UNA LECCIÓN INESPERADA II
https://youtu.be/3Z3HCPJ0_r4
A nosotros nos cuesta imaginar que Jesús pueda tener hambre y padecer necesidad ahora que Él está en el cielo. Pero eso es lo que Él dice. ¿Cómo así tiene Él hambre ahora? Lo tiene en la persona del pobre. Cuando el pobre tiene hambre, o tiene frío, o tiene sed, o sufre soledad, Jesús tiene hambre, o tiene frío, o tiene sed, o sufre soledad. Y nos pide que aliviemos su necesidad aliviando la del pobre. Si lo hacemos Él nos recompensará por el bien que le hicimos. Sí, es verdad, cuando nosotros le alcanzamos un pedazo de pan al pobre, o le damos una limosna, es a Jesús a quien se la damos.
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