jueves, 21 de junio de 2018

ARRESTO DE PABLO EN EL TEMPLO I


LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M.
ARRESTO DE PABLO EN EL TEMPLO I
Un Comentario de Hechos 21:17-25

Lucas continúa en el capítulo 21 el relato del tercer y último viaje de Pablo a Jerusalén, que culmina con su llegada a esa ciudad en el siguiente versículo:
17. “Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo.”
El viaje de Pablo culminó con la llegada de la comitiva que lo acompañaba a la ciudad santa, situada sobre lo que para nosotros son cerros rodeados de hondonadas en un territorio que, hoy día al menos, es más bien árido.
Los miembros de la iglesia de Jerusalén acogieron a Pablo y sus acompañantes con alegría. ¡Cómo no iban a hacerlo, aparte del amor cristiano que los unía, si sabían que traían consigo una ofrenda generosa para su sostenimiento!
Podemos suponer que pasaron el resto del día instalándose en casa de Mnasón y conversando con los que los recibieron. ¡Tenían tantas cosas que compartir! (Nota 1)
18. “Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos”
Santiago y los ancianos, que deben haber sido avisados inmediatamente de la llegada de Pablo, se reunieron para recibir como iglesia al apóstol errante. Santiago, el hermano de Jesús y autor de la epístola que lleva su nombre, era la cabeza de la iglesia de Jerusalén, y gozaba de gran prestigio y autoridad por su piedad y su celoso cumplimiento de la ley de Moisés, al punto que la población de la ciudad le había puesto el sobrenombre de “justo”. Quiénes eran y cuántos eran los ancianos que gobernaban la iglesia de Jerusalén junto con Santiago, no sabemos. Pero como eran miles los que habían creído, podemos suponer que su número llegaría quizá a setenta, constituyendo una especie de sanedrín de “nazarenos”.
¿Y Pedro y los demás apóstoles? Todos estaban ausentes, sea porque ya habían muerto, o porque estaban haciendo en otras tierras una labor semejante a la que Pablo realizaba en territorios griegos. Dónde, no lo sabemos, pues no se han escrito, o no han llegado a nosotros, libros que narren sus andanzas. ¡Cómo nos gustaría, sin embargo, tenerlos! Porque ellos deben haber pasado por pruebas y aventuras semejantes a las que experimentó Pablo, llevando el Evangelio a muchas regiones cercanas algunas, otras remotas, pues la fe se extendió por gran parte del mundo entero conocido entonces, aparte de las evangelizadas por Pablo: Italia, la costa norafricana, las regiones orientales, hasta el Éufrates, de dónde provenía Abraham, y más allá hasta Persia y la India, a donde, según la tradición, llegó Tomás fundando iglesias que todavía existen (2). No es imposible que llegara también a la cercanía de China.
19. “a los cuales, después de haberles saludado, les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio.”
¿Cómo sería la recepción que les prodigaron Santiago y los ancianos? Seguramente muy efusiva, llena de abrazos y besos, como cuando se recibe a personas amadas en Cristo entre las cuales había algunas que no se ha visto durante buen tiempo. Lucas es parco en su narración. Dice: “después de haberles saludado”. Hay que tener en cuenta que a varios de los que llegaron con Pablo, y que venían desde Grecia (no sabemos cuántos se le sumaron en Cesarea), les veían la cara por primera vez.
Estando pues reunidos (¿los imaginamos sentados en sillas de madera como las que conocemos nosotros? Más bien la mayoría, si no todos, estaban sentados en el suelo), Pablo les contó pormenorizadamente –y él era de palabra fácil- cómo el Evangelio se había extendido entre los gentiles al norte y al oeste de Judea, y cuántos signos y señales, amén de muchas peripecias, habían acompañado su labor misionera y la de su equipo de colaboradores. (3)
20. “Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley.”

De las cosas narradas por Pablo algunas ya habían llegado a sus oídos, otras les eran nuevas. Pero por las unas y por las otras, los ancianos junto con Santiago dieron gracias a Dios. La acogida del Evangelio por los gentiles era el cumplimiento de las palabras que Jesús había dicho a los apóstoles antes de subir al cielo, que su mensaje sería llevado “hasta los confines de la tierra.” (Hch 1:8).
Pero en respuesta a la narración de Pablo ellos le hicieron saber que muchos miles de judíos de Jerusalén y ciudades cercanas se habían convertido a Cristo. El libro de Hechos narra que el día de Pentecostés, en que Pedro predicó a la multitud por primera vez, fueron bautizadas tres mil personas (Hch 2:41). Y luego dice que, como resultado de la prédica de Pedro y Juan, se convirtieron como cinco mil varones (Hch 4:4). Ahí solo tendríamos ocho mil creyentes. Pero las palabras de Santiago implican que muchos miles de judíos más se les habían agregado. La secta de los nazarenos (como se les llamaba entonces) había crecido en gran número. Y todos ellos eran “celosos de la ley”, esto es, eran estrictos y exigentes en el cumplimiento de sus normas, como Pablo lo había sido antes de que el Señor se le apareciera camino a Damasco (Hch 9:3-6).
En estas palabras se expresa la gran preocupación que existía en Jerusalén acerca de la actividad misionera de Pablo. No objetaban que él predicara el evangelio a los gentiles. Eso era aceptado y daban gloria a Dios por ello. Objetaban que él pudiera poner en duda la necesaria fidelidad de los judíos a la ley de Moisés: Te acusan de alentar a los creyentes judíos que viven entre gentiles a apostatar de Moisés, esto es, a abandonar las prácticas de la ley. Esta era una acusación muy grave que explica por qué los judíos de la diáspora odiaban y perseguían a Pablo: Él atenta contra lo más sagrado que tenemos, es decir, contra nuestra religión.
La fidelidad de los judíos a las normas de la ley de Moisés era el núcleo de su identidad como pueblo. Sin la ley de Moisés no hay pueblo judío. Acosados y acusados por los pueblos que los rodeaban, los judíos se aferraban a su identidad judía como medio para subsistir como pueblo. Apostatar era por eso para ellos el mayor delito, y peor aún lo era el enseñar a otros judíos a hacerlo. Era un acto de traición a su nación.
¿Cuán cierta podía ser esta acusación? Pablo había escrito en Gálatas 3:28 que en Cristo no hay griego ni judío, ni esclavo ni libre, no hay varón ni mujer, sino que todos son uno en Cristo Jesús. Judíos y gentiles, al creer en Jesús, forman un solo pueblo.
Pero cuando afirma que en Cristo Jesús no hay varón ni mujer no está diciendo que las distinciones entre los sexos desaparecen, y que ambos constituyen una especie de uni-sex, sino que ambos sexos tienen los mismos privilegios y obligaciones.
De igual modo puede decirse que la fe en Jesús no borra las diferencias entre judío y no judío, sino que ambos tienen el mismo “standing”, el mismo “status” delante de Dios.
Pablo enseñaba a los gentiles que abrazaban la fe en Jesús a no circuncidarse. Los judíos que se convertían a Cristo no podían descircuncidarse (aunque había una operación para hacerlo) pero obviamente no tenían por qué circuncidar a sus hijos si los cristianos gentiles no lo hacían, aunque estaban en libertad de hacerlo si lo querían.
Pablo mismo guardaba las prácticas de la ley, o las dejaba de lado, según la compañía con la cual se encontraba, fueran judíos o gentiles. Si estaba con los primeros las guardaba por razones de cortesía, y para no herir sus sentimientos. Si estaba con los segundos, no tenía por qué hacerlo (1Cor 9:19-21).
En Romanos 14:1-6 Pablo admite que unos guarden determinadas prácticas y que otros no, con tal de que el guardar, o el no guardar, sea hecho “para el Señor”. Puedes guardar esas prácticas si quieres, pero hacerlo no es lo esencial, pues la salvación no depende de ellas. Cristo nos ha libertado de la esclavitud de la ley que ordenaba guardarlas (Gal 5:1). Lo importante es que no uses esa libertad para satisfacer los deseos de la carne (Gal 5:13). Dice además que no debemos juzgar al hermano por este motivo (Rm 14:10-12).
La acusación referida contra Pablo era pues falsa. Los ancianos eran conscientes de ello, pero consideraban que era necesario que Pablo desvirtuara esa acusación. ¡Cuán necesario es que los cristianos cierren los oídos a los rumores y acusaciones contra otros cristianos, sobre todo si los acusados han dado testimonio de su fidelidad a Dios! El enemigo usa los chismes y los rumores para hacer daño a la iglesia, causando divisiones y manchando la honra de personas que merecen nuestro respeto. No seamos colaboradores del diablo repitiendo chismes.
22. “¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto, porque oirán que has venido.”
¿Cómo podía Pablo desvirtuar esa acusación maliciosa? Cuando los discípulos oigan que tú has llegado a Jerusalén se reunirán para saber acerca de ti, y tendremos que darles una explicación de tu conducta que los satisfaga.
23,24. “Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley.”
La propuesta que hacen Santiago y los ancianos es sencilla y expeditiva. Hay cuatro discípulos que han hecho voto de nazareato y que, cumplida la semana durante la cual no se pueden cortar el cabello, deben rasurárselo y, según lo prescrito por la ley, deben presentar una ofrenda en el templo (Lv 6:1-21). (4)
Tómalos a tu cargo, cumple el rito de purificación con ellos, y paga los animales de la ofrenda que deben presentar al sacerdote. Haz esto a la vista de todos en el templo de modo que todos comprendan que tú sigues siendo un judío que cumple fielmente las costumbres ancestrales ordenadas por Moisés.
Que Pablo pudiera tomar parte del ceremonial de un voto de nazareo no debe sorprendernos pues él mismo había hecho uno estando en el puerto de Cencrea, antes de embarcarse para Siria (Hch 18:18).
25.”Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación.”
Para evitar toda polémica acerca de lo que se debe exigir a los gentiles que abracen la fe, los ancianos le recuerdan a Pablo que la iglesia de Jerusalén, a la que ellos representan, mandó cartas a las iglesias gentiles, que el mismo Pablo se encargó de llevar, diciéndoles que ellos debían abstenerse de tan solo cuatro cosas bien sabidas: esto es, de carne sacrificada a los ídolos (algo con lo que Pablo estaba sólo condicionalmente de acuerdo; véase 1Cor 8:4-13; 10:25-33), de comer sangre, de comer carne de animal que no hubiera sido completamente desangrado (que es lo que “ahogado” quiere decir, y que era un complemento del mandato de no comer sangre), y de fornicación, -un pecado muy común en los ambientes paganos, como lo es hoy día en el nuestro. Eso es algo que lo cristianos judíos celosos de la ley conocen. (5)

Notas: 1. J. Munck hace notar que la preocupación de Lucas por dar información exacta se manifiesta en que él casi siempre indica la dirección donde Pablo se aloja. Así, por ejemplo, nos informa que en Damasco Pablo se alojó en casa de Judas, que estaba en la llamada calle derecha (Hch 9:11); en Filipos, se quedó en casa de Lidia (16:14,15); en Tesalónica, en casa de Jasón (17:5-7); en Corinto, donde Aquila y Priscila (18:2,3); en Cesarea, con Felipe (21:8); más adelante, en Malta, con Publio (28:7).
2. La iglesia Siro-malabar de la India, situada en el estado de Kerala, en la costa oriental del subcontinente índico, sostiene que sus orígenes se remontan a la predicación del apóstol Tomás, que evangelizó ese territorio. Tiene actualmente 3.7 millones de miembros. Previamente estuvo unida a la iglesia nestoriana de Persia. A fines del siglo XVI se unió a Roma, manteniendo sus ritos y jerarquía propia.
3. Es sorprendente que Lucas en este punto del relato no mencione la entrega del dinero recolectado con tanta dedicación por Pablo, pero debemos suponer que fue muy bien recibido.
4. El nazareato es una institución que se remonta al libro de Números 6:1-21, en que se establecieron las condiciones que debe cumplir todo el que se consagre a Dios permanente, o por un tiempo limitado. El nazareo (nazir) debía abstenerse de tomar todo lo que fuera fruto de la vid, de afeitarse (lo que incluía cortarse el cabello), y de contaminarse tocando un cadáver. Nazareos fueron Sansón, Samuel y Juan Bautista. Santiago, el hermano del Señor, también lo era, según el historiador Hegesipo. Era usual que las personas hicieran voto de consagración por períodos limitados de tiempo, a fin de obtener una gracia especial del Señor.
5. Véase al respecto Hch 15:19,20; 23-29, y mis artículos “El Concilio de Jerusalén I y II”.

 Amado lector: Jesús dijo: "¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma? (Mt 16:26) "Si tú no estás seguro de que cuando mueras vas a ir a gozar de la presencia de Dios, yo te invito a pedirle perdón a Dios por tus pecados haciendo una sencilla oración:
"Jesús, tú viniste al mundo a expiar en la cruz los pecados cometidos por todos los hombres, incluyendo los míos. Yo sé que no merezco tu perdón, porque te he ofendido consciente y voluntariamente muchísimas veces, pero tú me lo ofreces gratuitamente y sin merecerlo. Yo quiero recibirlo. Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados y de todo el mal que he cometido hasta hoy. Perdóname, Señor, te lo ruego; lava mis pecados con tu sangre; entra en mi corazón y gobierna mi vida. En adelante quiero vivir para ti y servirte."

#959 (22.01.17). Depósito Legal #2004-5581. Director: José Belaunde M. Dirección: Independencia 1231, Miraflores, Lima, Perú 18. Tel 4227218. (Resolución #003694-2004/OSD-INDECOPI).

1 comentario:

Blog27999 dijo...

According to Stanford Medical, It's in fact the ONLY reason this country's women live 10 years more and weigh 19 kilos less than us.

(By the way, it has absolutely NOTHING to do with genetics or some secret exercise and really, EVERYTHING about "how" they eat.)

BTW, What I said is "HOW", and not "what"...

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