miércoles, 7 de octubre de 2015

HOMENAJE A LAS MADRES

homenaje a las madres
¿Qué cosa es el matrimonio? El matrimonio es un pacto entre un hombre y una mujer que deciden unirse hasta que la muerte los separe; pacto en el cual Dios, que es el autor del matrimonio, interviene como garante. Es una unión en la cual el hombre y la mujer se dan mutuamente por entero, sin reservas. El matrimonio sólido está construido sobre la base de un compromiso que involucra a toda la persona, su cuerpo, su alma, su espíritu; es un compromiso irrevocable. Ése es el compromiso que Dios bendice. Lo bendice con descendencia, lo bendice con amor mutuo, lo bendice con un amor profundo que no depende de lo exterior ni de lo pasajero; y lo bendice también con su provisión para que tengan lo necesario para llevar una vida digna, ellos y sus hijos.
Cuando hay esa clase de amor, yo estoy seguro, y su palabra lo dice, no faltará el pan en su mesa (Sal 37:25), y no sólo el pan, porque al hombre justo Dios le promete abundancia y prosperidad (Sal 112:3). Eso es lo que Dios quiere para la familia. Es Dios el que confiere el título de esposo al varón, y el de esposa a la mujer, no el registro civil. Es un título recíproco que ellos deben respetar, porque proviene de Dios. No es la sociedad solamente la que se los da, no es solamente un papel oficial firmado y sellado, es la bendición de Dios la que lo confiere. Y es bueno que sea un ministro de Dios el que la pronuncie, porque lo hace en nombre de Dios.
Dios ha hecho al hombre y a la mujer para amarse, los ha hecho complementarios, lo que uno no tiene, lo tiene el otro. Ha hecho que se sientan mutuamente atraídos el uno por el otro, y para que en esa unión ellos encuentren una gran satisfacción, un gran contentamiento. En realidad esa es la mayor felicidad que los hombres y las mujeres buscan y pueden tener en esta tierra: la felicidad que una persona del sexo opuesto, a la cual uno se une en matrimonio, le puede dar. Cuando ambos esposos aceptan el plan de Dios para el matrimonio, el amor verdadero, el amor sobrenatural, el amor ágape, no tardará en aparecer, si es que aún no existe, y se superpondrá al amor romántico y lo alimentará. El amor conyugal bien entendido es una fusión de ágape y de eros.
Este amor verdadero es ese amor del cual Pablo dice que es paciente, benigno, no envidioso, no vanidoso, no indecoroso, no egoísta, no irritable, no rencoroso; ése es el amor que no se goza de la injusticia ni del mal, sino que se goza de la verdad. Ése es el amor que nunca deja de ser, el amor que perdura (1Cor 13:4-8). Ése es el amor que yo deseo que tengan todas las parejas de esposos que lean estas líneas y que lo reciban como un don de Dios.

(Publicado por Editores Verdad y Presencia. Tel 4712178. Av. Petit Thouars 1189, Santa Beatriz, Lima, Perú).

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