FIDELIDAD Y BENDICIÓN
(EL PACTO DE ABRAHAM IV)
La finalidad del
pacto que Dios hizo con Abraham no era en primer lugar bendecirlo a él, sino
que él le sirviera para el más alto propósito, el de su plan de salvación del
género humano. Abraham fue de paso bendecido porque fue fiel, pero Dios no lo
llamó para bendecirlo. De manera semejante la finalidad de todos los tratos que
Dios tiene con cada uno de nosotros no es bendecirnos, sino que nosotros le
sirvamos. Bendecidos lo seremos de todos modos, como resultado colateral de
nuestra obediencia y fidelidad, pero eso no es lo primero. Bueno es que lo
tengamos siempre en cuenta. Nosotros somos para Dios, en primer lugar, no Él
para nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario