LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M.
LAS ARTIMAÑAS DE LA ADULTERA
Un Comentario de Proverbios 7
Este
capítulo consta de un relato magistral y exquisitamente escrito acerca de la
seducción (v. 6-23), el cual está enmarcado por una llamada de atención, como
si fuera un preludio, hecha por el padre a su hijo (v. 1-5), y una advertencia
final sobre las consecuencias de no escuchar la voz de la sabiduría (v. 24-27).
Es
muy apropiado publicar este artículo en el Día del Padre, porque todos los
hombres, cualquiera que sea su edad, y muchas veces aun los casados, están
expuestos a caer en el peligro que aquí se describe. Y es bueno estar
advertidos. "El que piensa estar firme, mire que no caiga."(1Cor
10:12).
1. "Hijo mío,
guarda mis razones
y atesora contigo mis
mandamientos."
2. "Guarda mis
mandamientos y vivirás,
Y mi ley como la niña
de tus ojos."
3. "Lígalos a
tus dedos;
Escríbelos en la tabla
de tu corazón."
4. "Di a la
sabiduría: Tú eres mi hermana,
Y a la inteligencia
llama parienta;"
5. "Para que
te guarden de la mujer ajena,
Y de la extraña que
ablanda sus palabras."
El
capítulo empieza con una exhortación paterna semejante a la que figura en otros
pasajes de Proverbios, como 1:8, 9; 2:1-4; 3:1; 4:1ss; 4:10; 4:20, 21; 5:1,2,
aunque es aquí un poco más elaborada.
El
inicio del capítulo está enfocado en dos cosas relativas a la torá, (la
cual debe ser entendida aquí no sólo como "ley" sino sobre todo como
"enseñanza", o "dirección"): primero, escuchar y guardar en
la mente los consejos paternos; y segundo, cumplirlos.
1.
Es necesario guardar el buen consejo como quien conserva un tesoro valioso, con
el mismo cuidado y diligencia con que se le guarda en el lugar más secreto.
Cuanto mayor sea el valor de un objeto de gran precio, con más cuidado se le
conserva.
2a.
Lo que debe ser guardado, cumplido, son los mandatos, las órdenes o prohibiciones
concretas que da el padre (cf 4:4c). La palabra hebrea shamar que se
traduce por "guardar", tiene el mismo doble sentido que tiene en
español y en muchos otros idiomas, de conservar, mantener, cuidar, asegurar; y
de cumplir, observar, obedecer.
"Guarda mis mandamientos y vivirás." Cumpliendo
los mandamientos se alcanza la vida. A ese respecto vale la pena observar que
cuando el joven rico se acerca a Jesús con la pregunta ¿haciendo qué cosa
alcanzaré la vida eterna? Jesús simplemente le responde: Ya conoces los mandamientos,
y cita algunos de ellos (Mr 10:17-19). La relación entre el cumplimiento de los
mandamientos y la vida eterna es muy antigua en la Biblia. Recuérdese lo que
dice el Levítico: "Guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los
cuales haciendo el hombre vivirá en ellos." (Lv 18:5). Véase también
al respecto Lc 10:25-28.
2b.
La enseñanza paterna debe ser guardada con el mismo extremo cuidado con que el
hombre protege su pupila, porque es a través de ella como entra la luz a sus
ojos, y sin ella deambula ciego (Véase Dt 32:10; Sal 17:8; Zc2:8).
3a.
Esta es una expresión simbólica que indica cuán presente debemos tener la
enseñanza paterna. Nada nos es más cercano, ni tenemos tan fresco en la memoria,
como lo que tenemos entre los dedos, como el hilo blanco que anudamos en uno de
ellos como recordatorio, o el anillo de nuestro compromiso nupcial.
3b.
Así como Moisés escribió los mandamientos en "tablas de piedra", el joven
debe escribirlos en las tablas de su corazón (Pr 3:3), es decir, en su memoria.
Si se tienen escritos ahí, no hay necesidad de leerlos para consultarlos,
porque están bien grabados en la mente. Eso nos recuerda lo que dice Jr 31:33: "Daré
mi ley en su mente y la escribiré en su corazón."
(Nota 1).
4.
La relación que tenemos con la sabiduría debe ser tan estrecha como la que
tenemos con una hermana, de tanta familiaridad como la que tenemos con parientes
cercanos. ¿Qué quiere decir eso? Que nuestra mente debe estar tan imbuida de
las máximas de la sabiduría como para que ellas determinen nuestra manera de
comportarnos y guíen nuestra conducta. La sabiduría que no se manifiesta en
actos, que es sólo especulación, es inútil. Sabio es el que actúa sabiamente,
no el que piensa sabiamente, pero actúa mal.
5.
Lo primero en que esa sabiduría de vida se manifiesta es en evitar a la mujer extraña,
a la tentadora que ofrece sus brazos y sus caricias indiscriminadamente, y cuyo
fin es capturar al hombre por los sentidos para servirse de él y explotarlo. En
verdad, el hombre puede hacerse esclavo de la mujer sin quererlo ni darse cuenta,
por el poder del sexo. Se vuelve incapaz de pensar claramente y discernir lo
que le conviene; se somete a humillaciones y despilfarra sus bienes con tal de
agradarle a ella. Ella lo domina ofreciéndosele y rehuyéndolo, de modo que él
vive pendiente de sus favores como el perrillo mira a su amo. La virilidad en esos
casos es arrastrada por tierra y se vuelve abyecta servidumbre.
6-23.
El libro de los Proverbios muestra una gran preocupación por el gran peligro en
que están los jóvenes de caer en manos de mujeres ligeras. La sabiduría es presentada
en los primeros siete capítulos en gran parte como una manera de prevenir ese
desvío. Esa preocupación muestra cuan común debió haber sido en aquel entonces
ese peligro. Pero es también un peligro presente y causa de perdición de
muchos.
El
pasaje que sigue no nos revela cómo termina la aventura que relata, sino pasa
de frente a la moraleja, dando a entender que el final es trágico: el joven sigue
a la seductora para su daño, o para su muerte, posiblemente como consecuencia
de la venganza del marido engañado.
6. "Porque
mirando yo por la ventana de mi casa,
Por mi celosía,"
7. "Vi entre
los simples,
Consideré entre los
jóvenes,
A un joven falto de
entendimiento,"
8. "El cual
pasaba por la calle, junto a la esquina,
E iba camino a la casa
de ella."
9. "A la tarde
del día, cuando ya oscurecía,
En la oscuridad y
tinieblas de la noche."
El
proverbista se encuentra en su casa mirando a través de la celosía (2)
de una ventana lo que ocurre al oscurecer en una noche quizá de luna nueva, en
la calle por la que pasan varios jóvenes, y se fija en uno, de quien se dice
que es falto de entendimiento, o peor, que podría no haber sido instruido por
sus padres, o mucho peor, que no prestó atención a sus palabras de advertencia.
El joven se dirige a la casa de una mujer de costumbres ligeras. Él hace lo
contrario de lo que aconseja Pr 5:8: "Aleja de ella tu camino, y no te
acerques a la puerta de su casa." (Según la Septuaginta y la versión
aramea llamada Peshita, es la mujer la que espía a través de la celosía).
10. "Cuando he
aquí, una mujer le sale al encuentro,
Con atavío de ramera y
astuta de corazón,"
11. "Alborotadora
y rencillosa,
Sus pies no pueden
estar en casa;"
12. "Unas
veces está en la calle, otras veces en las plazas,
Acechando por todas
las esquinas."
13. "Se asió
de él y le besó.
Con semblante
descarado le dijo:"
14. "Sacrificios
de paz había prometido,
Hoy he pagado mis
votos;"
15. "Por tanto
he salido a encontrarte,
Buscando
diligentemente tu rostro,
Y te he hallado."
16. "He
adornado mi cama con colchas
Recamadas con
cordoncillo de Egipto;"
17. "He
perfumado mi cámara
Con mirra, áloe y
canela."
18. "Ven,
embriaguémonos de amores hasta la mañana;
Alegrémonos en
amores."
19. "Porque el
marido no está en casa;
Se ha ido a un largo
viaje."
20. "La bolsa
de dinero se llevó en su mano;
El día señalado
volverá a su casa."
10.
De pronto una mujer vestida como ramera, es decir, con el rostro cubierto con un
velo, y vestida con ropa llamativa (Gn 38:14), se acerca al joven. Ella sabe
cómo envolver a los incautos con sus argucias y engañosas palabras, y con sus
manos suaves que acarician (Pr 5:13).
11,12.
Ella está siempre armando intrigas, yendo de casa en casa (1Tm 5:13). Sus oídos
tienen comezón de oír chismes, y su boca de propagarlos, o de inventarlos. Por
eso ronda por las calles y las plazas, espiando por las esquinas, al acecho de
lo que le parezca sospechoso.
13.
Se acerca al joven que ha escogido, lo coge del brazo y lo
besa, al mismo tiempo que lo mira con descaro. El Sirácida dice: "La
liviandad de la mujer se muestra en el descaro de la mirada, y en el pestañear
de sus ojos." (Sir 26:12).
14.
Finge ser mujer piadosa para hacerle creer en la bondad de sus propósitos. Le
asegura que en cumplimiento de un voto, ha ofrecido ese mismo día sacrificios
de paz, por lo que hay abundancia de carne y comida en su casa (Lv 7:15-17).
15.
En verdad, ella ha salido a buscar una aventura, no importa con quién sea, y aborda
al primer candidato que le parece apropiado, haciéndole creer que lo ha buscado
a él en particular. Y el joven se lo cree porque siempre estamos dispuestos a
creer lo que nos halaga.
16,17.
La mujer venusiana hecha para el amor sensual, adorna y perfuma su cama como
por instinto, como para seducir al hombre embriagando su olfato y su tacto con
aromas y sedas. Suele tener un sentido innato del amueblamiento sensualmente
atrayente. Todo en su alcoba, o recámara, habla de feminidad y de placer. ¿Cómo
podría echársele en cara que cultive aquello para lo cual está tan dotada? Es
una predisposición innata que está acompañada de ciertas características físicas:
ojos almendrados, piel suave como acolchada, firmeza en las manos, voz acariciante,
mirada atrevida, labios carnosos. Todo en ella es envolvente y seductor. Para
ella el amor físico es un arte que cultiva con sabiduría. Está hecha para atraer
al hombre. Es inteligente y valiente; no se achica ante el peligro; está llena
de recursos para salir bien librada, porque es lúcida.
La
mujer honesta carece de esas artes; su amor es espiritual, hecho de sentimientos.
Ella se entrega. Si su instinto no la guarda, puede ser fácilmente engañada.
En
cambio la mujer sensual no se entrega, se da por ratos. Ella no pertenece a
nadie; es difícilmente conquistada, pero conquista; no es seducida, sino
seduce; está siempre en control de la situación; finge dejarse atrapar, cuando
es ella la que atrapa; es astuta y calculadora, de palabra fácil; rara vez se
conmueve, y si llora, sus lágrimas son una treta. Su cuerpo arde, pero su
corazón es frío. Si se enamora es por poco tiempo, y cambia con frecuencia el
objeto de sus preferencias.
Cuando
el Evangelio dice que de la Magdalena salieron siete espíritus dice una gran
verdad, porque detrás del atractivo de la mujer seductora y de su arte
amatorio, suele haber espíritus seductores que dan encanto especial a su voz y
a su mirada, así como calor a su seno. Guarda su hechizo y su fascinación sobre
los hombres hasta edad avanzada, y por eso suele estar siempre rodeada de admiradores.
Es
atraída por el buen porte, por la fuerza unida a la donosura y el garbo; por el
gesto altivo y despreocupado del hombre engreído y seguro de sí mismo. Pero,
sobre todo, es atraída por el dinero. El galán apuesto pero pobre encuentra poco
favor a sus ojos, pero no lo desprecia si está sola, porque necesita compañía y
detesta la soledad. Conoce muy bien a los hombres y los mide con una rápida
mirada.
No
está hecha para la maternidad y con dificultad concibe, si no es del todo estéril.
Finge pudor, pero le gusta que la miren desnuda. Sabe que desnuda lleva puesto
su mejor traje.
La
cortesana vive a la sombra del poder, cuyos hilos mueve astutamente. Los poderosos
se alocan por ella, y no les importa compartir con otro sus favores, pues saben
que las cortesanas no son fieles. Si alguno se enamora realmente de ellas, le
tienen cariño y lástima. Prefieren al que las desprecia, y tratan de
conquistarlo. Persiguen al hombre que se resiste a sus encantos como quien
persigue a un enemigo, hasta vencerlo cuando se incline sobre ella. Si no logra
su cometido, al final, odia.
18.
El amor físico, exaltado por el estímulo de los perfumes,
produce una embriaguez de la que es difícil despertar. Pero el placer que
proporciona es un pálido eco del deleite conyugal, que es mucho más profundo y
sin culpa (Pr 5:19).
19,20.
Ella confía en que su marido está lejos y no los
sorprenderá. Ella es una mujer arriesgada que no le teme al peligro. La Vulgata
y algunas versiones, como la NVI, dicen: "No volverá a casa hasta la luna
llena." Como el vers. 9 sugiere que el incidente se produce una noche
de luna nueva, ella le está diciendo que cuentan con dos semanas para gozar a
sus anchas.
21. "Lo rindió
con la suavidad de sus muchas palabras,
Lo obligó con la
zalamería de sus labios."
22. "Al punto
se marchó tras ella,
Como va el buey al
degolladero,
Y como el necio a las
prisiones para ser castigado;
23. "Como el
ave que se apresura a la red,
Y no sabe que es
contra su vida,
Hasta que la saeta
traspasa su corazón."
21-23.
El joven tenía otros proyectos, pero ella vence su resistencia
con su zalamería, ofreciéndole varias noches ininterrumpidas de placer. Cuando
el joven está inclinado al pecado se deja tentar fácilmente, pero no sabe en
qué lío se mete. El proverbista presenta tres ejemplos de lo que le espera al
incauto; dos tomados del reino animal (el buey que camina confiado al matadero,
y el ave que vuela hacia la red), y uno, de las circunstancias humanas (la
prisión).
24. "Ahora,
pues, hijos, oídme
Y estad atentos a las
razones de mi boca."
25. "No se
aparte tu corazón a sus caminos;
No yerres en sus
veredas."
26. "Porque a
muchos ha hecho caer heridos,
Y aun los más fuertes
han sido muertos por ella.
27. "Camino al
sheol es su casa,
Que conduce a las
cámaras de la muerte."
Como
corolario de la historia precedente el proverbista se dirige a su audiencia imaginaria
formada ya no por uno sino por varios hijos, a quienes invita a escucharlo con
atención.
Notemos
que el maestro comienza su exhortación diciendo "Oídme", porque para escuchar
sus consejos es necesario, primero, oírlos; no cerrar los oídos ni apartarse; y
segundo, prestar atención al que habla, poner todas las potencias del ser
tendidas para comprender lo que se dice. La comprensión que se alcanza es una
función de la atención que se pone. Si no se atiende, no se entiende.
El
pasaje termina con una exhortación del padre (el maestro) a sus hijos (los discípulos):
No dejes que tu corazón sea seducido por sus encantos, porque son mortales; no
vayas por donde ella te llame. Con ese fin usa imágenes fuertes para describir
en términos figurados el terrible destino (o castigo) que aguarda a los que se
hacen esclavos de su hechizo.
¡Cuántos
son los que la han seguido y han sido víctimas de sus embustes! ¿Cuáles pueden
ser éstos? La infidelidad que corroe el corazón, el desprecio de su rechazo
cuando ya te tiene atrapado; o el agotamiento que producen los excesos de la
pasión; o los errores que hace cometer y que vuelven ridículo al hombre.
La
seductora convierte en esclavos de sus caprichos a los que se dejan prender en
las redes que tienden sus ojos, o las mentiras de sus labios. En verdad su casa
es, en un doble sentido, un camino al sheol, esto es, al lugar de los
muertos, porque las penas del amor son para el que las experimenta una tortura
comparable al infierno, y el que se vuelve esclavo de sus pasiones encontrará
al fin que el camino de su casa lo condujo al abismo de la perdición eterna (Pr
2:16-19; 5:1-6).
Por
ello, aconseja el padre: Muchos han creído que podían tener comercio con ella y
salir bien librados para contarlo. Pero su abrazo hunde a los más fuertes y
hace que se destruyan. El atractivo que ejerce sobre los hombres los empuja a deshonrarse
y a vagar como mendigos pendientes de sus favores. Pierden todo sentido del
honor y se vuelven como esclavos de sus caprichos.
Notas: 1.
Nótese que en francés y en inglés saber algo de memoria se dice "saberlo
de corazón" ("savoir par coeur", "to know by heart").
2.
Las celosías eran como las persianas modernas hechas de tablillas de madera
juntas, que permitían al que estaba en la ventana ver lo que había afuera, pero
no permitían desde afuera ver lo que había adentro. Se llamaban así porque su
existencia se debía a los celos del marido, que no deseaba impedir que su mujer
mirara a la calle, pero que, a la vez, no quería que ella fuera vista (Jc
5:28). Los balcones coloniales de Lima tienen también un entramado de madera
que no permite ver a la persona que asoma a la ventana.
#886 (21.06.15) Depósito Legal #2004-5581. Director: José Belaunde M.
Dirección: Independencia 1231, Miraflores, Lima 18, Perú. Tel 4227218.
(Resolución # 003694-2004/OSD-INDECOPI).
1 comentario:
Muy edificante, todo es verdad, lo estoy viviendo y me cuesta salir
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