LA PATERNIDAD DE DIOS IV
En el huerto de Getsemaní llega
el momento supremo de la sumisión de Jesús a los deseos de su Padre, deseos
contra los cuales toda su naturaleza humana se rebela, al punto de que en medio
de su tremenda agonía su sudor se mezcla con sangre que cae en gotas al suelo
(Lc 22:44). Sin embargo, Él suplica tres veces: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero que no sea como
yo quiero, sino como tú.” (Mt 26:39).
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