martes, 20 de octubre de 2015

OCASIONES DE CAER

LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M.
OCASIONES DE CAER
Un Comentario de Mateo 18:6-9
6. "Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le  colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar."
Continuando lo que ha dicho acerca de los niños, o de los que son como ellos en la fe, Jesús hace una muy seria advertencia sobre los escándalos: Cualquiera que haga caer en pecado, o que viole la inocencia de un  niño, o que lo encamine hacia el mal, o que siembre dudas en su espíritu acerca de la fe, a ese tal más le  valiera que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar para que se ahogue (Ap 18:21). (Nota 1)

¿Por qué usa Jesús la imagen de una piedra de molino? Porque, para moler el grano y hacer harina, esas grandes piedras rotatorias eran colocadas encima de una gran piedra fija y, como eran sumamente pesadas, eran movidas con fuerza animal, generalmente por un asno, por lo que solía llamárseles "piedra de molino de asno".

Jesús usa aquí, como hace con frecuencia, un lenguaje exagerado, para hacer impresión en sus oyentes. Él quiere advertirles acerca de la gravedad de provocar la ruina espiritual de un niño, o de una persona inocente, o poco instruida, esto es, de un niño en la fe. En esta advertencia se incluye a todos los que seducen a  menores, o que despiertan prematuramente sus instintos sexuales, así como a los que violan a muchachas  inocentes.

En esta advertencia están incluidos no sólo los individuos, sino también los medios de comunicación, los diarios y revistas, los espectáculos, el teatro y el cinema. Todo aquello que incite al pecado. El que haga pecar a alguno, será responsable de su pecado, y deberá pagar por ello terriblemente. Más le valiera ahogarse en el  mar, dice Jesús, señalando que el castigo que algún día ha de recibir será muchísimas veces peor que esa forma de morir. Aquí se podría aplicar la frase que Jesús dijo una vez acerca de Judas: "Más le valiera no  haber nacido." (Mt 26:24). Y en efecto, a todo el que se condene, más le valiera no haber nacido.
Y Jesús continúa diciendo:

7. "¡Ay del mundo por los tropiezos! Porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!"
¿Qué significa aquí "tropiezo", o más precisamente "escándalo"? (2). Es la acción de inducir a una persona a hacer algo que ocasionará su ruina espiritual; o el suceso que produce ese resultado (Véase Rm 14:13). ¡Ay  del mundo! ¡Ay de la gente! ¡Ay de la persona que lo cause, porque su castigo será tremendo!

Pero ¿por qué dice Jesús que es necesario que haya escándalos? ¿Está diciendo que es inevitable que los haya, o que es necesario por algún motivo? ¿O lo dice porque el diablo aún anda suelto tentando a la gente?  Yo me inclino por la primera opción. Es inevitable que ocurran porque, debido a la caída de Adán, la  naturaleza moral y física del hombre se ha corrompido y, como consecuencia, el mundo está lleno de  ocasiones de caer. Pero también porque el príncipe de este mundo tiene cautivos a mucha gente.

¿No vemos acaso a cada rato cómo los personajes de la farándula son ocasión de tropiezo para muchos jóvenes y muchachas por la vida desarreglada que llevan, y con cuánta frecuencia provocan escándalos? Debido a su notoriedad se convierten en modelos de los que no tienen formación moral ni criterio, y los conducen a la perdición a la que ellos también fatua y ciegamente caminan. Los grandes de este mundo hacen tropezar a los pequeños. ¡Qué cuenta tremenda tendrán que dar a Dios por cada alma que se pierda por su culpa!

8,9. "Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego."
Jesús repite aquí la advertencia que ya había hecho en el sermón del monte (Mt 5:29,30). Lo hace porque nuestros miembros pueden ser ocasión de tropiezo para uno mismo. (3) Él emplea aquí el lenguaje exagerado al cual con frecuencia recurre para grabar en la mente de sus oyentes el mensaje que quiere transmitir: Más vale salvarse estando cojo, manco, o tuerto, que condenarse con el cuerpo con todos sus miembros, dándole más pasto al fuego del infierno. (4)

La vida eterna, la salvación, es un bien, una dicha demasiado valiosa para no sacrificarle lo que fuere. Pero pudiera no tratarse de un miembro del cuerpo. Pudiera tratarse de una amistad, de una compañía, de una afición, o incluso de un trabajo, o negocio rentable.

¿Vale el dinero que ganas más que la vida eterna? Nada hay tan valioso en esta vida que valga tanto como la dicha de gozar de la compañía de Dios por toda la eternidad. Si algo has de salvar, salva tu alma a costa de tu vida, si es necesario. Sería el peor negocio hacer lo contrario. Todo lo que pudieras perder en este mundo lo recuperarás con creces en el más allá.

Notas: 1. Esa forma de suplicio era usada entre los antiguos para castigar a los grandes criminales: Atarle un gran peso al cuello y echarlo al mar, o a un río, para que se hunda y ahogue. Era una forma especialmente ignominiosa de castigo porque privaba a la persona del derecho a la sepultura.
2. La palabra griega que figura en el original es skándalon.
3. El gran escritor e intérprete de la Biblia, Orígenes de Alejandría (c. 185-254), en vista de las grandes tentaciones sexuales a las que estaba expuesto debido a la popularidad que gozaba de joven como maestro, llevando a la práctica literalmente este consejo de Jesús, se amputó el miembro viril. Sólo más tarde  reconoció la necedad de su error.

4. Existe una tendencia a pasar por alto el tema del infierno para no ofender, o asustar, a la gente. Sin embargo, es una realidad que no podemos soslayar, porque la existencia del infierno fue el motivo por el cual Jesús vino a la tierra haciéndose hombre: Salvarnos de sus llamas. Y es Él quien más ha hablado del fuego eterno, al cual están destinados los que se niegan a creer en su mensaje, y viven y mueren en pecado. Doy a continuación una selección de referencias de los evangelios en que Jesús habla del infierno: Mt 10:28; 13:42,49,50; 25:30,41,46; Mr 9:43-48; Lc 16: 23-28.

miércoles, 7 de octubre de 2015

HOMENAJE A LAS MADRES

homenaje a las madres
¿Qué cosa es el matrimonio? El matrimonio es un pacto entre un hombre y una mujer que deciden unirse hasta que la muerte los separe; pacto en el cual Dios, que es el autor del matrimonio, interviene como garante. Es una unión en la cual el hombre y la mujer se dan mutuamente por entero, sin reservas. El matrimonio sólido está construido sobre la base de un compromiso que involucra a toda la persona, su cuerpo, su alma, su espíritu; es un compromiso irrevocable. Ése es el compromiso que Dios bendice. Lo bendice con descendencia, lo bendice con amor mutuo, lo bendice con un amor profundo que no depende de lo exterior ni de lo pasajero; y lo bendice también con su provisión para que tengan lo necesario para llevar una vida digna, ellos y sus hijos.
Cuando hay esa clase de amor, yo estoy seguro, y su palabra lo dice, no faltará el pan en su mesa (Sal 37:25), y no sólo el pan, porque al hombre justo Dios le promete abundancia y prosperidad (Sal 112:3). Eso es lo que Dios quiere para la familia. Es Dios el que confiere el título de esposo al varón, y el de esposa a la mujer, no el registro civil. Es un título recíproco que ellos deben respetar, porque proviene de Dios. No es la sociedad solamente la que se los da, no es solamente un papel oficial firmado y sellado, es la bendición de Dios la que lo confiere. Y es bueno que sea un ministro de Dios el que la pronuncie, porque lo hace en nombre de Dios.
Dios ha hecho al hombre y a la mujer para amarse, los ha hecho complementarios, lo que uno no tiene, lo tiene el otro. Ha hecho que se sientan mutuamente atraídos el uno por el otro, y para que en esa unión ellos encuentren una gran satisfacción, un gran contentamiento. En realidad esa es la mayor felicidad que los hombres y las mujeres buscan y pueden tener en esta tierra: la felicidad que una persona del sexo opuesto, a la cual uno se une en matrimonio, le puede dar. Cuando ambos esposos aceptan el plan de Dios para el matrimonio, el amor verdadero, el amor sobrenatural, el amor ágape, no tardará en aparecer, si es que aún no existe, y se superpondrá al amor romántico y lo alimentará. El amor conyugal bien entendido es una fusión de ágape y de eros.
Este amor verdadero es ese amor del cual Pablo dice que es paciente, benigno, no envidioso, no vanidoso, no indecoroso, no egoísta, no irritable, no rencoroso; ése es el amor que no se goza de la injusticia ni del mal, sino que se goza de la verdad. Ése es el amor que nunca deja de ser, el amor que perdura (1Cor 13:4-8). Ése es el amor que yo deseo que tengan todas las parejas de esposos que lean estas líneas y que lo reciban como un don de Dios.

(Publicado por Editores Verdad y Presencia. Tel 4712178. Av. Petit Thouars 1189, Santa Beatriz, Lima, Perú).

lunes, 5 de octubre de 2015

¿QUIÉN ES EL MAYOR?

LA VIDA Y LA PALABRA
Por José Belaunde M.
¿QUIÉN ES EL MAYOR?
Un Comentario de Mateo 18:1-5
1. "En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?"
Según el pasaje paralelo de Marcos -que omite el episodio del pago del impuesto del templo, tema de un artículo anterior (No. 874, del 29.03.15)- esta discusión ocurre cuando regresan a Capernaúm y se encuentran en casa (Véase Mt 17:24,25). En el camino habían estado discutiendo sobre quién sería el mayor de ellos en el reino de los cielos, y Jesús, como si no lo supiera, les pregunta sobre qué habían estado discutiendo. Pero ellos, avergonzados, no le contestan (Mr 9:33,34).
El texto de Marcos da a entender que con frecuencia, cuando se desplazaban, Jesús se les adelantaba para dejar que los discípulos conversaran entre ellos.
Mateo resume la situación enunciando el tema de la perícopa como una pregunta directa de los discípulos a Jesús: ¿Quién será el mayor - se entiende, de ellos- en el reino de los cielos?
Ellos vienen siguiendo desde hace tiempo a su Maestro, que les ha dado más de un ejemplo de humildad y de olvido de sí, y que les ha hablado de la necesidad de negarse a sí mismo (Mt 16:24). No obstante, están preocupados por la posición que ocuparán en el futuro reino de los cielos. ¿Quién de ellos ocupará el primer lugar? ¿Quién será el más prominente? Porque suponen que ahí también seguirán vigentes las jerarquías humanas.
Reino, piensan ellos, supone cargos, posiciones, honores, unos más altos que otros, y eso da inevitablemente ocasión al surgimiento de ambiciones personales, y de rivalidades.
Aunque Pedro, por su temperamento, es el que destaca ahora en su grupo, y ellos aceptan su liderazgo, (Nota 1) ellos asumen que eso no será así necesariamente más adelante. Cualquiera de ellos tiene méritos iguales, o quizá mayores que Pedro. Es singular que ellos tengan esa preocupación en ese momento, porque Jesús les había estado hablando recientemente acerca de sus próximos sufrimientos, pero no les dijo una sola palabra acerca de su gloria futura. Aún caminando con Jesús, y escuchándolo, ellos seguían fascinados por el éxito y la figuración. ¿Cuántos de nosotros somos así?
La respuesta de Jesús da al traste con sus ambiciones:
2,3. "Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos."
Estáis disputando sobre quién será el mayor entonces, pero de lo primero que debéis estar preocupados es por saber si llegaréis a entrar en el reino de los cielos, porque si no cambiáis vuestro corazón, y os volvéis humildes como un niño, ni siquiera entraréis en él. Eso es lo que debe preocuparos, no el saber quién será el mayor, porque será el que menos pensáis.
Y enseguida les declara un secreto:
4. "Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos." (2)
¿Qué ser más humilde que un niño que vive en dependencia de sus padres y de sus mayores? Pues el que se haga como un niño en humildad y sencillez, ése será el mayor. (3) Con esta respuesta Jesús cancela toda noción de jerarquía, de preeminencia de uno sobre otros, porque muchos pueden cumplir la condición que ha puesto Jesús, así que no será cuestión de quién sea el principal, sino de quiénes serán los más apreciados, y éstos serán los que sean los más humildes.
En Marcos Jesús añade un principio muy importante: Si alguno quiere ser el primero, hágase como el postrero, como el menos apreciado, y sea el servidor de todos (Mr 9:35). En lugar de apuntar a los honores, apuntad a los servicios más humildes. Con frecuencia la ambición se viste del deseo de ser útiles al mayor número. Si queréis serlo, sedlo asumiendo de preferencia los servicios que nadie quiere desempeñar.
Lo que contará entonces -y es bueno que los cristianos lo tengamos muy en cuenta- es en qué medida te pusiste al servicio de todos, en qué medida fuiste el más humilde, en qué medida no pretendiste estar encima, sino estar debajo.
Las prioridades, los paradigmas en el reino son contrarios a los del mundo: el primero será postrero, y el postrero primero. Sé pues ahora el último para que entonces seas el más apreciado. Pero ¡ojo! si tú quieres ser ahora el primero, el más apreciado, en el reino, ten cuidado, porque en el último día, el día que más cuenta, podrías ser el último.
5. "Y cualquiera que reciba en mi nombre (4) a un niño como éste, a mí me recibe."
Jesús termina enunciando un principio de vida al que no damos suficiente importancia, que tenemos olvidado, pero que puede tener una enorme influencia en nuestra vida futura: El que reciba, es decir acoja, acariñe, proteja, cuide, a un niño inocente como éste, me recibe, me acoge a mí, Jesús, que soy vuestro Maestro y vuestro Señor. En el pasaje paralelo de Marcos, Jesús añade el corolario: El que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino recibe al que me envió, esto es, al Padre (Mr 9:37).
¡Cuánta importancia tiene el trato que damos a los niños! ¿Por qué? Porque son inermes, indefensos, inocentes, confiados y, sobre todo, necesitados de amor. En su pequeñez reside su importancia. Pero en nuestro país ¿qué importancia damos a los niños? Es lamentable tener que reconocerlo, pero con frecuencia los descuidamos, los maltratamos, y abusamos de ellos. ¡Ay de aquellos que tal hacen! ¡Bienaventurados, en cambio, los que se ocupan de los niños y los tratan como si fueran Jesús mismo! ¡Bienaventurados los que les enseñan el buen camino, y les ayudan a caminar por él sin tropiezos!
Pero no sólo a los niños, sino también a los más pequeños, a los más indefensos, a los más desventurados de los seres humanos, a aquellos que solemos mirar con lástima, o que despreciamos. Ellos están a nuestro cuidado, porque Jesús está en ellos (Mt 25:45).
Notas: 1. Los discípulos acaban de ver que Jesús pagó el impuesto del templo por sí mismo y por Pedro, y no se preocupa por el pago que deben hacer los otros, aunque fue a Pedro a quien los cobradores se dirigieron. De otro lado, ellos habían visto que Jesús había subido al monte Tabor sólo con tres de ellos: Pedro, Santiago y Juan, y que sólo esos tres lo habían acompañado cuando resucitó a la hija de Jairo (Mr 5:37).
2. Jesús emplea la expresión común en la literatura intertestamentaria, "reino de los cielos", para no decir "reino de Dios", que los judíos, por respeto al nombre divino, evitaban en lo posible pronunciar. La frase se refiere al reino mesiánico que, según las profecías, el Ungido (esto es, el Mesías) descendiente de David, cuya aparición los judíos ardientemente esperaban, fundaría. Este es el reino que Jesús establecerá en su segunda venida.
3. Los niños antes de alcanzar el uso de la razón a los siete años, no son totalmente inocentes, porque pueden ser caprichosos, egoístas, e incluso, envidiosos; pero esos sentimientos suelen ser pasajeros. En cambio, aman y obedecen a sus padres, son confiados y creen en todo lo que se les dice, porque carecen de malicia.
4. Es decir, por mi causa.
Amado lector: Jesús dijo: "De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?" (Mr 8:36) Si tú no estás seguro de que cuando mueras vas a i r a gozar de la presencia de Dios, es muy importante que adquieras esa seguridad, porque no hay seguridad en la tierra que se le compare, y que sea tan necesaria. Con ese fin yo te exhorto a arrepentirte de todos tus pecados, y te invito a pedirle perdón a Dios por ellos haciendo la siguiente oración:
"Jesús, tú viniste al mundo a expiar en la cruz los pecados cometidos por todos los hombres, incluyendo los míos. Yo sé que no merezco tu perdón, porque te he ofendido consciente y voluntariamente muchísimas veces, pero tú me lo ofreces gratuitamente y sin merecerlo. Yo quiero recibirlo. Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados y de todo el mal que he cometido hasta hoy. Perdóname, Señor, te lo ruego; lava mis pecados con tu sangre; entra en mi corazón y gobierna mi vida. En adelante quiero vivir para ti y servirte."

#880 (10.05.15). Depósito Legal #2004-5581. Director: José Belaunde M. Dirección: Independencia 1231, Miraflores, Lima, Perú 18. Tel 4227218. (Resolución #003694-2004/OSD-INDECOPI).