LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M.
¿QUÉ SON LOS EVANGÉLICOS? I B
Después de esta experiencia transcendental,
John viajó a Alemania para visitar la comunidad de moravos en Herrenhut, que
dirigía el conde Nikolaus von Zinzendorf y quedó impresionado por la piedad
sincera y la unidad del grupo.
¿Quiénes eran estos hermanos moravos? Para
contestar a esa pregunta debemos evocar la figura de Jan Hus (1372-1415). De
origen humilde él hizo sus estudios en la Universidad de Praga, de la que fue
nombrado profesor en 1398. Fue ordenado sacerdote, motivado como muchos por el
deseo de prestigio, de seguridad financiera y por la amistad de la sociedad
académica. En un momento dado experimentó una conversión profunda que lo llevó
a adoptar una vida más simple, y aspirar a un intenso crecimiento espiritual.
Involuntariamente se vio envuelto en la controversia entre los profesores
alemanes y los checos en la universidad. Hus, sin embargo, gozaba de gran
prestigio como rector y predicador de la capilla de Belén en Praga, usando el
idioma checo. Influenciado por el filósofo inglés John Wiclif (c1329-1384), cuyas
obras tradujo al checo, denunció los abusos y riqueza del clero, cuya moralidad
dejaba mucho que desear. Esto provocó una reacción en contra suya. Fue
denunciado a Roma, y como consecuencia, el arzobispo de Praga le prohibió
predicar, orden que él no acató, siendo en consecuencia, excomulgado.
El rey Wenzeslao le ordenó abandonar Praga. Apeló la decisión de
la curia al concilio de Constanza en 1414, a donde, después de mucho dudar,
viajó provisto de un salvoconducto del emperador Sigismundo, pese a lo cual fue
encarcelado. En una audiencia pública se le ordenó abjurar de ideas que nunca
habían sido suyas. Fue declarado hereje obstinado, degradado del sacerdocio y
quemado en la hoguera el mismo día.
Su condena fue ciertamente un gran crimen que lo convirtió en
héroe nacional y mártir. El movimiento religioso suscitado por él continuó
después de su muerte, dividido en dos ramas, una moderada, llamada
"utraquista", y otra extrema, que asumió el nombre de
"taboritas". Los primeros creían que los laicos debían recibir los
dos elementos de la Eucaristía, el pan y el vino. Después de derrotar a los
taboritas en la batalla de Lipany, el concilio de Basilea (1431-49) llegó a un acuerdo con los
utraquistas, concediendo el uso de las dos especies de la comunión a los
laicos. Se convirtieron en la iglesia oficial de Bohemia, hasta que la guerra
de treinta años (1618-48) trajo la restauración plena del catolicismo.
Por su lado, los taboritas, el ala más radical del movimiento
husita, rechazaban la transubstanciación, el purgatorio, los santos, las
reliquias, y la distinción entre sacerdotes y laicos. El movimiento llegó a ser
masivo, nutrido por las clases bajas. Derrotaron a las cruzadas imperiales
dirigidas contra ellos, hasta que muerto su líder, Jan Zigby, fueron derrotados
por los nobles en la batalla de Lipany.
Un remanente de hermanos moravos fue invitado por el conde
Nikolaus von Zinzendorf, cuya familia tenía conexiones pietistas, a
establecerse en sus dominios y fundar una comunidad con el nombre de Herrenhut
(La Protección del Señor) de acuerdo al modelo de la antigua Unitas Fratum.
Aunque su primer dirigente fue un carpintero de nombre Christian David,
Zinzendorf manejaba todos sus asuntos y con el tiempo fue consagrado obispo en
1737. Llevaban una vida austera dedicada al trabajo y a la oración: “No
trabajamos por vivir sino vivimos para trabajar” comentó una vez Zinzendorf. La
borrachera, el hurto, los juramentos, el sexo ilícito eran castigados con la
expulsión. El baile estaba estrictamente prohibido. No obstante más gente
quería unirse a ellos que los que podían humanamente admitir.
En 1731 Zinzendorf encontró a un esclavo convertido que le habló
de la necesidad de enviar misioneros. En poco tiempo los moravos asumieron las
misiones como una de sus principales
tareas, enviando misioneros desde
Groenlandia hasta Sudáfrica, mucho antes de que lo hiciera el pastor
bautista William Carey en 1793. Tuvieron un éxito particular en Norteamérica
predicando a los indígenas.
De regreso de Alemania John empezó a predicar en muchas iglesias
y sociedades proclamando la necesidad de comprometerse con Cristo y de
asemejarse cada vez más a Él. Aquí se podría notar la influencia del libro
"La Imitación de Cristo" de T. Kempis.
Pero muchos pastores objetaban su mensaje y se negaban a cederle
el púlpito. Objetaban sobre todo la manera emocional como la gente reaccionaba
a su prédica. Quizá también se sentían cuestionados por su mensaje.
John empezó a predicar al aire libre en Bristol en 1739, y
empezó a viajar a caballo por toda Inglaterra y Escocia, predicando donde
quiera que pudiera hacerlo, con frecuencia desde su cabalgadura, algo entonces
inusitado. Viajó miles de kilómetros en un año y predicó un promedio de 15
sermones por semana. Lo hacía con o sin el permiso del pastor anglicano local.
A la objeción: "Esta no es su parroquia", él contestaba: "El
mundo es mi parroquia".
Si bien John adoptó la técnica evangelística de George
Whitefield, él añadió sus propias innovaciones. Estableció grupos que se
reunían semanalmente, según el modelo pietista, a los que llamó
"clases", y que eran dirigidos por laicos. Nombró predicadores que
debían visitar las clases, agrupadas en circuitos regulares.
La segunda innovación de John fue establecer lugares de reunión
domésticos. Al crecer el movimiento, las casas de los miembros resultaron
pequeñas para acomodar a tantas personas. John entonces propició la construcción
de capillas que colaboraban con la iglesia local.
Pronto John observó con desagrado que metodistas laicos
empezaban a predicar, por lo que les prohibió hacerlo. Sin embargo, su madre le
hizo notar que él podía estarse oponiendo a la obra del Espíritu Santo. John
escuchó el consejo materno, y pronto la predicación de laicos se convirtió en
una de las características del movimiento. Posteriormente John organizó a sus
predicadores laicos en conferencias anuales.
Después de la revolución americana de 1776 los metodistas
americanos se sintieron incómodos de estar ligados a la iglesia de Inglaterra,
por lo que Wesley autorizó la creación de una iglesia metodista en la nueva
nación y ordenó a un obispo que la presidiera. Cuatro años después de la muerte
de Wesley la iglesia metodista se constituyó como una iglesia separada de la
iglesia anglicana en Inglaterra.
Si bien Charles Wesley hizo también una gran labor como
predicador al lado de su hermano, su don mayor estaba en su talento como poeta
y compositor de himnos. Escribió casi nueve mil himnos y publicó 56 volúmenes
de sus melodías y textos en un lapso de 53 años. Algunos de ellos son todavía
populares.
El avivamiento provocado por los Wesley y Whitefield influyó
también en la iglesia anglicana, haciendo surgir en su seno una facción
evangélica, siendo algunos de sus integrantes muy conocidos, como John Newton,
el compositor de "Amazing Grace" (Gracia Maravillosa) y William
Wilberforce, quien como parlamentario ejerció una gran influencia en la reforma
social y religiosa de su país en el siglo XiX.
(Nota: Después de algunos
años dedicados a la trata de esclavos africanos, al mando de un barco dedicado
a ese comercio infame, y llevando una vida libertina, durante una tempestad en
el mar John Newton experimentó una profunda conversión que le hizo cambiar de
vida y profesión. Estando en Liverpool conoció a G. Whitefield y luego a J.
Wesley que influyeron fuertemente en él. Finalmente optó por la carrera
eclesiástica y en 1764 fue nombrado párroco en Olney. Estando ahí publicó una
colección de himnos, algunos de los cuales son todavía populares. Él se
interesó por la abolición del comercio de esclavos y pudo haber influido en
Wilberforce en ese sentido.
Por su lado, éste último, nacido en el seno de una familia adinerada,
y políticamente ambicioso, fue elegido, siendo aún joven, como miembro del
Parlamento, donde se hizo amigo de William Pitt, el futuro primer ministro. En
1786 experimentó una conversión profunda y se convirtió en un cristiano serio.
Convencido de la terrible crueldad que significaba el tráfico de esclavos
africanos, que arrancaba de sus hogares hasta 50,000 desdichados cada año, que
eran vendidos en los mercados del Caribe, empezó desde 1791 a presentar
proyectos de ley para abolir ese comercio impío. Sus sucesivos proyectos de ley
se chocaron con la oposición de los intereses económicos establecidos, hasta
que por fin en 1807 ese comercio fue prohibido, aunque la prohibición de la
esclavitud misma en Inglaterra tuvo que esperar hasta 1833. Pero esa no fue la
única causa noble a la que dedicó su tiempo y esfuerzos. Entre ellas destaca la
reforma de las costumbres de la clase alta, las misiones extranjeras, la
difusión de la Biblia, y la mejora de las condiciones carcelarias.)
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