EL MAESTRO, ÉTICA Y VALORES
Enseñar
valores es fácil. Basta con hablar de ellos y proveer ilustraciones y ejemplos.
Pero la enseñanza de los valores es estéril si quien los enseña no los lleva a
la práctica en su vida diaria. Porque, como dijo un autor, lo que haces habla
más fuerte que lo que dices.
Es
difícil y costoso, en cambio, enseñar las virtudes. Porque, aunque se puede
hablar elocuentemente de ellas, sólo se pueden enseñar con el ejemplo. Se
aprenden por imitación.
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