, cumplirlos.

1. Es necesario guardar el buen consejo como quien conserva un tesoro valioso, con el mismo cuidado y diligencia con que se le guarda en el lugar más secreto. Cuanto mayor sea el valor de un objeto de gran precio, con más cuidado se le conserva.
2a. Lo que debe ser guardado, cumplido, son los mandatos, las órdenes o prohibiciones concretas que da el padre (cf 4:4c). La palabra hebrea shamar que se traduce por "guardar", tiene el mismo doble sentido que tiene en español y en muchos otros idiomas, de conservar, mantener, cuidar, asegurar; y de cumplir, observar, obedecer.
"Guarda mis mandamientos y vivirás." Cumpliendo los mandamientos se alcanza la vida. A ese respecto vale la pena observar que cuando el joven rico se acerca a Jesús con la pregunta ¿haciendo qué cosa alcanzaré la vida eterna? Jesús simplemente le responde: Ya conoces los mandamientos, y cita algunos de ellos (Mr 10:17-19). La relación entre el cumplimiento de los mandamientos y la vida eterna es muy antigua en la Biblia. Recuérdese lo que dice el Levítico: "Guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre vivirá en ellos." (Lv 18:5). Véase también al respecto Lc 10:25-28.
2b. La enseñanza paterna debe ser guardada con el mismo extremo cuidado con que el hombre protege su pupila, porque es a través de ella como entra la luz a sus ojos, y sin ella deambula ciego (Véase Dt 32:10; Sal 17:8; Zc2:8).
3a. Esta es una expresión simbólica que indica cuán presente debemos tener la enseñanza paterna. Nada nos es más cercano, ni tenemos tan fresco en la memoria, como lo que tenemos entre los dedos, como el hilo blanco que anudamos en uno de ellos como recordatorio, o el anillo de nuestro compromiso nupcial.
3b. Así como Moisés escribió los mandamientos en "tablas de piedra", el joven debe escribirlos en las tablas de su corazón (Pr 3:3), es decir, en su memoria. Si se tienen escritos ahí, no hay necesidad de leerlos para consultarlos, porque están bien grabados en la mente. Eso nos recuerda lo que dice Jr 31:33: "Daré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón."
(Nota 1).
4. La relación que tenemos con la sabiduría debe ser tan estrecha como la que tenemos con una hermana, de tanta familiaridad como la que tenemos con parientes cercanos. ¿Qué quiere decir eso? Que nuestra mente debe estar tan imbuida de las máximas de la sabiduría como para que ellas determinen nuestra manera de comportarnos y guíen nuestra conducta. La sabiduría que no se manifiesta en actos, que es sólo especulación, es inútil. Sabio es el que actúa sabiamente, no el que piensa sabiamente, pero actúa mal.
5. Lo primero en que esa sabiduría de vida se manifiesta es en evitar a la mujer extraña, a la tentadora que ofrece sus brazos y sus caricias indiscriminadamente, y cuyo fin es capturar al hombre por los sentidos para servirse de él y explotarlo. En verdad, el hombre puede hacerse esclavo de la mujer sin quererlo ni darse cuenta, por el poder del sexo. Se vuelve incapaz de pensar claramente y discernir lo que le conviene; se somete a humillaciones y despilfarra sus bienes con tal de agradarle a ella. Ella lo domina ofreciéndosele y rehuyéndolo, de modo que él vive pendiente de sus favores como el perrillo mira a su amo. La virilidad en esos casos es arrastrada por tierra y se vuelve abyecta servidumbre.

6-23. El libro de los Proverbios muestra una gran preocupación por el gran peligro en que están los jóvenes de caer en manos de mujeres ligeras. La sabiduría es presentada en los primeros siete capítulos en gran parte como una manera de prevenir ese desvío. Esa preocupación muestra cuan común debió haber sido en aquel entonces ese peligro. Pero es también un peligro presente y causa de perdición de muchos.
El pasaje que sigue no nos revela cómo termina la aventura que relata, sino pasa de frente a la moraleja, dando a entender que el final es trágico: el joven sigue a la seductora para su daño, o para su muerte, posiblemente como consecuencia de la venganza del marido engañado.

6. "Porque mirando yo por la ventana de mi casa,
Por mi celosía,"
7. "Vi entre los simples,
Consideré entre los jóvenes,
A un joven falto de entendimiento,"
8. "El cual pasaba por la calle, junto a la esquina,
E iba camino a la casa de ella."
9. "A la tarde del día, cuando ya oscurecía,
En la oscuridad y tinieblas de la noche."

El proverbista se encuentra en su casa mirando a través de la celosía (2) de una ventana lo que ocurre al oscurecer en una noche quizá de luna nueva, en la calle por la que pasan varios jóvenes, y se fija en uno, de quien se dice que es falto de entendimiento, o peor, que podría no haber sido instruido por sus padres, o mucho peor, que no prestó atención a sus palabras de advertencia. El joven se dirige a la casa de una mujer de costumbres ligeras. Él hace lo contrario de lo que aconseja Pr 5:8: "Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa." (Según la Septuaginta y la versión aramea llamada Peshita, es la mujer la que espía a través de la celosía).

10. "Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro,
Con atavío de ramera y astuta de corazón,"
11. "Alborotadora y rencillosa,
Sus pies no pueden estar en casa;"
12. "Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas,
Acechando por todas las esquinas."
13. "Se asió de él y le besó.
Con semblante descarado le dijo:"
14. "Sacrificios de paz había prometido,
Hoy he pagado mis votos;"
15. "Por tanto he salido a encontrarte,
Buscando diligentemente tu rostro,
Y te he hallado."
16. "He adornado mi cama con colchas
Recamadas con cordoncillo de Egipto;"
17. "He perfumado mi cámara
Con mirra, áloe y canela."
18. "Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana;
Alegrémonos en amores."
19. "Porque el marido no está en casa;
Se ha ido a un largo viaje."
20. "La bolsa de dinero se llevó en su mano;
El día señalado volverá a su casa."

10. De pronto una mujer vestida como ramera, es decir, con el rostro cubierto con un velo, y vestida con ropa llamativa (Gn 38:14), se acerca al joven. Ella sabe cómo envolver a los incautos con sus argucias y engañosas palabras, y con sus manos suaves que acarician (Pr 5:13).
11,12. Ella está siempre armando intrigas, yendo de casa en casa (1Tm 5:13). Sus oídos tienen comezón de oír chismes, y su boca de propagarlos, o de inventarlos. Por eso ronda por las calles y las plazas, espiando por las esquinas, al acecho de lo que le parezca sospechoso.
13. Se acerca al joven que ha escogido, lo coge del brazo y lo besa, al mismo tiempo que lo mira con descaro. El Sirácida dice: "La liviandad de la mujer se muestra en el descaro de la mirada, y en el pestañear de sus ojos." (Sir 26:12).
14. Finge ser mujer piadosa para hacerle creer en la bondad de sus propósitos. Le asegura que en cumplimiento de un voto, ha ofrecido ese mismo día sacrificios de paz, por lo que hay abundancia de carne y comida en su casa (Lv 7:15-17).
15. En verdad, ella ha salido a buscar una aventura, no importa con quién sea, y aborda al primer candidato que le parece apropiado, haciéndole creer que lo ha buscado a él en particular. Y el joven se lo cree porque siempre estamos dispuestos a creer lo que nos halaga.
16,17. La mujer venusiana hecha para el amor sensual, adorna y perfuma su cama como por instinto, como para seducir al hombre embriagando su olfato y su tacto con aromas y sedas. Suele tener un sentido innato del amueblamiento sensualmente atrayente. Todo en su alcoba, o recámara, habla de feminidad y de placer. ¿Cómo podría echársele en cara que cultive aquello para lo cual está tan dotada? Es una predisposición innata que está acompañada de ciertas características físicas: ojos almendrados, piel suave como acolchada, firmeza en las manos, voz acariciante, mirada atrevida, labios carnosos. Todo en ella es envolvente y seductor. Para ella el amor físico es un arte que cultiva con sabiduría. Está hecha para atraer al hombre. Es inteligente y valiente; no se achica ante el peligro; está llena de recursos para salir bien librada, porque es lúcida.
La mujer honesta carece de esas artes; su amor es espiritual, hecho de sentimientos. Ella se entrega. Si su instinto no la guarda, puede ser fácilmente engañada.
En cambio la mujer sensual no se entrega, se da por ratos. Ella no pertenece a nadie; es difícilmente conquistada, pero conquista; no es seducida, sino seduce; está siempre en control de la situación; finge dejarse atrapar, cuando es ella la que atrapa; es astuta y calculadora, de palabra fácil; rara vez se conmueve, y si llora, sus lágrimas son una treta. Su cuerpo arde, pero su corazón es frío. Si se enamora es por poco tiempo, y cambia con frecuencia el objeto de sus preferencias.
Cuando el Evangelio dice que de la Magdalena salieron siete espíritus dice una gran verdad, porque detrás del atractivo de la mujer seductora y de su arte amatorio, suele haber espíritus seductores que dan encanto especial a su voz y a su mirada, así como calor a su seno. Guarda su hechizo y su fascinación sobre los hombres hasta edad avanzada, y por eso suele estar siempre rodeada de admiradores.
Es atraída por el buen porte, por la fuerza unida a la donosura y el garbo; por el gesto altivo y despreocupado del hombre engreído y seguro de sí mismo. Pero, sobre todo, es atraída por el dinero. El galán apuesto pero pobre encuentra poco favor a sus ojos, pero no lo desprecia si está sola, porque necesita compañía y detesta la soledad. Conoce muy bien a los hombres y los mide con una rápida mirada.
No está hecha para la maternidad y con dificultad concibe, si no es del todo estéril. Finge pudor, pero le gusta que la miren desnuda. Sabe que desnuda lleva puesto su mejor traje.
La cortesana vive a la sombra del poder, cuyos hilos mueve astutamente. Los poderosos se alocan por ella, y no les importa compartir con otro sus favores, pues saben que las cortesanas no son fieles. Si alguno se enamora realmente de ellas, le tienen cariño y lástima. Prefieren al que las desprecia, y tratan de conquistarlo. Persiguen al hombre que se resiste a sus encantos como quien persigue a un enemigo, hasta vencerlo cuando se incline sobre ella. Si no logra su cometido, al final, odia.
18. El amor físico, exaltado por el estímulo de los perfumes, produce una embriaguez de la que es difícil despertar. Pero el placer que proporciona es un pálido eco del deleite conyugal, que es mucho más profundo y sin culpa (Pr 5:19).
19,20. Ella confía en que su marido está lejos y no los sorprenderá. Ella es una mujer arriesgada que no le teme al peligro. La Vulgata y algunas versiones, como la NVI, dicen: "No volverá a casa hasta la luna llena." Como el vers. 9 sugiere que el incidente se produce una noche de luna nueva, ella le está diciendo que cuentan con dos semanas para gozar a sus anchas.

21. "Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras,
Lo obligó con la zalamería de sus labios."
22. "Al punto se marchó tras ella,
Como va el buey al degolladero,
Y como el necio a las prisiones para ser castigado;
23. "Como el ave que se apresura a la red,
Y no sabe que es contra su vida,
Hasta que la saeta traspasa su corazón."

21-23. El joven tenía otros proyectos, pero ella vence su resistencia con su zalamería, ofreciéndole varias noches ininterrumpidas de placer. Cuando el joven está inclinado al pecado se deja tentar fácilmente, pero no sabe en qué lío se mete. El proverbista presenta tres ejemplos de lo que le espera al incauto; dos tomados del reino animal (el buey que camina confiado al matadero, y el ave que vuela hacia la red), y uno, de las circunstancias humanas (la prisión).

24. "Ahora, pues, hijos, oídme
Y estad atentos a las razones de mi boca."
25. "No se aparte tu corazón a sus caminos;
No yerres en sus veredas."
26. "Porque a muchos ha hecho caer heridos,
Y aun los más fuertes han sido muertos por ella.
27. "Camino al sheol es su casa,
Que conduce a las cámaras de la muerte."

Como corolario de la historia precedente el proverbista se dirige a su audiencia imaginaria formada ya no por uno sino por varios hijos, a quienes invita a escucharlo con atención.
Notemos que el maestro comienza su exhortación diciendo "Oídme", porque para escuchar sus consejos es necesario, primero, oírlos; no cerrar los oídos ni apartarse; y segundo, prestar atención al que habla, poner todas las potencias del ser tendidas para comprender lo que se dice. La comprensión que se alcanza es una función de la atención que se pone. Si no se atiende, no se entiende.
El pasaje termina con una exhortación del padre (el maestro) a sus hijos (los discípulos): No dejes que tu corazón sea seducido por sus encantos, porque son mortales; no vayas por donde ella te llame. Con ese fin usa imágenes fuertes para describir en términos figurados el terrible destino (o castigo) que aguarda a los que se hacen esclavos de su hechizo.
¡Cuántos son los que la han seguido y han sido víctimas de sus embustes! ¿Cuáles pueden ser éstos? La infidelidad que corroe el corazón, el desprecio de su rechazo cuando ya te tiene atrapado; o el agotamiento que producen los excesos de la pasión; o los errores que hace cometer y que vuelven ridículo al hombre.
La seductora convierte en esclavos de sus caprichos a los que se dejan prender en las redes que tienden sus ojos, o las mentiras de sus labios. En verdad su casa es, en un doble sentido, un camino al sheol, esto es, al lugar de los muertos, porque las penas del amor son para el que las experimenta una tortura comparable al infierno, y el que se vuelve esclavo de sus pasiones encontrará al fin que el camino de su casa lo condujo al abismo de la perdición eterna (Pr 2:16-19; 5:1-6).
Por ello, aconseja el padre: Muchos han creído que podían tener comercio con ella y salir bien librados para contarlo. Pero su abrazo hunde a los más fuertes y hace que se destruyan. El atractivo que ejerce sobre los hombres los empuja a deshonrarse y a vagar como mendigos pendientes de sus favores. Pierden todo sentido del honor y se vuelven como esclavos de sus caprichos.

Notas: 1. Nótese que en francés y en inglés saber algo de memoria se dice "saberlo de corazón" ("savoir par coeur", "to know by heart").
2. Las celosías eran como las persianas modernas hechas de tablillas de madera juntas, que permitían al que estaba en la ventana ver lo que había afuera, pero no permitían desde afuera ver lo que había adentro. Se llamaban así porque su existencia se debía a los celos del marido, que no deseaba impedir que su mujer mirara a la calle, pero que, a la vez, no quería que ella fuera vista (Jc 5:28). Los balcones coloniales de Lima tienen también un entramado de madera que no permite ver a la persona que asoma a la ventana.


#886 (21.06.15) Depósito Legal #2004-5581. Director: José Belaunde M. Dirección: Independencia 1231, Miraflores, Lima 18, Perú. Tel 4227218. (Resolución # 003694-2004/OSD-INDECOPI).