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jueves, 14 de mayo de 2015

ADVERTENCIA CONTRA LA SEDUCTORA

LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M:
ADVERTENCIA CONTRA LA SEDUCTORA
Un Comentario de Proverbios 5:1-14
Este capítulo desarrolla el tema de la seductora (de la “mujer extraña”), que fuera introducido en Prov. 2:16-19, y que será expuesto más ampliamente en Prov. 6:24-35 y en el capítulo 7 del libro. De otro lado, en la segunda parte se hace un encendido elogio del amor conyugal.
Los versículos 1 al 6 forman la primera estrofa del capítulo.
1. “Hijo mío, está atento a mi sabiduría,
y a mi inteligencia inclina tu oído,”
2. “Para que guardes consejo,
Y tus labios conserven la ciencia.”
3. “Por que los labios de la mujer extraña destilan miel,
Y su paladar es más blando que el aceite;
4. “Mas su fin es amargo como el ajenjo,
agudo como espada de dos filos.”
5. “Sus pies descienden a la muerte;
sus pasos conducen al Seol.”
6. “Sus caminos son inestables; no los conocerás,
si no considerares el camino de vida.”
1, 2. Estos dos versículos son un prólogo solemne, una invocación a escuchar la voz de la sabiduría, y sirven de preparación adecuada a la amonestación que va a seguir (vers. 3 al 6) acerca de los peligros que encierra la mujer extraña. (Nota 1) El padre, como buen maestro, ha creído necesario preparar el oído y la atención de su hijo y discípulo, a la enseñanza que le va a dar.
Dos actitudes de escucha le pide que son comunes a otros pasajes: estar atento, e inclinar el oído. En realidad se refieren a lo mismo: prestar atención para entender bien (Ver Consejos Paternales III). El discípulo necesita estar atento a la sabiduría y a la inteligencia de su maestro que se expresa en palabras de consejo. ¿Son la sabiduría y la inteligencia la misma cosa? La sabiduría está por encima de la inteligencia. La inteligencia tiene que hacer con la información, con el proceso de obtenerla, de analizarla y de utilizarla, es decir, de valorarla. La sabiduría, en cambio, saca, sobre la base de la información obtenida, conclusiones aplicables a situaciones concretas.
Estos dos versículos pueden resumirse así: Escucha con atención lo que te voy a decir, el consejo sabio que te voy a dar, porque de nada vale oír si no se presta atención. Cuando escuchamos con atención lo oído provoca una repercusión en nuestra mente que nos hace reflexionar. Pero si no prestamos un oído atento, las palabras entrarán por un oído y saldrán por el otro sin dejar huella en el espíritu. El oído atento las captura, las retiene y producen fruto.
“Guardar consejo” es no sólo meditar sobre lo oído, sino ajustar nuestra conducta a lo escuchado y no permitir que digamos palabras atrevidas que nos empujen por caminos peligrosos, o nos tiendan una trampa.
En efecto, las palabras que susurramos en el oído de una mujer pueden atarnos porque suscitan en ella una respuesta afectiva, un deseo que no descansará hasta ser satisfecho. El deseo suscitará en ella, a su vez, palabras que inviten a gozar de un banquete dulce, pero peligroso.
3,4. El banquete está, para empezar, en sus labios que “destilan miel”. ¡Qué maravillosamente expresado está el atractivo de su boca! El que se deja atrapar por ella caerá en un abismo de placer que lo cautivará y lo emborrachará durante un tiempo. En Cantares hay un verso que emplea un lenguaje similar: “Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa; miel y leche hay debajo de tu lengua.” (4:11).
Mientras dure la ebriedad se es feliz, pero a la vuelta de la esquina acecha el peligro, una espada tan amarga como fueron dulces los labios.
Ella te llevará por caminos extraños que te conducirán por donde no esperabas transitar, y te hundirán en un pozo de amarga desilusión cada vez más profunda, como dice el proverbio: “Porque abismo profunda es la ramera, y pozo angosto la extraña.” (23:27).
Los labios, la lengua y el paladar de la mujer sensual tienen un atractivo irresistible para el joven cuya pasión inflama su sangre y lo rinden sin defensa a su dulzura y encantos. El joven cree que se embarca en una travesía de placer (Véase Pr 7:14-20), pero poco a poco descubre que la miel de sus labios se va tornando amarga, y acaba por herirle el alma con una herida tan acerba como dulce era el hechizo que lo apresaba (cf Ecl 7:26; Jr 9:15). (2) Por eso es necesario que te escapes antes de que te atrape en la red de sus encantos, pues una vez preso en ellos, te será muy difícil escapar (Ver Nota 4).
5,6. ¡Cuántas veces las cadenas de pasión con que el joven está atado, y de las que no puede liberarse, se hunden dolorosamente en su carne, y llega a odiarlas tanto como las desea, porque lo llevan por caminos de autodestrucción que lo envilecen a sus propios ojos y ante los de los demás, volviéndose en objeto de burla y de lástima de todos los que lo conocen.
Si confías en sus promesas recuerda que ella es voluble y sus caminos inestables. Su capacidad para mentir es inagotable, y serás víctima de sus engaños sin darte cuenta. La amargura que sembrará su falsedad en tu alma te hará odiar el placer que antes sentiste y detestar tu ingenuidad. No te apartes pues de mis caminos –dice la sabiduría- ni desoigas mi consejo, porque él te guardará del desengaño que puede morder tu corazón.
El que se vuelve una víctima dócil de los caprichos de la mujer extraña, y un juguete en sus manos, se enfurece y se llena de odio contra ella, pero no puede romper el lazo que lo ata a la seductora. Su carne la desea y no puede, por más que quiera, escapar del imán de su cuerpo que lo atrae como un agujero negro sideral que todo lo devora. Cuanto más detesta su esclavitud, más esclavo se vuelve. Al final se resigna a escanciar hasta la muerte el néctar que lo enajena y embriaga como una droga, pero, entre tanto, vive atormentado por el temor de que ella pueda abandonarlo y buscar en otros brazos el placer que él, al precio de su vida, se esfuerza por regalarle. (3)
7.  “Ahora pues, hijos, oídme,
y no os apartéis de las razones de mi boca.”
8.  “Aleja de ella tu camino,
y no te acerques a la puerta de tu casa;”
9.  “Para que no des a los extraños tu honor,
y tus años al cruel;”
10. “No sea que extraños se sacien de tu fuerza,
Y tus trabajos estén en casa del extraño;
11. “Y gimas al final,
cuando se consuma tu carne y tu cuerpo,”
12. “Y digas: Cómo aborrecí el consejo,
Y mi corazón despreció la reprensión;”
13. “No oí la voz de los que me instruían,
Y a los que me enseñaban no incliné mi oído!”
14. “Casi en todo mal he estado,
En medio de la sociedad y de la congregación.”
7. El padre hace un pedido como implorando a sus hijos: Haced caso de mis consejos, no desechéis mi advertencia. ¿Por qué adopta ese tono casi suplicante? Porque él conoce el peligro al que están expuestos y sabe, por experiencia propia o ajena, cuáles son sus consecuencias.
8. Aléjate lo más que puedas de ella, no frecuentes los lugares donde puedas encontrarla, ni acudas a su llamado cuando ella te llame (4). El padre sabe cuán grande es la atracción que una mujer sensual puede ejercer sobre un joven que está en el hervor de sus pasiones. Le pide que no se acerque para nada a su casa porque sucumbirá fácilmente a la atracción que sobre él ejerce su puerta (Véase Pr 7:7-9). El recuerdo de sus caricias lo atormenta y es como si su piel reclamara el suave contacto de sus manos.
9. El padre sabe que si su hijo cae en las manos de la mujer extraña, de la mujer que no pertenece a nadie porque es de todos, y está siempre rodeada de hombres que la pretenden y que la cortejan, él se convertirá en el juguete de sus caprichos y en el hazmerreír de los que saben cómo es ella. El padre intuye que su hijo puede dilapidar sus mejores años preso en el regazo de ella, descuidando el estudio, y más adelante, su profesión, en vez de aprovechar ese tiempo inestimable para labrar su futuro.
10. Preso en las garras del placer consumirás las fuerzas que debiste haber empleado en tu provecho, y serán los amigos y las amigas de ella los que te exploten y te saquen el dinero de tu billetera, pensando tú que al hacerlo le agradas a ella, cuando ella lo toma a burla, y se goza del poder que ejerce sobre ti, al punto de convertirte en su esclavo (Véase Pr 29:3b).
11. Cuando despiertes a la realidad, y te des cuenta de cómo has despilfarrado tus mejores años, tu salud y tu fortuna por una quimera, y tengas el corazón magullado por la desilusión, te lamentarás de haber sido tan necio al haber despreciado el consejo de los que te amonestaban y querían tu bien. Entonces, como hizo el hijo pródigo, recapacitarás, pero no podrás regresar donde tu padre para que te acoja, porque él ya no estará en vida. Pero hay otro Padre que sí está dispuesto a recibirte en sus brazos, a perdonarte y restaurarte.
            12,13. Estos dos versículos podrían ponerse en boca del  hijo pródigo cuando estaba cuidando cerdos, antes de volver en sí. Ellos describen muy bien la actitud del que se niega a escuchar la voz de Dios y de sus mayores: aborrece el consejo y menosprecia la reprensión. Por ahí empiezan los que terminan mal.
14. El que, desoyendo el consejo, se deja seducir por la mujer extraña, termina con frecuencia en la pobreza. El pecado de la carne tiene un alto costo en salud y en dinero; enflaquece y empobrece al que se deja arrastrar a sus tortuosos caminos que terminan en un precipicio. Bien amonestó Pablo a Timoteo: “Huye de las pasiones juveniles.” (2Tm 2:22). Bien puede decir el insensato: “Casi en todo mal he estado,” porque ha bebido la copa de la amargura hasta las heces.
A los males personales que sufre se añade el desprestigio entre los suyos, sus amigos y conocidos, y ante la sociedad en general.
Ningún caso más aleccionador que el de Sansón, el hombre más fuerte de su tiempo, que era poseedor de una fuerza sobrenatural, y era el pavor de sus enemigos. Él cayó preso en los encantos de Dalila, y aunque tuvo tres veces la prueba patente de que ella lo traicionaba, no se alejó de ella, y terminó ciego, sin fuerzas, y convertido en el hazmerreír de los filiteos (Jc 16:4-25).
Notas: 1. Zur quiere decir básicamente extranjero, pero se aplica a lo que se ha desviado, a lo que está fuera de la ley. Como en Israel las mujeres de vida libre solían ser extranjeras, solía designarse con esa palabra a la adúltera.
2. Orígenes dice que, por el contrario, la rectitud puede ser amarga al comienzo, pero su final es dulce.
3. En el Sirácida hay un extenso pasaje que parece un comentario o ampliación del mensaje de estos seis versículos: “Huye de la cortesana, no caigas en sus lazos. No te entretengas con la que canta coplas, no te pille en sus redes. No fijes tu atención en doncella, no vayas a incurrir en castigo por su causa. No te entregues a meretrices, no vayas a perder tu hacienda. No pasees tus ojos por las calles de la ciudad, ni andes rondando por sitios solitarios. Aparta tus ojos de mujer hermosa, y no fijes la vista en la hermosura ajena. Por la hermosura de la mujer se han perdido muchos, y su amor abrasa como fuego.” (Sir 3-9).
4. El caso de José, que huyó de los brazos de la mujer de su amo que intentaba seducirlo, es un buen ejemplo de la actitud sabia que debe adoptar el joven cuando es tentado.
Amado lector: Si tú no estás seguro de que cuando mueras vas a ir a gozar de la presencia de Dios yo te exhorto a arrepentirte de todos tus pecados y te invito a pedirle perdón a Dios por ellos haciendo la siguiente oración:
“Jesús, tú viniste al mundo a expiar en la cruz los pecados cometidos por todos los hombres, incluyendo los míos. Yo sé que no merezco tu perdón, porque te he ofendido conciente y voluntariamente muchísimas veces, pero tú me lo ofreces gratuitamente y sin merecerlo. Yo quiero recibirlo. Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados y de todo el mal que he cometido hasta hoy. Perdóname, Señor, te lo ruego; lava mis pecados con tu sangre; entra en mi corazón y gobierna mi vida. En adelante quiero vivir para ti y servirte.”
#867 (08.02.15). Depósito Legal #2004-5581. Director: José Belaunde M. Dirección: Independencia 1231, Miraflores, Lima, Perú 18. Tel 4227218. (Resolución #003694-2004/OSD-INDECOPI).


miércoles, 20 de octubre de 2010

EL LIBRO DE DANIEL HABLA A LOS JÓVENES

Por José Belaunde M.

En la juventud uno tiene la vida en sus manos. Tú puedes ser lo que quieras ser.

Quizá digas: Imposible, hay cosas que no puedo ser, no está en mis manos decidirlo, porque depende de factores que no están a mi alcance.

Cierto. Si no tienes la estatura requerida no puedes entrar a la escuela militar. Si pesas 70 kilos no puedes ser bailarina de ballet.

Es muy cierto que nuestro futuro en la vida depende del camino que ya hemos recorrido anteriormente.

Cuanto más avanza uno en la vida menos libertad tiene para decidir lo que va a hacer en los años que le quedan de vida.

Si tomas el ómnibus para ir a Pacasmayo, no puedes decidir de repente ir a La Oroya. Está en otra dirección.

Si uno tiene 50 años, lo que uno hizo o logró hasta esa edad condiciona fuertemente lo que puede hacer en los 20 ó 30 años que le quedan de vida.

Pero a los 16 ó 18 años, el partido recién empieza. Tienes dos tiempos por delante para meter goles, para plantear el partido a tu gusto.

Por de pronto, hay algo que tú puedes decidir cualesquiera que sean las circunstancias de tu vida, seas rico o pobre; nadie puede impedir que tú lo hagas, sólo depende de ti:

Puedes decidir ahora mismo que vas a servir a Dios y nadie puede impedírtelo.

Pero ¡ojo! servir a Dios no quiere decir únicamente predicar o ser pastor. Uno puede servir a Dios sin haber subido nunca a un púlpito.

Servir a Dios quiere decir ante todo vivir de acuerdo a su palabra, amarlo, obedecerlo. Y eso nadie te lo puede impedir. Puedes hacerlo aunque estés preso.

Ahora puedes decidirlo, en este momento y sólo de ti depende el que mantengas esa decisión hasta tu último día en la tierra, cualquiera que sean las circunstancias exteriores de tu existencia. Y puedes hacerlo aunque te cueste la vida. Pero si te costara la vida, tendrías una gran recompensa en el cielo, habrías hecho un gran negocio.

Pero en el campo puramente humano, a esta edad tienes la capacidad de decidir lo que quieras ser en tu vida. Es verdad que tienes un campo de posibilidades relativamente limitado, es cierto; no es infinito, ilimitado, pero es, no obstante, bastante amplio.

Puede ser que llegar a ser un profesional no esté a tu alcance porque no tienes el dinero para estudiar en la Uni, eres demasiado pobre y lo poco que ganas lo empleas en sostener a tu madre viuda y hermanitos.

Pero eso no te impide decidir capacitarte en algún oficio, aunque sea artesanal. O puedes decidir llegar a ser una persona culta, leyendo y estudiando de noche. Si no tienes plata para comprar libros, puedes prestártelos de alguna biblioteca.

Puedes decidir a quién vas a servir, si a Dios o al diablo. Si decides lo primero, Dios te va a ayudar a alcanzar las metas que te propongas, metas que parecerían ser imposibles para ti si Dios no viene en tu ayuda.

Quizá te llamaron de la banca de suplentes a medio partido, cuando el marcador estaba en contra, pero ahora tienes todavía un tiempo amplio para voltearlo.

Al inicio del primer capítulo del libro de Daniel hay un versículo que habla de las cualidades que debían tener los jóvenes que debían ser seleccionados para ser entrenados y preparados para el servicio del rey. Veámoslo.

Dn 1:4 "muchachos en quienes no hubiere tacha alguna."

¿Cual es la tacha más grave que se puede hacer contra una persona? Que no sea de buena conducta. Que tenga malos hábitos, malos antecedentes.

Si tienes un pasado malo, si has sido arrestado varias veces, si has estado en la cárcel. Eso es una tacha grave. Y puede ser un obstáculo grave.

Pero puedes arrepentirte hoy de tus pecados y de tu mala conducta y a partir de hoy, con la ayuda de Dios, comenzar una vida nueva, llevar una vida irreprochable. Muchos lo han logrado, aunque tenían un largo prontuario de antecedentes en la PIP.

Pero si no es ese tu caso, te será más fácil.

Quizá tienes defectos de carácter. Puedes pedirle a Dios que te cambie y te libre de ellos.

¿Cómo? Despojándote del hombre viejo y vistiéndote del nuevo (Ef 4:22-24).

Transformándote por la renovación de tu entendimiento (Rm 12:2).

"De buen parecer"
¿Qué quiere decir eso? Bueno, eso podría ser tener buena pinta, o ser una reina de belleza. Pero no está hablando de eso.

Mírate en el espejo. No se trata de que puedas ganar un concurso de belleza o de que seas un Adonis, que te busquen para ser modelo, sino de que tengas un aspecto correcto, agradable.

Dios no está interesado en la belleza externa de las personas sino en la interior, pero la belleza interior se refleja en el orden exterior, en lo ordenado de su aspecto.

Fíjate en este punto: Si eres hombre ¿andas desgarbado, mal peinado, sucio, con el pelo desgreñado y largo, con tu ropa descuidada?

Conoces el dicho: “Como te ven te tratan”. Así es el mundo. Eso se refiere también al vestido.

Si llevas ropa fina, de marca, elegante...dicen: “Este es un señor”. Pero no estoy hablando de eso.

Quizá no tengas ropa fina, pero puedes tenerla limpia, estar bien arreglado, lavado, afeitado, pelo no muy largo. Si te ven así, causas buena impresión.

Y si eres una muchacha ¿A dónde llega tu falda? Si es una mini mini, ya te tasaron; apenas te ven, pensarán: Esta es una chica tan ligera de costumbres como de ropa.

¿Qué dice 1P 3:3,4? “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.”

Puedes tener un aspecto agradable y a la vez discreto, ordenado.

La manera cómo nos vestimos refleja nuestra personalidad. No lo olvides.
Si andas pintarrajeada, ya te calificaron de frívola, o de pretenciosa, o de tener mal gusto.

Pero si te arreglas con buen gusto y discreción, aun los atrevidos te guardarán respeto.

Igual ocurre con los hombres. Tu aspecto te delata.

"Enseñados en toda sabiduría"
Que hayas sido o no enseñado en toda sabiduría hasta ahora quizá no ha dependido de ti.

La sabiduría más importante es la de Dios. Si no naciste en un hogar que era cristiano, o no fuiste a un colegio cristiano, es poco probable que hayas sido enseñado en la sabiduría de Dios.

Pero quizá tus padres tenían una buena moral y te dieron buen ejemplo. Eso es un gran capital para la vida.

Pero también pudiera ser que te enseñaron mal y que te dieron muy mal ejemplo con la vida que llevaban. Si ese es el caso, ahora que conoces la verdad, puedes reaccionar contra ese pasado negativo y eso tendría mucho mérito para Dios. Él quizá te quiera usar para que des testimonio a los que tienen un pasado como el tuyo. Recuerda para Dios no hay nadie perdido.

Pero no olvides que hay también una sabiduría del mundo que puede ser muy útil para la vida y quizá tus padres te la enseñaron, aunque no fueran creyentes. Recuerda que Jesús dijo que “los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.” (Lc 16:8). (Nota).

Y dijo también: “Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas.” (Mt 10:16).

Si no recibiste una buena educación en casa ni en el colegio, ponte ahora en la escuela del Espíritu Santo y empieza a aprender la sabiduría de Dios. Ponte a leer y meditar el libro de Proverbios.

¿Sabes por qué este libro tiene 31 capítulos? Para que leamos uno cada día del mes. ¿Qué capítulo? Pues el del día. Si haces eso te llenarás de la sabiduría de Dios y la sabiduría de Dios será adorno a tu cuello y dará gracia a tus palabras (Pr 1:9; 16:23).

"Sabios en ciencia..."
Esto se refiere al conocimiento humano. Quizá fuiste un mal alumno en el colegio y eres como consecuencia un ignorante.

EN LO HUMANO, LO QUE TÚ ERES HOY DECIDE LO QUE SERÁS MAÑANA.

Toma nota de lo siguiente: tu futuro en la vida, tu éxito, tu progreso, depende en gran parte de lo que sabes. Es el conocimiento, la capacitación lo que nos abre la puerta del éxito en el mundo.

Ahora estás en la edad de adquirir conocimientos que te sean útiles para triunfar.
Adquirir esos conocimientos depende de cómo utilizas tu tiempo ahora.

¿Cómo lo empleas? Hay personas que aprovechan las 30 horas del día. ¿Cómo 30? ¿Acaso tiene el día 30 horas? Es que aprovechan tan bien hasta el último minuto que parece que para ellos el día tuviera más horas que para los demás.

De cómo uses el tiempo depende cuánto avances en la vida.

En el Perú hay una cultura de la pérdida de tiempo. Somos expertos en eso. Se habla y se habla ... pero no se hace nada. Se la pasan discutiendo en los cafetines o en las esquinas sobre lo que hay que hacer, pero no pasan de palabras que se lleva el viento.

¿Cuánta saliva gastas al día en decir tonterías? ¿En hablar piedras? Jesús dijo que de toda palabra ociosa daríamos cuenta en el día del juicio. ¿Recuerdas? (Mt 12:36).

¿O cuánto tiempo inviertes en mirar tonterías? ¿En ver TV, en oír radio, en parlotear por teléfono?

De cómo inviertas tu tiempo depende lo que llegues a ser. El tiempo que pierdes nunca lo recuperas. Aprovecha tu tiempo.

Es como llenar una maleta. Cuando vas de viaje puedes llevar poco o mucho en una maleta. Depende de que aproveches o no hasta el último resquicio, el último huequito que queda para poner algo. O si eres comerciante de que no lleves papeles viejos en lugar de mercadería para vender.

Tu tiempo es tu vida. No tienes otra vida que tu tiempo. A medida que pasan las horas, a medida que avanza el minutero, se te va la vida.

Cuando se es joven uno cree que tiene una eternidad por delante. Sí la tienes, pero no en la tierra. En la tierra el tiempo vuela.

Si no siembras en los surcos de tu tiempo, no cosecharás satisfacciones.

Si no siembras conocimiento, no cosecharás reconocimiento.

¿Qué es el reconocimiento? Es que la gente te aprecie, que reconozcan lo que vales, lo útil que puedes serles. Que reconozcan lo que has logrado con o sin diploma.

Si el agricultor siembra poca semilla, poco cosechará. Si siembra mala semilla, tendrá una mala cosecha.

Lo que tú coseches más adelante (es decir, una buena posición, un hogar, una casa propia...) depende de que lo siembres ahora. No te caerá del cielo.

Siembra en los surcos de tu tiempo semilla apretada, de buena calidad, para que tengas una buena cosecha.

¿Qué es lo que puedes cosechar ahora mismo como fruto inmediato de tus estudios? Un buen currículum.

Cuando vas a buscar trabajo en una empresa, te piden tu currículum. Si eres joven, eso consiste básicamente en lo que has estudiado, en qué institutos, en qué universidad, qué experiencia tienes...

¿Por qué quieren saber eso? Porque de esas cosas depende cuán útil tú puedas serles, qué conocimientos o experiencia aportas a la empresa.

Si no sabes nada sólo servirás para portero o conserje... (Ahora de repente hay uno aquí cuyo padre es conserje o portero. No se lo eches en cara ni te avergüences de él. Quizá él no tuvo oportunidades de estudiar, o quizá nadie le habló de que debía aprovechar el tiempo en su juventud. Además Dios puede usar poderosamente a los conserjes como embajadores porque, estando en la puerta, entran en contacto con mucha gente).

Pero si eres un buen electricista, serás muy apreciado porque no se encuentra muchos buenos. Si además eres ordenado, cumplido, puntual, honrado, vales oro para ellos. La gente busca buenos técnicos, buenos operarios, que hagan bien su trabajo, que no los defrauden, que no lo dejen todo a medias, que reciban un adelanto y nunca regresen.

Las empresas grandes y chicas tienen hambre de buenos empleados, de empleados confiables, porque son escasos.

Al que trabaja bien lo buscan, lo necesitan, no hay nada peor que tener un empleado malo. El libro de Proverbios habla bastante de eso (Pr 26:6).

Pero quizá digas: yo no tengo oportunidad de estudiar porque tengo que trabajar y ayudar a mi familia. No tengo para la matrícula ni para las mensualidades de un instituto.

¿Sabes lo que es un autodidacta? Alguien que estudió solo, que no estudió en ninguna escuela. Muchos grandes hombres lo fueron. Edison, por ejemplo, el inventor de la bombilla eléctrica, del fonógrafo y de tantas otras cosas, también lo fue.

Un buen libro puede ser el mejor maestro.

"Idóneos para estar en la palacio del rey".
Aquí no se trata de la casa de Dios, sino de los buenos lugares del mundo, de los sitios elegantes. ¿Qué se esperaba de esos jóvenes para que pudieran estar en la corte sin desentonar? Que tuvieran buenas maneras, un lenguaje mesurado, que fueran corteses, amables, que tuvieran dominio propio. Esas son cualidades cristianas que también son apreciadas en el mundo Y que todo joven cristiano debe poseer para dejar bien parado el nombre de su padre, Dios.

Hay jóvenes que aprendieron a comportarse así en sus hogares. Esa es una buena herencia que los hijos reciben de sus padres, aun mundanos. Pero si no te enseñaron las buenas maneras en tu casa, puedes aprenderlas por tu cuenta, y tendrás más mérito.

Si tú tienes esas cualidades y te portas así, puedes estar seguro de que serás apreciado y te recibirán en cualquier parte; que no desentonarás, aunque no tengas dinero. Esas son las marcas del carácter controlado por el Espíritu Santo.

Tu aspecto exterior, tu conducta, tu forma de hablar, son tu mejor carta de presentación.

Recuerda lo que dice Pr 20:11. "Aun el muchacho es conocido por sus hechos si su conducta fuere limpia y recta."

"Y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos."
Si entras a una empresa y te haces notar por tu buen testimonio y tu diligencia, quizá te hagan estudiar alguna especialidad. Hay firmas que invierten en la capacitación de su personal. No lo hacen por altruismo sino porque saben que les reportará más tarde algún beneficio.

Tu futuro como profesional, o como empleado, o como operario, depende de cuán bien domines tu oficio o tu profesión o tu puesto en la línea de producción y de cuán bien te desempeñes.

Hazlo todo con excelencia, no sólo para agradar a tu patrón, sino para agradar al patrón de los patrones, a Dios (Col 3:22,23).

¿Por qué adelantó tanto José, digamos, "en su carrera"? Porque todo lo hacía bien. Quizá tú digas: “No, sino porque la mano de Dios estaba con él.” Claro, es cierto, todo lo hacía bien porque la mano de Dios estaba sobre él.

Pero si tú buscas a Dios y te esfuerzas, la mano de Dios también estará sobre ti y todo prosperará bajo tu mano. Hay incontables ejemplos de cristianos que prosperaron porque buscaban a Dios y Él hacía que tuvieran éxito en todo lo que hicieran. Esa es una promesa de Dios (Jos 1:8).

Hay lamentablemente muchos malos hábitos nacionales de los que se han contagiado hasta los creyentes. Se les podría llamar “las cuatro "i" del fracaso”: incumplimiento, impuntualidad, irresponsabilidad, impericia. Nunca cumplen sus compromisos, siempre llegan tarde o cumplen con atraso, no les importa cómo hacen las cosas ni asumen sus responsabilidades, no aprenden a trabajar con calidad profesional.

Arráncate esos malos hábitos. No pierdas el tiempo. Esfuérzate por quedar bien.
Recuerda el proverbio que dice: "¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará; no estará delante de los de baja condición." (Pr 22:29). ¿Tú quieres estar delante de los reyes, esto es, delante de la gente que toma las decisiones importantes, que tiene el poder económico en sus manos? ¿Quieres progresar en el mundo? Pues sé solícito en tu trabajo.

Daniel se mantuvo delante de los reyes a lo largo de su vida, a pesar de los cambios políticos que le tocó presenciar, porque siempre fue solícito, diligente, en su trabajo. Su integridad y su eficiencia lo convirtieron en un colaborador y consejero invalorable, indispensable. Le permitieron cumplir tanto con Dios como con los hombres; ser fiel con Dios así como con los hombres que depositaron en él su confianza.

En el Perú hay muchos ejemplos de hombres que partieron de la nada y que alcanzaron grandes posiciones. El dueño de una de las grandes empresas de transporte terrestre empezó como camionero. Los dueños actuales de la más grande empresa de leche evaporada que todo el mundo toma, heredaron de su padre la flota de camiones que transportaba esa leche. Hoy son dueños de uno de los conglomerados industriales más grandes del país.

¿Cuál fue su secreto? Fueron diligentes en su trabajo y Dios les abrió puertas inesperadas. Estudia lo que el libro de Proverbios dice acerca del diligente y de la diligencia. Aprenderás mucho de ese estudio.

Nota: Haber pretendido prescindir de esa sabiduría, como si no viviéramos en el mundo, le ha hecho mucho daño a los cristianos al tildárseles de ignorantes.
#398 (04.12.05) Depósito Legal #2004-5581. Director: José Belaunde M.